LAS PEQUEÑAS COSAS DE LA VIDA

LAS PEQUEÑAS COSAS DE LA VIDA

En un acogedor y lujoso apartamento ubicado en la ciudad de Miami, se encontraba Juan Fornariz y su querida y bellísima esposa Eloísa Laverde, ellos eran una de las parejas más envidiables del momento. Juan es un prestigioso abogado de derechos civiles de egresado de Miami International University, el nació en cuba y su talentosa esposa Eloísa es una actriz de talla mundial. Estando ellos sentados en el mirador divisando tranquilamente el panorama Juan dijo -Amor estoy cansado de esta vida, por más que trato de hallar una razón por la cual ser feliz, no la tengo, y Eloísa lo interrumpe diciendo –Cariño, pero si nuestra vida es envidiable, tenemos las mejores comodidades, viajamos a donde queremos, nos amamos, tenemos dinero y siempre tendremos trabajo, ¿Qué más le podemos pedir a la vida?, Juan se recostó en su pecho y exclamo –Amor, pero siento que no soy totalmente feliz, para mí esto no es felicidad, estas últimas semanas me he cuestionado esto, Eloísa respondió -Quítate esas ideas de la cabeza, nosotros somos muy felices, Ah! mejor me baño se me está haciendo tarde para el casting.

Juan, al pasar las horas sentado divisando el panorama en el mirador decide salir a dar una vuelta y de paso va a su bufete de abogados a solucionar unos casos inconclusos, aprovechara para des apaciguarse de esa pregunta que durante estas semanas lo ha estado carcomiendo. Baja al garaje, sé sube a su automóvil y decide irse por la autopista central que aunque se demora más, en ese camino se encuentra con las playas y el sonido del mar lo podrán tranquilizar, en el camino una señora adulta se le atravesó y Juan asustado grita –Señora CUIDADO! Pero la señora no le presta atención y la atropella, Juan sale de su automóvil e inmediatamente sale a socorrer a la señora, le coge la cabeza y se da cuenta que está sangrando en el hemisferio derecho de la cabeza, coge su celular y marca a emergencia, pide urgentemente una ambulancia, mientras espera unos minutos y le habla desesperadamente a la señora –Señora, perdóneme fue sin culpa estaba distraído, pero me hare cargo de todo lo que necesite, por favor no se muera. Al paso de 10 minutos llega la ambulancia, los paramédicos cogen cautelosamente a la señora y la suben a la ambulancia, Juan se dirige donde el paramédico encargado y le expresa su preocupación –¿Doctor la señora aún tiene signos vitales?, y el paramédico le responde –Si señor Juan, ¿Usted se hará responsable de ella?, Don juan otra cosa, ¿Cómo es el nombre de la señora o de algún pariente?, Juan le dice –No conozco a nadie y me tome el atrevimiento de revisarle el bolso para tratar de contactar a alguien y avisar lo ocurrido, se dirigieron al Hospital Coral Spring y allí, Juan llamo a su esposa Eloísa para informarla de la situación y el lugar donde se encontraba en ese momento, Eloísa conmocionada va rápidamente

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