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Los Miserables


Enviado por   •  23 de Marzo de 2012  •  3.196 Palabras (13 Páginas)  •  751 Visitas

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Fruto del endeudamiento externo y la indemnización por panamá, con el cual se haría inversiones en obras de desarrollo, largas jornadas laborales, en las cuales los trabajadores eran obligados a trabajar 16 horas, con bajos salarios y sin prestaciones sociales, hicieron que personas como Raúl Eduardo Mahecha, Tomas Uribe Márquez, Ignacio Torres Giraldo y María Cano-símbolo de la rebeldía-, iniciaría una campaña para despertar la conciencia del pueblo colombiano, participando en grandes huelgas como la de los braceros, textileros, ferrocarrileros y la zona bananera. Recorrió el país en siete giras con voz de inconformidad poniendo en jaque al gobierno conservador y sentando las bases del actual régimen prestacional.

Hacia 1922, María Cano empezó a interesarse por la clase trabajadora. Su pasión por la instrucción la llevó a los salones de la Biblioteca Municipal de Medellín, en donde entró en contacto con los obreros que frecuentaban el establecimiento. Allí leía todo aquello que era de su interés, al tiempo que enseñaba a leer con interés vocacional y sin cobrar un peso por ello.

Fue en Medellín en 1925, cuando se hacía un desalojo a una familia, María Cano con voz fuerte y aguerrida, reclama el derecho a la vivienda digna y reclamando el derecho que tenía la mujer por su estado de embarazo y con esto logar suspender dicho desalojo. La comunidad llena de un feroz agradecimiento y reconociendo hacia maría cano la nombra flor de trabajo de la ciudad d esta ciudad.

En aquella época circulaba en Medellín un periódico liberal con tendencias revolucionarias llamado 888 (los tres ochos). Ocho horas de estudio, ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso. Este pequeño boletín tenía la misión de organizar las festividades del primero de mayo y consagraba a una de sus colaboradoras como la Flor del Trabajo. Durante la organización del evento maría cano expone que ella no necesita de discursos escritos para llegar al pueblo, decía; “el pueblo es lo importante y sus problemas son tan sencillos de ver, es solo darse cuenta cuales son las necesidad del pueblo”.

Bogotá, 1926- Los dirigentes socialistas más destacados, Torres Giraldo, Francisco de Heredia, Tomás Uribe Vargas, Guillermo Hernández Rodríguez y María Cano, fundaron el III Congreso de la Confederación Obrera Nacional, generando un mayor crecimiento cuantitativo del Partido Social Revolucionario, y enfrentando la oposición de sectores radícales, en donde sostuvieron un dialogo con el ministro del interior, en el cual exigían la liberación de presos políticos entre ellos Kitin Lame. Durante ese mismo año en Sogamoso el partido social revolucionario es perseguido por la policía y maría cana logra escapar de ellos con ayuda de la comunidad

Colombia, y en general América Latina, ha sido un país fácilmente influenciable por su inocencia política y su necesidad económica, oportunidad aprovechada por las potencias como el Reino Unido, inicialmente, y los Estados Unidos en el siglo XX y la actualidad. Así mismo se ha visto influenciado, de manera aparentemente involuntaria, por los ideales nacidos en países como la antigua URSS.

Nos ubicamos en la Colombia de 1926, el conservador Miguel Abadía Méndez ha subido recientemente al poder continuando con la tradición de la prolongada Hegemonía Conservadora. El país se encontraba en condiciones prosperas por la inyección de capital extranjero, principalmente estadounidense, pero la brecha y los conflictos sociales se agudizaban. Hace aproximadamente un año o dos, una antioqueña de 38 años, María de los Ángeles Cano Márquez, más conocida simplemente como María Cano, había iniciado una campaña a lo largo del país, promoviendo la libertad y la igualdad, dispuesta a enfrentarse al régimen conservador y a luchar contra la explotación de los asalariados, las tiranías de las compañías yanquis y la ignorancia del pueblo, altamente influenciada por los ideales comunistas de Lenin, Marx y la revolución Rusa, promoviendo principalmente el movimiento de los tres ochos: ocho horas de trabajo, ocho horas de estudio y ocho horas de descanso. Estas compañías yanquis estaban orientadas completamente diferente a María Cano, como hijas del capitalismo y por lo tanto de los Estados Unidos, como es evidente. Muy pronto la situación se agitó un poco más, los líderes socialistas, como Raúl Mahecha y la mismísima María Cano, ayudaron e incentivaron a los obreros a organizar huelgas cada vez más decididas. Esta situación se repitió cada vez con mayor frecuencia, adoptando progresivamente tácticas mas violentas, dada la falta de atención por parte del gobierno, y la inexistencia de entidades gubernamentales que regularan este tipo de hechos. Una de las principales representaciones de estas situaciones fueron las huelgas de la Tropical Oil Company, dirigidas por Mahecha, en las cuales los obreros exigían alzas en los salarios, los cuales se habían mantenido constantes en dos años. El gobierno, en medio de su manejo de intereses, decidió apoyar a la compañía, logrando que el alza de salarios no se llevara a cabo, y que mil doscientos huelguistas fueran despedidos de sus trabajos. Mahecha pasó dos años en la cárcel, después de los cuales hizo parte de los organizadores de una segunda confrontación, en la cual cinco mil obreros se mantuvieron parados durante tres semanas, pero el gobierno apoyó una vez más a la compañía extranjera. La policía abrió fuego contra los trabajadores, dejando dos víctimas fatales. La huelga terminó, el gobierno declaró el estado de sitio, dio cárcel a los obreros y deportó a los dirigentes de ésta.

Los dirigentes socialistas más destacados, Torres Giraldo, Francisco de Heredia, Tomás Uribe Vargas, Guillermo Hernández Rodríguez y María Cano, fundaron en 1926 el III Congreso de la Confederación Obrera Nacional, generando un mayor crecimiento cuantitativo del Partido Social Revolucionario, y enfrentando la oposición de sectores radícales.

En más de una ocasión, el Partido Social Revolucionario, se vio tentado a unirse a los liberales para aprovechar el desprestigió del gobierno, y levantar una revuelta armada, pero los liberales solo pretendían aprovecharse de ellos, para conseguir una mayor participación dentro del poder político.

La agitación y los conflictos obreros aumentaban progresivamente, mientras algunos otros grupos obreros mantuvieron el control. En 1928 la actividad protestante obrera mermó, muy posiblemente a causa del aumento del desempleo y la estabilización de los salarios, mientras algunos grupos conformados por antiguos miembros de las guerrillas liberales, se organizaban y conformaban el Comité Conspirativo Central en contra del gobierno conservador. Este, por su parte, se defendía de la crecientes agitaciones del socialismo revolucionario, proponiendo

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