La Ciudad

Nuestras organizaciones y específicamente en el caso de nosotros los trabajadores dependientes, son el lugar donde uno pasa la mayor parte de su vida. De hecho, en nuestra organización, se desarrolla la mitad de nuestra vida. Por tanto, lo que hagamos en nuestro trabajo tiene que tener un impacto en nuestra sociedad y desde luego, se reflejará en el resto de nuestra actividad diaria.

Las ventanas rotas en la empresa están a cada paso, en cada actividad, en cada rol, desde los gerentes hasta los trabajadores de mantenimiento, no debe concebirse que para triunfar y escalar, es necesario hacerlo a toda costa, cueste lo que cueste, incumpliendo las normas internas, quebrando y sobornando.

Los gerentes, demostrando que es posible el respeto a través sus decisiones y el cumplimiento de las normas internas y los trabajadores, alejándose de la mediocridad y de una actitud descuidada y desordenada más por el contrario, buscando la excelencia en sus resultados por sí mismos.

Cuando observamos las diferentes áreas de las organizaciones y el funcionamiento de los equipos de trabajo estaríamos ante el caso de que personas no productivas tienden a hacer menos productivas a las personas que tienen a su alrededor y a todos aquellos que se incorporan a la organización, es decir que los elementos contaminantes tienden a hacer menos productivos a sus pares, favoreciendo la aparición de nuevos elementos contaminados y contaminantes, los buenos trabajadores terminarán de cansarse de ser como son, y los malos trabajadores porque se encuentran ya en esa situación, por ello es necesario mantener un orden y para ello es necesario que los trabajadores tengan objetivos que cumplir, quien incumpla reiterativamente o se apañe una actitud por amistad, consideración de salud (discapacidad) o cercanía emocional, es mejor que salga de la organización, pues su conducta es casi seguro que terminará contaminando a más trabajadores, si a un trabajador se le da una orden y no la cumple y no se corrige, terminará generando la misma actitud en sus pares que observan, pues si a uno no le pasa nada, entonces al resto tampoco le pasará nada, es aquí, donde la teoría toma acción, si vemos una ventana rota y la dejamos es de seguro que las restantes también se romperán, por ello, en cuanto veamos una rota, inmediatamente debe activarse este principio de la teoría y repararla, inmediatamente veamos que un trabajador no cumple su función, deberá corregirse o amonestarse y si es reiterativa, separarla de la organización, para evitar que su conducta contamine a más personas.

Asimismo, es importante considerar que las actitudes son predictores de la conducta, nos proporcionan indicios de los propósitos o inclinaciones de los empleados para actuar de cierto modo, es en estos momentos en los cuales la experiencia del gerente, proporciona a la organización la capacidad de ver o no ver el cristal roto. Cuando los empleados no

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