La Curiosidad, Un síntoma De Juventud

Desde que nacemos, los seres humanos tenemos la capacidad curiosa por todo, tenemos un espíritu que nos conduce a descubrir sobre todo lo que nos rodea. Luego empezamos a inclinarnos por actividades específicas y queremos saber más acerca de ese algo particular, y desde esas pasiones inherentes que se van sembrando según nuestros gustos y cualidades, nos proponemos metas y objetivos que tienen como fin la felicidad. En ese camino por nuestros sueños trasciende nuestra esencia e involucramos mucho de nosotros para perseguir ese algo, sin embargo hay quienes sólo tienen pensamientos e ideales y no persiguen ni persisten en el camino de tornar real eso propuesto. La curiosidad se define como ese deseo de conocer y de ver más allá de lo evidente, como la primera y simple emoción que está en la mente humana. En éste ejercicio de ser osado y curioseo, se debe ser cauto y precavido, porque se puede llegar a la desdicha fuerte de la muerte; algunos seres humanos no distinguen en curiosear lo conveniente para el crecimiento personal sino todo lo contrario utilizan lo bello de ésta acción para entrometerse en la vida de las demás personas creyendo que se realiza una buena acción (eso depende de la intención), ó se exceden en sus preocupaciones por los intentos de querer descubrir por sí solos sus dudas causando problemas a su salud o una profunda ansiedad que lleva a realizar riesgos erróneos; es cierto que arriesgar es vivir, pero para ello hay un límite. Para comprender esto utilizaré a Antonio Machado que menciona en uno de sus libros “las prisas y las preocupaciones hacen que: -se oiga sin escuchar –se como sin degustar, se toque sin sentir. No pudiendo disfrutar de todos los sentidos, sólo por tener siempre preocupaciones en la cabeza”.

Otro de los improvistos que surgen al momento de curiosear es que al dar nuestras ideas quizá no lleguen a ser suficientemente reflexionadas por los demás, perjudicándonos y ayudando al afán de ser aceptados. Esto se expresa en el miedo por indagar y justificar el por qué se centró la curiosidad en ese aspecto. Un ejemplo de rechazo de ideas, y de rechazo al ser curioso se pone de manifiesto en algunos pequeños inventos que nunca salieron a la luz pública: un paracaídas de sombrero para escapar en casos de emergencia como de un incendio en un edificio. Una idea simple y que parece no tener importancia pero que quizá pudo haber salvado la vida de muchas personas.

Finalmente se puede denotar y confrontar que la realidad de un ser curioso, debe ser interesarse por lo que parece insignificante y demostrar que 1 “la juventud de un ser no se mide por los años que tiene, sino por la curiosidad que almacena”, es decir que una persona entre más curiosa se caracteriza por tener permanente y seguro un trabajo en su inteligencia fortaleciendo la juventud.

Las personas no debemos caer en el error de que la juventud es solamente la cualidad física, a menudo

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