Experiencia de aprendizaje escolar.

Experiencia de aprendizaje escolar

Durante mi época escolar de primaria tuve una maestra de cuarto año que siempre repetía una frase “somos buenos en todo solo hay que saber desarrollarlo”  ella es una de las que nunca se rinde, siempre está dispuesta a dar y recibir; tenía la capacidad para inspirar amor y respeto en todos nosotros aunque algunos compañeros eran rebeldes, otros traviesos pero siempre estaba allí para apoyarnos.

Es bastante difícil para mí recordar sus clases porque casi no me quedan detalles, sólo emociones positivas, pero hubo algo que jamás olvidaré y es que nunca daba a ninguno de sus alumnos por perdido, sea cual sea su situación para ella cada alumno tenía solución, ya sea fácil de encontrar o difícil; si alguien no quería aprender, siempre existía un porqué y ella hacia todo lo posible por solucionarlo.

Manejaba un ambiente agradable, el salón en buen estado, materiales didácticos pegados en casi todas las paredes, al término de alguna actividad que requeria recortes siempre nos decía que la basura se deposita en el bote para que el salón de clases se mantenga limpio; de igual manera al momento de impartir sus clases, siempre se tomaba la molestia de presentar el tema lo más dinámico e incluso atractivo posible para captar nuestra atención, y lo lograba.

 La respetaban incluso los padres de familia, ya que, a veces, para solucionar el problema de un niño había que solucionar antes sus problemas familiares; siempre tenía la seguridad de que cada uno puede aprender si quiere y si se le enseña correctamente, yo era una de las niñas más tímidas del salón, casi nunca participaba siempre estaba callada, un día nos marcó un trabajo en equipos, por su puesto la maestra me integro con un grupo que no mantenía una relación de amistad; el trabajo consistía en  que cada integrante llevaría una fruta distinta, una galleta por equipo, un plato, cuchillo y tenedores.

Después de juntar los materiales solicitados nos pidió que nos juntáramos por equipo y dio las instrucciones de las cuales era hacer el mejor coctel de frutas con un bonito diseño, pero lo fundamental era que cada quien aportaría una idea o su opinión; mis compañeros empezaron a diseñar y yo como siempre callada, aunque sabía que era buena decorando; cuando me di cuenta que lo estaban haciendo mal me animé a decirles que tenía una idea mejor, les dije que hacer y al final nuestro coctel fue el mejor.

La maestra se acercó y nos dijo que hicimos un buen trabajo, que nuestro coctel se veía bonito por lo que pregunto de quién fue la idea, mis compañeros  respondieron que era mía, ella me regalo una sonrisa y nos dijo lo siguiente: cada uno de ustedes son inteligentes, tienen una imaginación extraordinaria por lo que siempre tengan presente que todo lo que se propongan lo pueden lograr ya sea un camino fácil o difícil solo es cuestión de creer en ustedes mismos y nunca olvidar que somos buenos en todo, solo hay que aprender a desarrollarlo.

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