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Ensayo Seguridad Publica


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2013  •  1.995 Palabras (8 Páginas)  •  330 Visitas

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Introducción

El ser humano es un ente que se mantiene en una dinámica constante, la población de un Estado requiere para subsistir de una serie de actividades en diversos ámbitos, así tenemos que algunas de las que se presentan con mayor fuerza son las económicas; sin embargo, todo este cumulo de actividades no sería posible favorablemente para el grueso de la población, si no se contara con una estabilidad, tranquilidad y paz social que el poder político debe proporcionar por medio de la seguridad pública, como parte de las funciones que de origen debe cumplir, indistintamente del estrato social y del número de personas que se beneficien por dicha función estatal (en la búsqueda del bien común).

Es inoperante que la economía de un Estado sea favorable para la población, cuando la seguridad pública esta desquebrajada, no es posible la prosperidad en ningún sentido cundo se vive con miedo e incertidumbre, como resultado directo de la falta de seguridad pública.

El desarrollo de la estructura psíquica del individuo en un ambiente de inseguridad pública, origina la habitualidad fuera del marco normativo y provoca que el sujeto pierda su capacidad de asombro ante los eventos violentos, además del respeto a las normas que rigen la vida en sociedad, metiéndose directa o indirectamente a la esfera contaminada de la criminalidad; pues el entorno cultural de la falta de seguridad pública, puede llegar a convertirse en generadora importante de sujetos con conductas antisociales de arraigo irreversible.

En un entorno que carece de seguridad pública, surge una población que no encontrará paz interior, manteniéndose en constante infelicidad y frustración; lo cual resulta grave, pues el fin del ser humano es alcanzar la alegría y la felicidad, durante la mayor parte del tiempo posible. De lo contrario la existencia del Estado y la finalidad de la vida de la población carecerían de sentido autentico basado en estas premisas.

El Estado y la sociedad ante la responsabilidad de la seguridad pública

Se ha considera al Estado como responsable directo de mantener la seguridad pública, empero, no es solo responsabilidad única de este, la sociedad ha olvidado que las personas que actualmente ostentan el poder político, tan solo son servidores de la sociedad, dicha sociedad es inmensa, pero cómodamente actúa de manera irresponsable contra la criminalidad, pues la sociedad por medio de sus instituciones, ha dejado de ejercer su función en la formación de sujetos que se inspiren en la vida y no en la muerte para alcanzar sus logros, sujetos que carecen de toda empatía hacia sus semejantes, los delincuentes son hijos de la sociedad, hijos que no han tenido la debida atención temprana y que se convierten en sujetos nocivos de su propio origen: la sociedad.

Por lo tanto basándonos en estos presupuestos, podemos afirmar, que la responsabilidad de mantener la seguridad pública, no solo es actividad del Estado, sino que la propia sociedad tiene la obligación de mantener la seguridad pública de manera complementaria.

Evidentemente la seguridad pública desde el punto de vista legal, es monopolio del Estado, aunque por necesidad humana de tranquilidad, no se debe dejar en manos de unos cuantos la totalidad de dicha seguridad, es decir, no solo es responsabilidad única del Estado, pues instituciones sociales como la escuela y la familia, son entornos importantes que permitirían una adecuada prevención de la delincuencia, mediante la aplicación de programas y de normas axiológicas, que delimiten la conducta de los miembros que la conforman.

Por lo tanto dicho monopolio no se puede considerar como tal, si además del poder público se involucra a dichas instituciones sociales, mismas que pueden funcionar adecuadamente en la prevención de conductas antisociales, mediante su aparato ideológico, compuesto por una serie de ideas y pensamientos que llevados a la praxis filosófica debieran fortalecer el espíritu del individuo, para que no “permanezca de rodillas” ante el miedo y la injusticia que provoca la falta de seguridad pública, o en su caso resistirse cabalmente ante la intención de integrar grupos delictivos.

El bien común es la base que necesita la población de un Estado para mantener su armonía, en la diversidad de actividades lícitamente contextuales que realiza cada individuo. Pero no será posible lograr el bien común, sí la seguridad pública se encuentra en peligro por la infiltración de la delincuencia en las corporaciones encargadas de proporcionar tal seguridad, razón por la cual se ha requerido de la intervención de instituciones castrenses (que tienen como finalidad mantener la seguridad nacional y no la seguridad pública), como consecuencia además del ingente fracaso de las autoridades civiles encargadas de lograr la seguridad pública.

Al dejar de prevenir y combatir adecuadamente la delincuencia común esta evoluciona en formas más complejas y jerarquizadas hacia la delincuencia organizada, misma que atenta directamente contra la población del Estado, pero que además por su poder económico, alcanza la penetración de las esferas del poder político en todos sus niveles, atentando contra la seguridad nacional.

Precisamente la omisión de la actuación de las autoridades encargadas de la seguridad pública, de la investigación de los delitos, de aplicación de justicia y las de ejecución de sanciones, es lo que propicia el surgimiento firme de fenómenos delictivos más complejos, que atentan ya no solo a la seguridad pública sino a la seguridad nacional, lo que implica el riesgo máximo en que pueda encontrar cualquier Estado, pues esto generaría un caos social y la pérdida del Estado de Derecho, y consecuentemente de las garantías individuales, encontrándose la población entre “dos fuegos”, por un lado la delincuencia y por otro las violaciones de los derechos elementales del individuo, por parte del propio Estado.

La praxis filosófica de la seguridad pública

La praxis filosófica, permite que el estado de Derecho permanezca dinámico, pero no se debe limitar a cubrir vacios jurídicos, que surgen por el movimiento incesante de la sociedad en todos sus rubros, sino que debe permitirle la transformación, inclusive anticipándose a los fenómenos, solo así es posible prevenir los delitos.

La seguridad pública requiere de la actualización oportuna de la norma jurídica, pero además las instituciones sociales deben estar

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