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Los Medios De Comunicación


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2014  •  1.877 Palabras (8 Páginas)  •  167 Visitas

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Los Medios de Comunicación

Hoy en día, los medios de comunicación constituyen una herramienta persuasiva que nos permiten mantenernos en continua comunicación con los distintos sucesos sociales, políticos y económicos tanto a escala nacional como internacional.

La rapidez y dramatismo con que los MCM (Medios de Comunicación para las Masas) se han ido incorporando en nuestra realidad, no nos dio tiempo para adaptarlos y adaptarnos. Ante ellos nos es difícil tomar una actitud serena: o nos aferramos a un mundo estático; o nos desarraigamos por completo quedando a merced de las novedades o estímulos superficiales, e ignorando el pasado.

En las sociedades contemporáneas es cada vez mayor la importancia de los medios masivos. Estos influyen sobre la forma de actuar o de pensar de las personas, logran modificar la forma en que los hombres conocen y comprenden la realidad que los rodea.

La comunicación es el proceso mediante el cual se transmite información de una entidad a otra. Los procesos de comunicación son interacciones mediadas por signos entre al menos dos agentes que comparten un mismo repertorio de signos y tienen unas reglas semióticas comunes. Tradicionalmente, la comunicación se ha definido como "el intercambio de sentimientos, opiniones, o cualquier otro tipo de información mediante habla, escritura u otro tipo de señales". Todas las formas de comunicación requieren un emisor, un mensaje y un receptor. En el proceso comunicativo, la información es incluida por el emisor en un paquete y canalizada hacia el receptor a través del medio. Una vez recibido, el receptor decodifica el mensaje y proporciona una respuesta.

Contrariamente la forma de comunicación interpersonal directa, la fuente de comunicación, o sea, el comunicador en la comunicación masiva es algún grupo social organizado que opera como tal. De tal forma, en la comunicación masiva el receptor es una audiencia masiva anónima, diseminada a través del espacio, el tiempo o ambos. El vínculo entre el comunicador y la audiencia es también diferente porque el mensaje no va a estar dirigido a individuos específicos; es indirecto, ya que la fuente y el receptor no se encuentran en contacto físico directo, además es unidireccional pues el comunicador no puede ni ver, ni oír directamente las reacciones de la audiencia mientras que está teniendo lugar la comunicación.

Probablemente el siglo XX pueda pasar a la historia como la época en la que la investigación científica ha condicionado por presiones externas sus objetivos en mayor medida que nunca lo había hecho.

El descubrimiento de los electrones, de las ondas electromagnéticas, de los circuitos eléctricos y electrónicos, sirvió entre finales del siglo pasado y comienzos de este para la construcción y desarrollo de instrumentos de comunicación preferentemente audiovisuales.

El siglo XX es, en efecto, la era de la electrónica, la era atómica, la era de las comunicaciones. Pero es, sobre todo, la era científico-tecnológica por el condicionamiento del desarrollo científico por el tecnológico.

La introducción de nuevas tecnologías modificó la lectura, el modo de vivir y de entender la realidad y la intervención sobre ella. Es la modificación cultural introducida por los nuevos medios de comunicación de masas, lo que va a provocar las reacciones más dispares, desde los entusiasmos más fervorosos hasta las condenas más rigurosas.

La función social de los medios de comunicación es la de formar, informar y entretener. Si bien, a pesar de ser esta su función social, también es necesario tener en cuenta que no se puede condicionar la voluntad del receptor, pues los medios ofrecen contenidos muy variados, y el destinatario de los mismos es el que tiene la facultad de seleccionarlos o elegirlos.

Ahora bien, no es menos cierto que algunos medios de comunicación, denominados sensacionalistas son capaces de crear elevados índices de audiencia difundiendo informaciones que rozan en algunos casos los límites éticos de la cultura de la información, llegando a ocasionar conflictos entre el derecho a la intimidad personal y el derecho a la libertad de comunicación.

Así mismo, es necesario destacar que la televisión sigue siendo un medio omnipresente en la vida social, a pesar de que las nuevas tecnologías avanzan de una forma vertiginosa.

Los medios de comunicación y la publicidad

El objetivo esencial del sistema de medios es el lucro económico. Cuanto mayor sea el público, más podrán cobrar el distribuidor y el productor por la publicidad.

Está claro que las comunicaciones de masas de hoy en día son parte central de nuestra estructura institucional. Al mismo tiempo que son industrias de pleno derecho, ha penetrado en cada una de las instituciones sociales básicas de nuestra sociedad: por ejemplo: con su énfasis en los servicios y productos del sistema industrial y comercial, constituye un elemento fundamental de la institución económica.

Los medios masivos de la comunicación tienen un impacto y cumplen una función cultural e ideológica, buscan un beneficio que es la obtención de ganancia y con ello la acumulación del capital. La publicidad y la comunicación masiva se identifican como instrumento económico de dominación cultural o ideológica.

Sabemos que publicidad es el gasto que se destina a una industria o la totalidad de industrias a anunciar y dar a conocer sus productos entre el público consumidor con el propósito de expandir su producción.

Las primeras van a comprar los servicios de las segundas para hacer la publicidad a sus productos, mientras que las segundas van a vender a las primeras, tiempo de transmisión, como la radio, televisión, o espacio (periódico).

Se concluye que existe una estrecha relación de intercambio entre las empresas de bienes de consumo y los medios de comunicación, relación definida como publicidad (esta funciona como intermediaria) pues esta pasa a ser la manera en que las empresas y los medios de comunicación se relacionen.

Los medios de comunicación y la globalización

La interrelación Hombre-Mundo se produce, entre otras formas pero fundamentalmente, a través de procesos de interacción, traslados de información y, como decía al principio, en horizontes temporal y espacial. Sin embargo, al quererse ampliar los horizontes y cuando aparecen las estrategias comunicativas, entran en escena los mediadores, ya que comunicación sin mediador, sin un alguien y un algo que hagan posible el mensaje y su movimiento por el canal, no existe por definición. Obviamente, al aparecer los mediadores se amplían las posibilidades de interrelación Hombre-Mundo, pero también estos mediadores, como tales, interfieren y afectan la pureza de la información que llega al Hombre; y en la medida en que los procesos de mediación se multiplican y se hacen más sofisticados y complejos, las posibilidades de interrelación son más amplias por la aparición y el incremento de la virtualidad que rompe los espacios tradicionales, pero también crecen las posibilidades de interferencia y decrece potencialmente la pureza de la información. Además, puede aparecer —aparece realmente— la posibilidad de la manipulación de la información: por tanto, de la relación y también de las posibilidades de crear esencia por parte de las personas

Cuando hablamos de globalización, se piensa en un conjunto de relaciones económicas, políticas y sociales que han modificado sustancialmente a la estructura mundial.

Donde más claramente se nota estos cambios son en los medios masivos de comunicación, a partir de los avances tecnológicos y de las modificaciones políticas y económicas operadas en el nivel mundial.

La globalización en lo comunicacional se revela como una tendencia hacia el establecimiento de una cultura global.

Mensajes masivos, uniformes, estandarizados son recibidos en el mismo momento por personas diferentes, en distintos lugares del mundo. Esto provoca que la función originaria de la comunicación social, la de transmitir los mensajes generados por miembros de una comunidad, se pervierta. Hoy los mensajes son generados y manipulados en un lugar lejano, por personas ajenas y con intereses ajenos a la comunidad que los recibe. Esto se evidencia aún más en los países periféricos, como es el caso de Argentina.

Para resguardar nuestra identidad social y cultural dentro de un mundo globalizado, es necesario utilizar los avances tecnológicos, de acuerdo a nuestros propios intereses. Otro tema ligado a éste, es la creciente influencia de los medio en la sociedad, en la política y en las instituciones.

Los medios están cumpliendo funciones que deberían ejercer las instituciones. Las crisis de las representaciones políticas y sociales, el repliegue del Estado, han llevado a que la gente encuentre en ellos un canal válido para expresar sus inquietudes y necesidades. Esto se puede comprobar en la aparición de numerosos programas que se encargan de “escuchar” y “ayudar” a las personas. Muchas veces es a través de los medios, que se instalan los temas de la agenda política, pero estos surgen, a veces, desde el poder, otras de la comunidad que recurren a ellos para realizar sus reclamos y otras, incluso, surgen de los propios medios por motivos empresariales.

Modernidad comunicacional

Pocos sectores tan vitales para la sociedad contemporánea están tan de actualidad como la comunicación tecnológica, puesto que, de principio a fin, la historia del teléfono, del cine, de la radio, de la televisión de la informática tiene sólo un siglo de vida. Pero las rupturas introducidas por estas técnicas han sido tan violentas y se han llevado a cabo tan, rápidamente, que parece que estén ahí desde siempre, aunque la aparición entre el gran público del transistor data de 1955, al del televisor de 1960 y la del ordenador de los años setenta. Es cierto que ya existían la prensa y las bibliotecas, pero su introducción en la sociedad era mucho más antigua y, sobre todo, no llegaban a todo el mundo. La ventaja específica de las tecnologías de la comunicación1 del siglo XX, que incluyen la transmisión del sonido y de la imagen, consiste en haber alcanzado a todos los públicos, todos los medios sociales y culturales. De entrada, los medios de comunicación del siglo XX han sido inscritos en la lógica de la cantidad. El símbolo de la sociedad actual es precisamente el tríptico: sociedad de consumo, democracia de masas y medios de comunicación de masas, es decir, un tríptico que pone en el centro de la sociedad contemporánea una cuestión tan esencial. Cabe señalar que sobre la cantidad y sobre las masas se ha reflexionado muy poco.

La sociedad y los medios de comunicación

Vivimos en una sociedad que está en constante cambio. La sociedad actúa del modo en que los medios de comunicación reflejan. “Los medios de comunicación son un poderoso medio de socialización, a la par de la familia, la escuela y el trabajo, que modelan los sentimientos, las creencias, entrenen los sentidos, ayudan a formar la imaginación social; en síntesis fomentan y facilitan construcciones mentales por donde transcurre luego el pensamiento de las personas en sociedad” (Enrique Ginberg).

De esta forma, los medios de comunicación influyen en la sociedad, en la manera de actuar y de pensar, y modifican los modos de vida, las elecciones de las personas, las costumbres, el consumo, como es el caso de la publicidad y la opinión pública.

La publicidad construye roles de género y hace que las personas piensen en cosas que no pueden alcanzar. La publicidad fomenta el consumo y hace que la sociedad compre cosas que están por encima de sus necesidades. En cierto modo, desde este punto de vista, la publicidad introduce la desigualdad de clases, ya que envía el mismo mensaje tanto a personas de un alto nivel adquisitivo como a las que no lo tienen. Con esto, hay que decir, que es un medio de comunicación fuerte que hoy en día influye y podría contribuir, si crea unos buenos valores, al cambio social.

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