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El despertador del Sol


Enviado por   •  31 de Agosto de 2012  •  Ensayos  •  729 Palabras (3 Páginas)  •  354 Visitas

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El despertador del Sol

—¡Qué pasó! —Exclamó el Sol al despertar por el escándalo que provenía de la Tierra—. ¿Qué es ese ruido?

Eran los animales y plantas que, al darse cuenta que el Sol no aparecía, comenzaron a llamarlo a gritos.

—El Sol nunca había hecho algo así —se decían unos a otros.

Entonces el Sol, bostezando, apareció y dijo: —Lo siento mucho. Me quedé dormido, se me hizo tarde. Es difícil salir tan temprano y escalar el cielo todos los días hasta el atardecer.

Al oírlo, todos se dieron cuenta de que el trabajo del Sol era fatigador. Tal vez volvería a quedarse dormido. Entonces citaron una reunión para solucionar este problema.

El día señalado comenzó la reunión dirigida por don Loro, quien dijo:

—Necesitamos encontrar una solución. Propongo que cada uno levante la pata, el ala o una rama para hacer sus sugerencias.

Don Oso fue el primero. Gruñó: —¿Por qué el Sol no toma vacaciones?

—No —dijo el Naranjo—. Las plantas necesitamos la luz del Sol diariamente para fabricar nuestro alimento.

—Que lo reemplace la Luna —insistió don Oso.

—No —protestó la tortuga—. Los lobos le aúllan a la Luna y, ¿quién podría aguantar ese aullido todo el tiempo?

Los lobos se ofendieron y protestaron aullando. Entonces todos empezaron a discutir al mismo tiempo hasta que don Zorro dijo: —Silencio. La solución es clara. Es necesario que el Sol aparezca todos los días. Debe encontrarse a alguien que lo despierte todas las mañanas.

—Sí —exclamaron todos juntos—. ¡Qué brillante solución! Un despertador para el Sol. Pero, ¿quién?

Enseguida la marmota dijo que no podía suspender su periodo de hibernación. El perezoso apenas levantó la cabeza un momento y luego siguió durmiendo. Los lobos, aún ofendidos, argumentaron que con despertar a la Luna era suficiente. Todos fueron excusándose hasta que un ala se agitó con fuerza. Era don Gallo, quien aseguró que él podía encargarse.

—¿Un gallo flaco que ni siquiera puede volar? Ja, ja, ja —rieron todos.

Sin hacerles caso, el gallo se dirigió hacia el centro del lugar y emitió un potente quiquiriquí. Las hienas y todos los demás tuvieron que callarse. Don Loro propuso que de ahí en adelante don Gallo y sus descendientes despertarían al Sol todas las mañanas. Al día siguiente y desde entonces se escucha el fuerte canto del gallo, que le recuerda al Sol que es hora de levantarse.

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