La Polis griega

La Polis griega se refiere a la forma natural de vida humana, culminación de un proceso que se inicia en la familia, pasa por la tribu y la aldea y finaliza en la ciudad. Esta es un medio lo suficientemente abarcable y lo suficientemente apto para procurar el bienestar y la seguridad que, además, posibilita la participación en el gobierno del propio colectivo humano que la forma. Desde la óptica de nuestros días el modelo nos choca porque se basa, como luego hará Roma, en un sistema esclavista que sostiene la producción y que permite al ciudadano dedicarse a los asuntos públicos. Pero es claro que el llamado ocio creador ha dado grandes frutos en el Historia. En ese marco los griegos ensayan distintas formas de gobierno. Y será Aristóteles el que nos ofrece a la posteridad una sistematización de las mismas: Monarquía o Gobierno de uno, Aristocracia o Gobierno de varios, Timocracia o Gobierno de todos mediante un sistema censitario, que reserva las funciones políticas a los virtuosos. Estas formas están para Aristóteles ligadas al mérito y la capacidad, pero pueden degenerar y transformarse, respectivamente, en Tiranía, Oligarquía o Democracia (que hoy llamaríamos Demagogia). La más idónea es para él la que combina el principio democrático con el aristocrático, de manera que considera importante el valor de la mayoría pero reservando las funciones políticas a los mejores. Se trata, por lo tanto, de la defensa de una igualdad que no es aritmética sino proporcional al mérito. Corresponde igualmente a Aristóteles la distinción entre poder. No es que Aristóteles precocine la separación de poderes, sino que al analizar las distintas "constituciones" griegas constata, con variabilidad de contenidos concretos y de formas de reclutamiento según el distinto tipo de ciudad, la existencia de tres órdenes de funciones básicas: la deliberativa y de control, la magistratura o de gobierno y la función judicial. Se trata, en todo caso, de una distinción magistral. La Polis Griega también conocida como la pólis clásica - politeia, eleutheria, nomos, son los grandes aportes de la cultura griega clásica, la filosofía, el drama, la teoría política, la historiografía, etc. Son productos de un contexto muy peculiar, la pólis, es decir la forma de organización estatal propiamente griega. La polis es una forma de organización con características muy peculiares, completamente diferentes de las formas estatales que habían surgido en Oriente, que siempre habían culminado en estructuras de poder concentradas, fueran éstas teocráticas o monárquicas. La gran contribución de la polis al desarrollo político del mundo mediterráneo fue el concepto de ciudadanía. Es, de hecho, importante destacar que el concepto griego de polis no debe traducirse por “ciudad”, ni tampoco por “ciudad estado”, polis designa al estado propiamente dicho, pero no como territorio, sino como la suma de los ciudadanos (politai). El concepto de ciudadanía (una de las formas en que puede traducirse el término politeia) fue, por supuesto, un desarrollo gradual, resultado de la paulatina extensión de la participación política que, de estar centrada en el rey en la época oscura, pasó a la aristocracia en la época arcaica, a los hoplitas y a la democracia en la época clásica. Las póleis griegas de la época clásica presentan gran diversidad de formas, pero un elemento central en la mayoría de ellas es la participación directa en la dirección del Estado de grupos relativamente amplios de los propietarios del suelo. En algunos casos, la misma quedará restringida a terratenientes (oligarquía), en otros, se hará extensiva a sectores campesinos (timocracia – democracia hoplita). Sólo en algunos lugares llegará esa participación a hacerse extensiva a los trabajadores desposeídos (thetes), se trata de la democracia radical. Hoplitas griegos

Los otros dos grandes aportes de la polis como forma

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