El Verdadero Proceso Electoral

Vivimos en un Universo donde todo es vibración y frecuencia

La ahora famosa Ley de Atracción describe esto de manera fácil y comprensible. Es imposible atraer algo si no está en la misma frecuencia. Basados en esto, ¿cómo es posible entonces atraer un mejor país, un mejor Gobierno, una mejor sociedad, si nuestra vibración, producto de nuestro estado de consciencia, no es mejor?

Adoptar la creencia de que un mejor Gobierno hará un mejor país, o que siempre las soluciones están a cargo de una figura de autoridad, es una fantasía infantil.

Cualquier persona u organización que prometa soluciones a otros, que ofrezca resolver sin promover el compromiso y el crecimiento de los involucrados, está engañando de enorme manera.

Para vivir de forma consciente una gran elección, debemos comenzar por nuestras elecciones personales. ¿Cómo elijo vivir cada día? En el trabajo, como ciudadano, como padre, como estudiante, etc. Si no somos dueños de nuestras elecciones de una manera más madura y consciente, qué podemos esperar al elegir un presidente.

Es prácticamente imposible que alguien diferente a nuestro comportamiento llegue a un Gobierno. Todo es un espejo de lo que somos. Si en el día a día vivimos engañando, robando, flojeando, etc. ¿cómo esperamos que sean las personas que son figuras de autoridad?

Un cambio, una transformación verdadera, viene como añadidura del cambio que hagamos como personas y ciudadanos. Este fenómeno por sí solo pondrá en los puestos de poder a seres que estén en sintonía con el vivir de la población.

Mientras eso no ocurra, seguiremos en la cansada rueda interminable de decepciones constantes, de hacernos los sorprendidos cada seis años por lo mal que nos fue, de dar nuestro poder personal a quienes se dedican a prometer lo que evidentemente no pueden cumplir, de ser personas inmaduras que están esperando que “alguien” les resuelva sus asuntos.

No es placentero asumirlo, pero la verdadera responsabilidad de cómo vivimos comienza y comenzará siempre a partir de nosotros mismos.

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