LA ÉTICA EN EL SERVICIO DE POLICIA

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a profesión policial implica siempre un elemento vocacional que es imprescindible para el correcto desempeño de su función. Exige además un comportamiento ético ejemplar que apruebe el ejercicio de la autoridad que le concede el estado de derecho para el cumplimiento eficaz de la misión. Nuestra doctrina pretende que los policiales asuman valores éticos de manera voluntaria, libre y responsable. La institución posee un código que concentra principios éticos que dan orientación en el desempeño de cualquier actuación policial y despejar cualquier duda que pueda surgir sobre la rectitud de su actuación.

Los funcionarios de policía en todo momento deben ajustar sus comportamientos a los principios y valores institucionales conllevando al apoyo y reconocimiento de la comunidad en general; cualquier vulneración, abuso o infracción supondrá una pérdida de confianza de la comunidad y la intervención de los mecanismos de control existentes. La efectividad y eficiencia del servicio policial depende del apoyo y cooperación de la ciudadanía. Todas las directrices y reglamentos que definen o limitan el poder y funciones de la policía deben ser fáciles de entender y accesibles para los ciudadanos.

La ética enfocada al servicio policial pretende determinar una serie de principios orientadores de las conductas policiales, resaltando la importancia que se otorga a la prevención de posibles situaciones de conflicto entre los derechos y libertades fundamentales de las personas y la eficacia de la intervención policial, buscando con esto el equilibrio que requiere la misión encomendada. La policía es siempre fiel reflejo de la sociedad a la que sirve, el apoyo de la ciudadanía vendrá dado por el grado de respeto que muestre el policía a la protección de los derechos y por la capacidad de ajustar su actuación a criterios de ética profesional.

Los funcionarios que cumplen funciones de carácter policial deben actuar profesionalmente con sentido de servicio público y con una necesaria ética policial, buscando una policía que la comunidad quiera digna, profesional, eficaz y democrática. Todos los funcionarios que integran la institución policial tienen que estar inspirados de una profunda formación moral, para el desempeño de su misión noble, justa y sobre todo desinteresada.

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