“LA CRÓNICA PERIODÍSTICA”

“LA CRÓNICA PERIODÍSTICA”

     En todos los ámbitos sociales, las diferentes formas de expresión que pueden utilizarse para organizar los enunciados1 que conforman un mensaje reciben el nombre de géneros discursivos. Cada uno de estos géneros, que por su recurrencia en el tiempo establece formas típicas de enunciación, requiere de un lenguaje específico y particular cuya elección está condicionada, en todos los casos, por el tema, las circunstancias de tiempo y lugar, la finalidad que se persigue y el efecto comunicativo que se pretende producir2.

     En el ámbito periodístico, si bien la generalidad de los mensajes se orienta a “noticiar un hecho” -respondiendo a la misión básica de informar o dar a conocer algo-, una de las formas de diferenciar los géneros es atendiendo a la función comunicativa que se pretende alcanzar3. Siguiendo este criterio, pueden distinguirse tres grandes grupos de géneros periodísticos: los informativos, los de opinión y los de entretenimiento.

     Dentro de los géneros informativos, esto es, aquellos cuya función es transmitir datos o dar a conocer acontecimientos -ocurridos o por ocurrir- ciñéndose con la mayor fidelidad a los hechos, destacan: la noticia breve, la gacetilla, la crónica y la entrevista. Habiendo visto hasta el momento lo que concierne a noticia breve y gacetilla se abordará a continuación lo que hace a la crónica periodística. 

La crónica periodística

     Hasta mediados del siglo XIX, cuando el periodismo recibió un importante impulso de modernidad, los periodistas se definían a sí mismos como “cronistas” y a sus informaciones les daban el nombre de crónicas, de allí que se considere a esta forma de enunciación en tanto antecedente directo del periodismo actual.

     Como su propio nombre lo indica -el término proviene del griego cronos que significa tiempo- la crónica alude a un suceder en el tiempo y puede ser definida como el relato pormenorizado, secuencial y oportuno de acontecimientos de interés colectivo. Se trata, pues, de un género que teniendo como función explícita la de informar se ocupa fundamentalmente de narrar cómo sucedió un determinado hecho, recreando la atmósfera en que tuvo lugar el acontecimiento de que se trate.

     Más extensa y minuciosa que la noticia breve4 -que se caracteriza por presentar los hechos de manera sucinta y concisa-, la crónica añade a los datos básicos otros complementarios y particularizados utilizando para esto secuencias textuales argumentativas.

1- Ordenamiento de la información

     Como sucede con el resto de los géneros informativos, la estructura interna de la crónica está dada por dos partes principales: la cabeza y el cuerpo de la información. En el caso de la cabeza, las crónicas informativas siguen los mismos criterios de armado que se aplican tanto en las noticias breves como en las gacetillas; es decir, un párrafo inicial donde se da cuenta de los elementos más relevantes de la información que se relatará a continuación5. En la redacción del cuerpo, por el contrario, es donde la crónica establece sus principales diferenciaciones con el resto de los géneros informativos.

     Dado que en la crónica lo que adquiere relevancia es la narración de la sucesión temporal de los hechos que involucra un acontecimiento, la estructura redaccional del cuerpo que amplía y profundiza la información que se dio a conocer en la cabeza supone el desarrollo de las tres partes que constituyen todo texto narrativo, esto es, la introducción, el desarrollo y el desenlace.

      Ahora bien, lo que difiere en cada crónica particular es la manera en que se distribuyen los datos del acontecimiento en esas tres partes y, sobre todo, el orden que se da a dichas partes. Es decir, si bien los hechos se suceden en un orden cronológico, al momento de contarlos pueden adoptarse diferentes perspectivas.

      En el desarrollo de la práctica periodística se han concebido dos formas principales de encadenar las informaciones en el cuerpo de una crónica: por un lado aquella que, respetando el encadenamiento natural de los hechos, sigue en la narración el orden cronológico o la secuencia temporal que presentan los acontecimientos sobre los que se informa; por otro, aquella que alterando la sucesión natural que tuvieron los hechos hace predominar un criterio valorativo que, estructura los datos de acuerdo a la relevancia u orden de importancia que, según el criterio del periodista, han tenido en el curso de un acontecimiento.

2- Esquemas de Redacción

      Si bien el periodismo ha concebido diversas formas de desarrollar el cuerpo de la nota, a grandes rasgos pueden identificarse tres esquemas tradicionales de ordenamiento:

INFORMACIÓN

EN ORDEN

CRONOLÓGICO

1. PIRÁMIDE NORMAL: es el modelo de redacción que se emplea en aquellas crónicas en las que el relato respeta el orden cronológico en el que se desarrollaron los acontecimientos.  Los datos se distribuyen secuencialmente puesto que la temporalidad constituye su columna vertebral.

Orden CRECIENTE de

        importancia

En la introducción se ubica al lector en la situación inicial (lugar, día, protagonistas); en el cuerpo se detallan los hechos o secuencias que se fueron sucediendo y en el desenlace se plantean las consecuencias últimas del acontecer.

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