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El sistema óseo


Enviado por   •  28 de Mayo de 2013  •  Trabajos  •  2.428 Palabras (10 Páginas)  •  260 Visitas

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ADAPTACIONES FISIOLÓGICAS DEL SISTEMA ÓSEO (ESQUELÉTICO) AL EJERCICIO – GRADO 11° DOCENTE: Mario Bustamante Osorio SISTEMA ÓSEO

El esqueleto proporciona soporte para el cuerpo y protege los principales y delicados órganos internos. Al nacer los niños tienen unos 350 huesos individuales. La mayor parte se van fusionando al crecer. Un adulto normal tiene aproximadamente 206 huesos, la mitad de los cuales se encuentran en las manos y en los pies. La mayoría de los huesos están conectados a otros huesos en articulaciones flexibles que permiten la gran movilidad y flexibilidad del cuerpo humano. Solamente hay un hueso, el hioides, que no está conectado directamente a otro hueso a través de una articulación. Este hueso fija la lengua y está unido a la apófisis estiloides del cráneo a través de un ligamento. Los esqueletos del hombre y de la mujer son básicamente iguales, con la única gran excepción de que los huesos femeninos suelen ser más ligeros y finos, y que la pelvis es más ancha y profunda que la del hombre. Esta última diferencia facilita los partos.

El cráneo es uno de los principales grupos óseos de la anatomía humana. Está formado por veintiséis huesos: ocho huesos forman el cráneo propiamente dicho, que alberga el cerebro y los osículos del oído, más catorce huesos faciales, que forman la cara, mandíbula, nariz, órbitas, y el cielo de la boca, tres huesos más componen los osículos del oído interno, y uno más, el hueso hioides, está situado en el cuello, unido al hueso temporal por ligamentos y que fija la lengua en su lugar. El cráneo también contiene un arco dental formado por dientes y muelas, que aunque no son técnicamente huesos comparten algunas de las características de composición del tejido óseo. Los niños desarrollan veinte dientes caducos (no permanentes), que irán cayendo eventualmente y serán remplazados por los dientes permanentes (32 en el adulto medio). Los huesos del cráneo incluyen el hueso frontal (que forma la frente y la parte superior de las órbitas), el hueso occipital (que forma -la parte posterior y la base del cráneo), dos huesos parietales (que forman la corona y los laterales superiores del cráneo), y dos huesos temporales (que forman los laterales inferiores del cráneo y albergan los osículos del oído interno: estribo, martillo y yunque). La parte más posterior e inferior de cada hueso temporal se denomina apófisis mastoides, pero al estar separada del hueso temporal por una sutura, a menudo se considera un hueso independiente.

HUESO

Los huesos son un material óseo que tiene muchas funciones en la anatomía humana. Además de proporcionar estructura, protección y soporte a los órganos del cuerpo, alojan la médula, la cual produce células sanguíneas. Dentro de los huesos hay depósitos de calcio a los que accede el cuerpo mediante resorción. Además, los huesos desintoxican el sistema, eliminando metales pesados, como el arsenio y el plomo, y toxinas de la corriente sanguínea. El tejido óseo está compuesto de agua (alrededor de 1/4 del peso del hueso), materia orgánica (alrededor de 1/3 del peso de hueso, la mayor parte del cual es proteína oseína) y minerales inorgánicos (principalmente calcio, fósforo y magnesio, además de hierro, sodio, potasio, cloro y flúor en pequeñas cantidades). La mayor parte de los huesos (con la excepción de los

MARIO BUSTAMANTE OSORIO – Lic. En Educación Física. – Esp. En Gerencia Educativa

Las glándulas exocrinas también se llaman glándulas de secreción externa.

del cráneo) son inicialmente un cartílago y a medida que el recién nacido va creciendo se van osificando. La principal clasificación de los huesos es por su forma, la cual incluye los huesos largos (radio, húmero, fémur), los cortos (carpianos, tarsianos, falanges de la mano y del pie), los planos (esternón, cráneo, omoplato) y los irregulares (vértebras). ARTICULACIÓN Son elementos complejos del aparato locomotor. Son estructuras en partes duras que posibilitan la unión entre sí de dos o más huesos. Gracias a la existencia de las articulaciones es posible el desplazamiento de los huesos sin demasiado desgaste por el rozamiento excesivo entre ellos. Se pueden clasificar en: sinartrosis, que son articulaciones rígidas, sin movilidad, como las que unen los huesos del cráneo; sínfisis, que presentan movilidad escasa como la unión de ambos pubis; y diartrosis, articulaciones móviles como las que unen los huesos de las extremidades con el tronco (hombro, cadera). Las articulaciones sin movilidad se mantienen unidas por el crecimiento del hueso, o por un cartílago fibroso resistente. Las articulaciones con movilidad escasa se mantienen unidas por un cartílago elástico. Las articulaciones móviles tienen una capa externa de cartílago fibroso y están rodeadas por ligamentos resistentes que se sujetan a los huesos. Los extremos óseos de las articulaciones móviles están cubiertos con cartílagos lisos y lubricados por un fluido espeso denominado líquido sinovial producido por la membrana sinovial. La bursitis o inflamación de las bolsas sinoviales (contienen el líquido sinovial) es un trastorno muy doloroso y frecuente en las articulaciones móviles. El cuerpo humano tiene diversos tipos de articulaciones móviles. La cadera y el hombro son articulaciones del tipo esfera-cavidad, que permiten movimientos libres en todas las direcciones. Los codos, las rodillas y los dedos tienen articulaciones en bisagra, de modo que sólo es posible la movilidad en un plano. Las articulaciones en pivote, que permiten sólo la rotación, son características de las dos primeras vértebras; es además la articulación que hace posible el giro de la cabeza de un lado a otro. ADAPTACIONES FISIOLÓGICAS TRAS EL EJERCICIO El ejercicio físico necesita la colaboración de varios órganos y sistemas, no solamente para soportar las fases de una actividad específica, sino también para adaptar su respuesta al entrenamiento. El sistema esquelético-muscular, dirige la locomoción del cuerpo humano. Las contracciones coordinadas y concertadas de las células musculares esqueléticas estimulan al sistema óseo para realizar diferentes movimientos. El sistema cardiovascular proporciona el transporte de sangre, hormonas, nutrientes y oxígeno para que el organismo pueda soportar la actividad física, al mismo tiempo que remueve de los músculos una serie de deshechos.

El sudor, como actividad exocrina, favorece la eliminación del excesivo calor, y el sistema renal ayuda a regular el balance de líquidos y electrolitos, así como la presión sanguínea.

Los atletas continuamente buscan los medios con los que pretenden que aumente su trabajo físico. Alguna de las prácticas que realizan

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