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La Diegesis En Los Invalidos


Enviado por   •  3 de Octubre de 2014  •  1.037 Palabras (5 Páginas)  •  292 Visitas

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Universidad Alberto Hurtado

Licenciatura en Lengua y Literatura

Teoría de la Literatura I

Karla Almonacid Ojeda

Trabajo 1

La diégesis es una palabra derivada del griego que quiere decir relato o exposición, dando como imagen un mundo ficticio del que se da cuenta. El narrador es quién cuenta la historia y tiene la tarea de contar las acciones y pensamientos de los personajes implicados, usando tres ejes de acción: el espacio, el tiempo y los personajes. Este tipo de imitación está presente dentro del texto “Los inválidos” de Baldomero Lillo, ya que hay una narración de hechos y a la vez le da el narrador la posibilidad de expresarse directamente a un personaje.

Este concepto se viene usando desde los tiempos de Platón, Aristóteles y Horacio creando sus propias ideas respecto a este término pero siempre usándolo como oposición a la mímesis. Siendo su principal diferencia que un texto diegético crea un mundo ficticio verosímil en el cual pueden diferir las idealizaciones del mundo real, presentándolo a través de un narrador; mientras que en la mímesis estas idealizaciones convencionales tienden y pretende apegarse a la realidad de una sociedad. La obra de arte en la diégesis no representa ningún aspecto de la realidad, sino que representa algo solamente para el autor (narrador), expresando directamente sus fantasías en contraste con la mímesis.

Tres autores hacen referencia a la diégesis en contraste con la mímesis. Platón por una parte habla de esto en su obra “La República” (Libro III), dice que la diégesis o narración simple “habla el propio poeta (narrador*) y no trata de hacernos creer que sea otro y no él quien se expresa así”. (Platón, 153). En oposición a esta aparece la mímesis o narración imitativa donde el poeta crea la ilusión de que es otro el que habla, dándole la palabra a los personajes, “al expresarse como si fuese otro el que habla…su dicción se asemeja lo más posible a la de aquel que, según ha advertido de antemano, va a hacer uso de la palabra”. (Platón, 153). Y por último hace referencia a la narración mixta, la cual es una mezcla de ambas. Siendo esta última presente en el texto “Los inválidos” de Baldomero Lillo, primeramente como una diégesis que narra el suceso de un día algo diferente en una minera. Dado que el caballo Diamante será sacado de los túneles por ya haber cumplido su labor, herido, enceguecido y agotado ya no le queda más que su nueva libertad de soldado dado de baja pero que a la vez lo aprisiona por no tener a dónde ir ni conocer nada más que esa polvorienta realidad, al igual que sus compañeros humanos. Siendo el un animal refleja con mayor certeza a estos trabajadores sucios, agotados y libres para marcharse pero prisioneros por sus condiciones de vidas precarias. “El anciano permaneció un instante en actitud reflexiva y luego, pasando el brazo por el cuello del invalido jamelgo, con voz grave y vibrante como si arengas a una muchedumbre exclamó:” (Lillo). Siguiente a esta narración se procede a dar la palabra al personaje, creando una mímesis en estilo directo.

“-¡Pobre viejo, te echan porque ya no sirves! Lo mismo nos pasa a todos. Allí abajo no

se hace distinción entre hombres y las bestias. Agotadas las fuerzas, la mina nos

arroja como la araña arroja fuera de su tela el cuerpo exangüe de la mosca que le

sirvió de alimento. ¡Camaradas, este bruto es la imagen de nuestra vida! Como él

callamos, sufriendo resignados nuestro destino!” (Lillo, )

Por otro lado, Aristóteles en “La Poética” plantea una neutralización diciendo que todas las artes son miméticas, pero se diferencian en la forma de imitación y distingue tres grados de esta. Estas son: Mínima imitación o diégesis; máxima imitación o mímesis; e imitación intermedia en el cual el narrador relata los discursos de los personajes, este sale de su papel de narrador y habla en estilo directo otorgándole la palabra a los personajes. En este tipo de narración el narrador es un simple transmisor a veces del autor y a veces de los personajes. Cuando el narrador da ingreso a la voz de los personajes, lo único que hacer es citar literalmente las palabras de estos.

Horacio no discrepa mayormente de las ideas de Aristóteles, proporcionando la relación de imitación como relato de hechos. Del que se da cuenta de ello a lo largo de la narración de Baldomero Lillo.

La construcción diegética de “Los inválidos” hace referencia a la vida de todo ser humano, no solo a los mineros o a aquellos que tienen labores forzados, sino que a todos, presos de su condición inherente de trabajador, usados hasta que los músculos no responden o los huesos le fallan. Cuando por fin se es libre de esto, cae en la pregunta de ¿Qué hacemos ahora? Como diamante caminar por el páramo, ya destruidos e incapaces de disfrutar esa libertad, carcomidos por el tiempo, deteriorados por las condiciones y labores no queda más que esperar el zarpazo final. Este mundo realista representado en un caballo minero sigue siendo ficticio según los autores anteriores debido a que sigue siendo una historia inventada. Ayuda a que sea verídica la incorporación de las palabras del personaje de manera directa, creando así la ilusión de realidad.

Bibliografía

Platón. “República” en Diálogos IV. Madrid: Gredos, 1988.

Aristóteles. Poética. Trad. Angel Cappelletti. Caracas: Monte avila editores latinoamericana, 1987.

Lillo, Baldomero. “Los válidos” en Obras completas. Santiago: Biblioteca Nacional de Chile, 1968.

Horacio. Poética en Obras. Volumen II. Trad. José Luis Moralejo. Madrid: Gredos, 2008.

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