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La leyenda de Carlomagno


Enviado por   •  4 de Marzo de 2015  •  1.107 Palabras (5 Páginas)  •  430 Visitas

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1. En el cuento “La leyenda de Carlomagno” de Italo Calvino, identifica los siguientes elementos: tipo de narrador, punto de vista, personajes (protagonista y secundarios), tiempo, lugar y el argumento del relato.

El emperador Carlomagno se enamoró, siendo ya viejo, de una muchacha alemana. Los nobles de la corte estaban muy preocupados porque el soberano, poseído de ardor amoroso y olvidado de la dignidad real, descuidaba los asuntos del Imperio. Cuando la muchacha murió repentinamente, los dignatarios respiraron aliviados, pero por poco tiempo, porque el amor de Carlomagno no había muerto con ella. El Emperador, que había hecho llevar a su aposento el cadáver embalsamado, no quería separarse de él. El arzobispo Turpín, asustado de esta macabra pasión, sospechó un encantamiento y quiso examinar el cadáver. Escondido debajo de la lengua muerta encontró un anillo con una piedra preciosa. No bien el anillo estuvo en manos de Turpín, Carlomagno se apresuró a dar sepultura al cadáver y volcó su amor en la persona del arzobispo. Para escapar de la embarazosa situación, Turpín arrojó el anillo al lago de Constanza. Carlomagno se enamoró del lago Constanza y no quiso alejarse nunca más de sus orillas.

2. En el texto anterior, señala el planteamiento, nudo y desenlace. Además, ¿cómo crees que el autor logra mantener el interés del lector? Argumenta tu respuesta.

3. Explica por qué el siguiente texto puede considerarse un cuento:

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Augusto Monterroso

4. En el siguiente texto de carácter científico, identifica la estructura narrativa. Además, analiza el por qué de ésta: ¿Para qué sirve la estructura narrativa en este texto? ¿crees que el texto podría prescindir de ella? ¿Qué tipo de punto de vista se quiere reforzar utilizando la narración?

Josefina Muriel. Una mujer de historia

Moverse en el tiempo, sumergirse en los vericuetos del pasado para desentrañar nuestros orígenes, ha sido la vocación de Josefina Muriel, como lo demuestran las numerosas obras con que ha contribuido al estudio de la cultura novohispana.

A sus 89 años, Josefina Muriel —investigadora emérita y doctora en historia, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM— sigue atrapando el dato y recreando con rigor histórico la vida colonial. Su entusiasmo y su curiosidad no han disminuido en más de 60 años de actividad en esta disciplina.

Josefina Muriel se interesó por la historia desde que estaba estudiando la preparatoria. También le gustaba escribir. Eligió la época colonial porque en ese periodo se formó México: “Del choque violento entre la sangre indígena y la sangre española surgen los nuevos matrimonios, las familias, las escuelas y las instituciones que van conformando la sociedad mexicana”.

Seducida por la belleza de las fachadas de conventos e iglesias, Josefina Muriel se dedicó a investigar la historia de las instituciones religiosas coloniales. La impulsaba también el deseo de saber todo lo relacionado con las mujeres indígenas. Quizá podría descubrir algo sobre las vidas de esas mujeres en esos espacios cerrados.

“Me metí a esto de los conventos porque una vez, yendo por la avenida Juárez, al pasar frente al convento de Corpus Christi mi madre me dijo: ‘Mira qué preciosa fachada; fue el convento de las indias caciques, una gran obra que existió en la época colonial’. Eso me animó a investigar todo lo del convento y mi estudio se publicó en el volumen 7 de la revista Anales, del Instituto de Investigaciones Estéticas. Es la primera obra que publiqué, con planos y todo lo que había sido el primer convento”, cuenta la doctora Muriel.

Las instituciones religiosas novohispanas poseían obras arquitectónicas valiosísimas, verdaderos tesoros de arte que Muriel reveló en Conventos de monjas de la Nueva España, su tesis de maestría y doctorado. “Un libro que ha tenido mucha trascendencia, a pesar de que cuando lo propuse, mi director de tesis me dijo que ese tema no le interesaba a nadie. Yo le contesté: tiene razón, no interesa ahora porque no lo conocen, pero en cuanto yo lo publique, les va a interesar a todos. Y mire a lo que ha dado lugar: ¡hasta un congreso internacional!” Después de doctorarse, Josefina Muriel recibió una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores de España y se fue a trabajar al Archivo General de Indias. Allí encontró gran abundancia de información sobre las mujeres. También estudió en la Universidad de Sevilla, en Santander y en Madrid.

Al volver a México, Rafael García Granados, director y fundador del Instituto de Investigaciones Históricas, la invitó a incorporarse a ese centro, donde aún trabaja, y le pidió realizar un estudio sobre los hospitales de la Nueva España. ‟‛Creo que será cuestión de hacerlo en unos seis u ocho meses, o tal vez menos’, me dijo. Cada vez que lo veía me preguntaba: ‘¿Cómo va, ya terminando?’ Yo contestaba: ‘voy terminando de empezar’”. Cuatro años de trabajo dieron origen al libro Hospitales de la Nueva España, que abarca desde el siglo xvi al xix. “Se me abrió un panorama maravilloso”, comenta la doctora Muriel, “porque decir hospitales no da idea de la magnitud de la obra que significaron: ¿quién atendía a los indios en aquellos periodos tremendos de las epidemias?, ¿y a los españoles, que venían hechos unos guiñapos después de cruzar el mar? No se habría poblado México, ni habría indígenas, si no hubiera sido por las instituciones encargadas de restaurar la salud”.

Josefina Muriel no sólo ha sido pionera en el estudio de hospitales y conventos de la Colonia, sino también en acercarnos a las obras y los días de escritoras, músicas, educadoras, pintoras e impresoras de la época. También fue precursora en el análisis de las causas de la prostitución durante el Virreinato. Actualmente trabaja sobre la primera crónica escrita por mujeres del siglo XVI, así como en su papel en la música de la Nueva España. Ha publicado numerosos artículos y más de 20 libros.

La doctora Muriel no ceja en su empeño de hurgar en el pasado. Es una mujer de historia que ha logrado realizar sus deseos. Así ha sido desde que su madre se oponía a que entrara a la universidad y ella logró convencerla: “Neceé tanto, insistí tanto, que uno de mis maestros fue a hablar con mi mamá y la convenció”. Lo demás es historia.

5. Utilizando un narrador en tercera persona, relata tu propia historia, ya sea de carácter ficcional o realista. Después narra la misma historia, desde la perspectiva de uno de los personajes, es decir, éste se convertirá en un narrador en primera persona.

Bibliografía

Calvino, Italo. “La leyenda de Carlomagno”. Ciudad Seva. Consultado el 24 de enero de2010. Disponible en:

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ita/calvino/leyenda.htmGarcía, Martha Elena. “Josefina Muriel. Una mujer de historia” ¿Cómo vez? Revista de divulgación científica de la UNAM. Consultado el 26 de enero de 2010. Disponible en:

http://www.comoves.unam.mx/

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