Los Caballos
Cristy6716 de Diciembre de 2014
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Características generales
Los caballos forman parte de la familia de los équidos, y se encuentran dentro del orden de los perisodáctilos. Según la clasificación científica, el equino doméstico se denomina equus caballus, el de przewalski es llamado equus przewalskii y por último el tarpán denominado equus caballus gmelini.
Es un mamífero perteneciente al orden de los ungulados imparadigitados. Y forma parte del grupo de los herbívoros por alimentarse principalmente de hierbas.
Se caracteriza por su fuerza, nobleza, energía y valor. Es destacable también la clara comprensión de la voluntad de su amo y el placer de someterse a esta, tales son sus principales condiciones. Es considerado un animal de extremada ligereza y esto forma parte de las características remarcables dado su volumen.
Su mayor desarrollo es adquirido a la edad de cuatro años y la esperanza de vida del caballo varía entre los veinticinco y los treinta años, pudiendo extenderse pero no demasiado.
Existe otra clasificación, según la dimensión del equino. Esta abarca a los caballos pesados, los ligeros y los miniatura. Los que se denominan pesados, se encuentran arriba de los seiscientos cincuenta kilogramos y generalmente presentan líneas fuertes y algo toscas. Los caballos de tiro se encuentran dentro de este primer grupo por ser grandes y fuertes. Generalmente son utilizados para jalar carretas y para realizar labores en el campo. En el segundo grupo ubicamos a los caballos ligeros cuyo peso es menor a los seiscientos cincuenta kilogramos, poseen líneas ligeras y bien proporcionadas. Son utilizados para la monta, es decir para salto, carreras y paseos. Por último los caballos conocidos comúnmente como póneis corresponden al grupo de los equinos miniatura, que poseen líneas cortas. Entre los más pequeños se encuentran las razas Shetland y Falabella.
También se pueden clasificar en: caballos de sangre fría, de sangra caliente y de sangre tibia. Los primeros son de temperamento muy tranquilo, por lo general aquellas razas como el Percherón y el Clydesdale, entre otras, se ubican dentro de ente grupo. Los caballos de sangre caliente son de temperamento alerta y nervioso; dos de las razas características correspondientes a este tipo de equinos son la Árabe y la Pura Sangre Inglés. Los comúnmente conocidos como "warmblood" son razas obtenidas de la cruza de caballos sangre fría con sangre caliente. Estos equinos, denominados de sangre tibia, obtienen del primer grupo su tranquilidad y docilidad y del segundo su agilidad y ligereza. Las razas más conocidas son las de origen alemán como el Hanoveriano, el Westfaliano y el Trakener; pero existen otros países, como Holanda y Méjico, que también poseen razas con dichas características.
Pelajes y marcas:
Existe gran variedad de pelajes cuya denominación del país y del idioma que en él se hable; muchos de los nombres que se les da a los pelajes son descriptivos y otra gran mayoría comparativos
El pelaje se fue desarrollando durante millones de años con el objetivo de proporcionar al animal el mejor camuflaje dentro de su medio ambiente, ya que cuanto más se parecía a su entorno, más a salvo estaría de sus depredadores. Hoy en día la variedad es resultado de la crianza controlada y no guarda relación alguna con el camuflaje. Un ejemplo claro de esto lo encontramos en el siglo pasado cuando la Yeguada Real Alemana criaba caballos color crema o cremello para ser utilizados en los carruajes. Otra situación de la misma índole, pero más actual, es la cría de caballos tales como Palominos, Píos o Pintos, entre otros, principalmente realizada por ser capas raras.
El color no tiene absolutamente nada que ver con el temperamento ni con la calidad del caballo, ya que es transmitido, como las demás características, a través de los genes. Existen colores, como el negro y el castaño, que son dominantes porque siempre parecen en la capa. Otros son recesivos ya que no aparecen por ser transmitidos como un gen escondido.
Los seis colores básicos de los cuáles derivan los demás, son los que deben ser sabidos para poder distinguir los grandes grupos de pelajes. Éstos son el prieto, el tordillo, el alazán, el bayo, el colorado y el grullo. El primero le es adjudicado a todo caballo cuyo color de pelo es negro. Cuando hablamos de tordillos, no referimos a las capas blancas. Curiosamente los caballos que poseen esta capa, por lo general nacen de color oscuro. El alazán es aquel equino que posee un pelo color café, pudiendo variar desde anaranjado hasta café oscuro. El pelaje que vulgarmente es denominado amarillo, se llama bayo. El colorado se atribuye a los caballos con capa color café, pero con cola, tupé y miembros negros. Por último, un color poco común, es la capa color gris, este pelaje es el grullo.
Un pelaje que cabe ser destacado es el albino. El equino que posee esta capa no tiene pigmentación, su piel es rosa, su pelo blanco y sus ojos rojizos. Esto último provoca una visión disminuida para el animal.
Dentro de los pelajes pueden encontrarse diversas marcas. Algunas de ellas son similares a marcas de cebras, rayas horizontales en los miembros que resultan ser más oscuras que el resto de la capa. Dichas rayas a veces aparecen en el cuello, en la cruz o en los flancos. La denominada "raya de mulo" consiste en una línea dorsal más oscura que el pelaje y es notable solo en ciertas razas.
Los aires:
Los aires del caballo pueden ser naturales o bien producto de un desarrollo realizado mediante la cría selectiva y el entrenamiento. Los denominados naturales son principalmente el paso, el trote y el galope, pero también pueden nombrarse en esta categoría a la ambladura y al galope de carreras. Cada uno de estos posee dos fases para cada extremidad. La fase de elevación comprende el alzado del pie del suelo, la propulsión y la suspención; y el apoyo es realizado en dos tiempos, primero la pinta y después los talones.
El paso es un andar estable, de menos fatiga ya que es lento. Se utiliza en los trabajos pesados y de agricultura. Es un caminar a cuatro tiempos, moviendo las extremidades por bípedos diagonales, comenzando con una mano, en el que el caballo realiza cuatro golpes igualmente espaciados.
El trote es un andar saltado a dos tiempos, por poseer una fase de suspención en el momento de cambio de una diagonal a otra. Al igual que el paso, es común que se lo utilice en equinos de trabajo, por ser estable y no cansador. La diferencia con el primer andar es que presenta una velocidad intermedia.
El galope es un aire saltado de tres tiempos con una suspención luego de haber apoyado la tercer pisada. La sucesión de movimientos es: primero el posterior, después el bípedo diagonal opuesto, y finalmente el anterior. Cabe acotar que cuando las patas traseras o delanteras tocan el suelo, no lo hacen en forma simultanea. La cabeza, funciona como centro de gravedad y proporciona un incremento de velocidad al ser movida hacia delante.
La ambladura es similar al trote y al igual que este es un aire de dos tiempos. La diferencia con el trote radica en que los movimientos de este andar son un juego alternativo de bípedos laterales, resultando así dos golpes por paso.
Por último el galope de carreras se diferencia del galope normal por ser un andar de cuatro tiempos. Esto se debe a que se apoyan el pie y la mano diagonal por separado.
Todos los aires deben tener un andar recto, es decir que las extremidades posteriores deben ponerse en la misma línea justo detrás de la huella de las manos en cada paso, evitando los movimientos laterales. Si esto no se cumple se lo considerará un andar defectuoso.
Sus sentidos:
El caballo utiliza todos sus sentidos para llevar a cabo la comprensión de la información que le es proporcionada, ya sea por la naturaleza o por el hombre.
Los sentidos de audición y de olfato son asombrosos. Los olores pueden ser percibidos a través de las membranas sensitivas de los labios o de las narinas. Por otro lado, la visión posee escasa bifocalidad, lo que contribuye a que el animal se asuste con movimientos violentos y sombras.
Poseen cierta sensibilidad a la atmósfera que los rodea. Son capaces de valorar el estado de ánimo de su jinete, convirtiéndose en el espejo de la persona que los monta. También perciben aquellos sentimientos provenientes de su amo, tales como timidez, vacilación o miedo, así como la confianza y el valor que se deposite en él.
Anatomía
El cuerpo de los equinos es un mecanismo complejo. Su estructura corporal está compuesta por: esqueleto, músculos, aparatos, sistemas y tegumentos. Por su morfología se los considera atletas naturales, y esa es la condición que les ha permitido sobrevivir, en su momento, como animal salvaje.
El esqueleto del caballo está compuesto por aproximadamente doscientos diez huesos individuales, excluyendo los de la cola. Se distinguen el esqueleto axial y el apendicular. El primero comprende los huesos de la cabeza, la columna vertebral, las costillas y el esternón, y el segundo los huesos de las extremidades anteriores y posteriores. Además se clasifican en largos, cortos, planos e irregulares.
Las funciones que posee el esqueleto son variadas, entre las propias de los huesos están: la formación de células sanguíneas y depósito de minerales; en conjunto proporcionan sostén a los músculos, protección a los órganos internos, apoyo a las partes blandas y la movilidad necesaria a sus piezas para que el caballo se desplace a varias velocidades, se acueste o paste. Los huesos que forman las articulaciones están recubiertos por cartílago, que es más blando que el hueso y puede compensar los efectos
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