Las normas morales.

LAS NORMAS MORALES

Al reflexionar acerca de las normas morales y a lo que con llevan las acciones y la relación de los valores, y la educación moral observando en nuestro entorno, es evidente una relación estrecha y necesaria para explicar las acciones, actitudes, reacciones y pensamientos que influyen en las problemáticas sociales y en la conducta de cada ser porque en la actualidad vivimos todos los días dependiendo del desarrollo de cada ser humano, por ejemplo la confianza, plenitud, profesionalismo, responsabilidad, más sin embargo, desafortunadamente o como resultado también de esa relación los antivalores como violencia, abuso, violación, destrucción, indiferencia e inestabilidad. La sociedad es el origen de la moral pues cada sociedad dicta reglas que los individuos deben acatar para vivir en ella y son la armonía de la estructura social, que se vería quebrantada por el comportamiento desalineado de sus miembros cuando obedece únicamente a los intereses de algunos particulares. La sociedad en la que vivimos posee normas de conducta, y desde muy pequeños, aprendemos qué "debemos hacer" y qué es "bueno". No es concebible una sociedad sin tal código de normas por eso, el ser humano es un animal "social" y necesariamente "moral" en forma consciente, libre y responsable con el propósito de hacer el bien, son propias del ser humano y su sanción, en caso de incumplimiento, es el remordimiento de conciencia acuerdo al pensar de la persona. Considerando la conciencia moral se adquiere o la tomamos del entorno en que nos hemos desarrollado, los valores dominantes en los distintos grupos sociales en que nos movemos afectan a nuestro modo de valorar las cosas y las acciones a lo largo de nuestra vida, esta conciencia va desarrollándose y variando, aunque lo fundamental de la misma se adquiere en la infancia y la adolescencia para ser el tipo de persona que se desee ser la educación es muy fundamental porque puede “despertar las conciencias” y redescubrir al “hombre naturalmente bueno” sólo retomando nuestra obligación de educar para fortalecer la virtud y deseo de que los valores busquen el ideal humanista de equilibrio y concordia mediante la armonía interior, de cada ser humano consigo mismo, del hombre con el hombre y del hombre con el mundo.

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