Frank Lloyd Wright

Al igual que pintores como Claude Monet, Édouard Manet y August Renoir, entre otros, sentaron con el impresionismo las raíces del arte moderno y representaron un momento fundamental de tránsito entre la pintura antigua y las vanguardias artísticas de las primeras décadas del siglo XX, Frank Lloyd Wright ha sido considerado como un pionero en la arquitectura moderna, sobretodo, como Bruno Zevi indica, en cuanto que la historia de la arquitectura moderna es ante todo la historia de una nueva concepción del espacio continuo. Con este ensayo pretendo analizar la manera en que Frank Lloyd Wright concebía la arquitectura, no como un arquitecto impresionista, sino a la luz de la esencia del movimiento impresionista y denotar aquellos aspectos que considero reflejan en su arquitectura similitud con los impresionistas.

La arquitectura impresionista no existe como tal, sin embargo el arquitecto estadounidense, Frank Lloyd Wright buscaba con su arquitectura plasmar ciertas de sus ideas que en espíritu se parecen mucho a aquellas que los pintores impresionistas reflejaban en sus cuadros.

El concepto se aplica a toda corriente artística que comenzó en la Francia de la década de 1860. Sin embargo, este término no lo inventaron los propios artistas, sino un crítico y periodista, Louis Leroy, que le dio un matiz irónico, reductivo y despectivo haciendo referencia al cuadro del pintor Claude Monet, Impresión, sol naciente (fig.1), el cual tal como su nombre lo indica era uno de los objetivos de estos artistas: expresar su impresión de la naturaleza así como estudiar el efecto de la luz natural en los objetos. “Estos pintores son impresionistas en el sentido de que no pintan el paisaje, sino la sensación producida por ese paisaje” ; y es en esta búsqueda que plasmar la esencia captada por el artista, eso que se haya en el interior del objeto y que es lo que primero captamos de él, que entra nuestro arquitecto en el cuadro. Tal como Wright establece en su libro Testamento, “el resorte principal de toda arquitectura auténtica es la naturaleza” refiriéndose a la palabra naturaleza como < la esencia interior de toda causa y efecto> , es decir, la verdad respecto a cualquier objetivo o condición. Del mismo modo que los pintores recurrían a temas como la naturaleza y paisajes urbanos no para realizar un retrato fiel de lo que veían, sino para capturar esa esencia y primera impresión de la naturaleza, Wright construía con el objetivo de capturar la verdad del espacio interior. Para Wright la naturaleza entraba en la arquitectura en cuanto a que esta debía ser orgánica en el sentido que se viviera desde su interior de aquí que se incluso fuera concebida de adentro hacia afuera.

Así como pasa en los edificios de Frank Lloyd Wright, en muchos de los cuadros impresionistas, el espectador se ve arrastrado por dos maneras de mirar, hacia adentro y, a la vez, hacia afuera de la imagen. Por ejemplo, en el libro de Ver y no ver deVictor I. Stoichita se hace un análisis de cómo el cuadro de El Ferrocarril (fig.2), de Edouard Manet, puede verse hacia adentro del cuadro a través de la figura de la niña que introduce nuestra mirada a lo que está pasando atrás de esa reja en la central aun si no se ve ningún ferrocarril, mientras que la mirada de la mujer a su lado parece salir de dentro del cuadro al encuentro de quien observa la imagen. Siendo así y ya ubicándonos en un edificio del arquitecto, como es la Casa de la Cascada podemos observar como Wright proyecta la casa para que desde el interior con los techos bajos y terrazas y plataformas largas se cree la ilusión de un espacio continuo que va desde el interior de la casa el exterior (fig. 3) y del modo contrario integrando la casa a la naturaleza y no haciendo está sobre la naturaleza se da la impresión que el espacio exterior y la naturaleza que rodea la casa entran armoniosamente en ella (fig. 4) .

Un rasgo del que no hemos hablado y sin embargo suele destacar de los impresionistas es que rompieron la normatividad establecida por l’École des Beaux- Arts

...