La Cabaña

LA CABAÑA

Todo comienza una mañana de marzo, en la que todavía hay nieve del invierno pasado y además hay una tormenta de aguanieve que cae lenta pero constantemente. Mackenzie Allen Phillips observa como las gotas pegan en su ventana y se decide a salir por el correo. “Mack” sale de su casa medio desabrigado y el viento le impide avanzar con rapidez por el camino que llevaba al buzón. Luego de un rato llegó a éste, y quito un poco de hielo de la apertura para tomar el correo. Entre los recibos de luz y agua, se hallaba una nota que decía: “si quieres reunirte conmigo estaré en la cabaña este fin de semana.” –Papá. Entonces él se sintió muy enojado por la nota, y al caminar de nuevo hacia su casa, se cayó y se deslizó hasta que se estrelló con un árbol de su patio. Él se levantó y con cuidado caminó hacia la entrada, cuando entró se tocó la cabeza, y se dio cuenta de que tenía mucha sangre y algunas piedritas encajadas en su cráneo. Fue al baño a tratar de curarse y después se acostó en el sillón a ver la tele para quedarse dormido. Después de unas horas, su esposa Nan, llegó. Ella era enfermera por lo que de inmediato sanó las heridas de su esposo. Mack no quiso mencionar la nota que había recibido, pues para él la cabaña era el último lugar al que iría, de donde tenía pésimos recuerdos, lo que él llamaba la gran tristeza. Hacía ya unos años, en un día de vacaciones, Mack organizó un viaje a un parque nacional, Nan no pudo ir, porque tenía un curso de enfermería en otra ciudad, por lo que él se llevó a sus tres hijos solo. Llegaron al parque y conocieron a dos familias, que tenían hijos al igual que Mack, y ellos jugaban juntos mientras los padres tomaban café y esas cosas. El día que estaba planeado ir de regreso a casa, los dos hijos mayores Josh y Kate, quisieron tomar un paseo en canoa en un lago cerca de la casa rodante, mientras la más pequeña, Missy, estaba coloreando un libro. De pronto la canoa se volteó y Mack corrió a salvar a Josh

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