Es extraña la comunión de aquellos sexos

Es extraña la comunión de aquellos sexos, que con dolor hacen comprenderle el misterio de la belleza, lo lejano del amor, las transformaciones de la íntima soledad.

Teme, teme a las dificultades, intimide la renovación de los opuestos, aquellos que se equivocan, que lo desorientan.

Anormal son los exóticos gustos de aquel hombre, que nadando en su mar de necesidades no encuentra el significado de aquella sensación. Solo, solo, ha detallado la desnudez que lo cubre y al tiempo lo libera del asombro que inunda su conciencia.

Creía el, que sentado en la arena sucia y sin sentido recobraría esa sensación, ese sentimiento de vacío absoluto, que de rara manera, encuentra agradable.

En su cabeza actuaban esos sexos que subían y bajaban, a cuan parecido a un niño jugando en las escaleras cual cae y desaparece.

Exactamente era su comienzo, entre risas y verdades, esa NADA que hacía sentirlo a gusto, se había esfumado, como aquel beso olvidado de aquella persona inesperada.

Aquella misteriosa belleza que abunda en esa extraña danza, esos sexos que se oponen y con rareza interactúan a cuan flor danza con el viento, y con el tiempo, poco a poco, se deshoja, revelando ante sus ojos esa transformación que solo otorga la íntima soledad.

Anormal, sucio, ignorante tú, que juzgas esa danza con censura y pudor. Ser inferior, asesino de ideas, lamentable es tu ser, que no capaz de apreciar el grotesco zapateo que con suavidad enredan los hilos de aquellas ropas.

Grita, cruje, destroza la mirada, su mirada, que aunque engaña su ternura, mata, asesina y te estafa, te esconde y oxida tu alma, te pudre y te niega, niega tu origen, tu ser, lo que te hace y te vuelve luz.

Luces y tinieblas controlan su juicio, su ser, ahuyentado por sus miedos y rencores, huye asustado de una realidad tan cruda y tan injusta que, le aterra vivir.

Sus incontables lágrimas, su más grande dolor, su imponente cadena que cubre su corazón, su estúpida barrera que no le permite ver el camino y que, por las reglas de la sociedad ignorante en la que vive y existe, ha matado ilusiones y ha negado existencias, ha negado lo gris que llena su corazón y que su mente grita como blanco, ¿o negro?

Cubre tus oídos crudo ser plástico, relleno de gases e ideologías, que estas palabras reniegan tu existencia e hipocresía. No exilies, no exorcices la danza de los iguales, de aquellos que los apartan y patean, de los seres que se masturban sin piedad en su soledad, por una negación en sus almas.

El hombre, un hombre, observando las páginas de su vida y escuchando los audios del chico que alguna vez fue, siente como su existencia se contrae y se expande, llegan como eyaculaciones en su rostro aquellos sueños y deseos infantiles, esos que movían su mundo antes de tocar el segundo piso de su vida, empezando el paso a ese mundo incoloro y deprimente, lleno de preocupaciones y amarguras, aquel niño infantil solo se encuentra con el asesinato de su mera existencia, y da el paso a una cosa sin vida y sin ilusiones.

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