En estos tiempos navegar en los mares del internet puede ser increíble, pero, se nos puede descontrolar el timón del barco si nos vamos por el camino erróneo

Resumen: “Navegar con timón crítico”

En estos tiempos navegar en los mares del internet puede ser increíble, pero, se nos puede descontrolar el timón del barco si nos vamos por el camino erróneo; puesto que nos falta ser más analíticos ante la abundante información que nos presenta este gran mar.

A medida que esta tecnología avanza menos jóvenes pisan una biblioteca física de ladrillo y papel, todo lo que les interesa y hasta más, ahora está en la web. Somos una sociedad llevada por el facilismo y consumismo así que nos resulta más cómodo teclear una palabra y hacer clic en Google, al instante conseguimos decenas de respuestas en las cuales nos sumergimos sin precaución alguna, muchos jóvenes usan este medio como una terapia psicológica ya que cada que quieren solucionar sus problemas tanto físicos como mentales acuden a internet y se resguardan en información poco creíble y engañosa.

En internet podemos encontrar un sinfín de cosas las cuales somos capaces de producir los humanos porque es una red mundial sin censura, ni limites, ni fronteras políticas. Toda esta información contiene datos dudosos u obsoletos lleno de engaños, webs honestas junto con panfletos políticos y propagandas de pornografía y/o virus lo cual le quita la credibilidad a la información expuesta ahí y nos lleva a descartarla pero otras personas no ven esto como una amenaza y solo ven lo que les interesa. En internet la basura y fango, esconden las perlas que buscamos día a día.

Todo esto nos muestra que el internet tiene una grandeza pero también una inmensa flaqueza en la cual con pocos recursos y tiempo se puede construir una web con las ideas de cada persona y se las presentamos a 800 millones de personas. Es increíble como nunca antes se tuvo tanto poder. Obtener tanta repercusión y llegar tan lejos hasta el límite de influir en tantas personas con tan poco esfuerzo con tan solo estar detrás de un ordenador y dar un solo clic. Por la pantalla de cada uno de nuestros ordenadores tenemos al alcance casi 800 millones de voces y puntos de vista dispuestos a convencernos tanto creíbles como engañosos, y éste es el gran problema.

Lo que hace Internet es incrementar la necesidad de buscar cada vez más información acerca de cualquier cosa que nos podamos imaginar. Esto se debe a que podemos multiplicar la posibilidad que tenemos de acceder a más discursos de diferentes y ocultos contextos. Quizá en la red existan más discursos con menos rigor o compromiso que en una biblioteca de ladrillo, pero no por eso podemos olvidar que detrás de estas creaciones también hay autores desconocidos de carne y hueso que pueden o no saber sobre lo que estamos buscando y caemos en sus falacias que pueda o no ser su propósito.

Leer en el mar de información de la red es más complicado que en una biblioteca de ladrillo, donde bastaba con conocer el sistema de clasificación o con preguntar al encargado. Ahora no hay encargado o un sistema de clasificación... Cada persona tiene que navegar sin naufragar, buscar, encontrar y ser capaz de analizar y no caer en el engaño.

El internet nos tiene a la mano un mar de información al alcance de todos la cual puede ser modificada y utilizada por cualquier persona del mundo pero ya es cuestión de cada uno someterla al análisis y evaluar con criterio si es creíble o una falacia.

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