Los аctos Humanos

Los Actos Humanos.

Existen dos tipos de actos, los Actos humanos y los Actos del hombre, ambos son ejecutados por el hombre pero poseen ciertas diferencias:

1. Los Actos Humanos. Son ejecutados consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana del hombre, es decir, en sus facultades específicas, como son la inteligencia y la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y son los que pueden ser juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral.

2. Los Actos del Hombre. Carecen de conciencia o de libertad o de ambas cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la digestión, la respiración, etc. Los actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los ha ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el hombre en cuanto a hombre, sino en cuanto a animal. Estos actos carecen de moral (son amorales) por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista moral como buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero desde otro punto de vista, como por ejemplo el fisiológico.

Los actos humanos tienen un elemento psíquico que también es motivo de una valoración moral, o "intención" que es el objetivo o finalidad por la cual se realiza un acto humano, por medio del fin o intención, dos actos humanos idénticos pueden diferir notablemente por el autor que realizó cada acto.

Todas las personas somos responsables de nuestros actos sean estos buenos o malos, los cuales se ven influenciados por el entorno y la cultura de cada lugar, llegando a contemplar algunas costumbres como extremistas arrogantes o grotescos sin ser así, por lo tanto la moral es un conjunto de interpretación y de actos que pueden ser tomados en diversas formas según la interpretación que le de cada persona.

Las actuaciones realizadas por los humanos como hechos morales las podemos identificar como aquellas en las que las personas actúan con honestidad, con principios propios, dejando al descubierto los sentimientos de justicia y valor por las demás personas, es así la interpretación de los demás hacia los actos que cada uno realice serán tomados como hechos y demostraciones cultas y dignas de admiración.

Cada vez que actuamos de manera correcta ante los ojos nuestros y de los demás, nuestros actos dejaran huellas y enseñanzas productivas en cada persona, que serán dejadas como legado en cada uno y así de generación en generación se irán plasmando ideas morales y buenos indicios en las personas.

Hoy por hoy, con las diversas interpretaciones para valorar un acto la verdad sigue siendo una, solo que el hombre desde sus juicios personales, va distorsionando los hechos distando de la realidad y terminando por crear sus propias falacias o creyéndose las que han construido en su entorno.

En la actualidad vemos como ha tomado espacio y fuerza los eufemismos que han sido empleados para convertir las realidades feas o malas, en bonitas y buenas, con el viejo truco de cambiarles de nombre para cambiar el sentido autentico de las cosas, como dar el nombre de eutanasia al hecho de asesinar a otro por estar enfermo, o al fraude “Habilidad”, de este tipo han surgido otras tendencias de nuestra sociedad en su alocada carrera de modernismo, que nos deja a su paso el desenfreno y deterioro del ser humano en forma integral.

Es muy valioso que en la actualidad evaluemos nuestra vida con los principios que nos fueron inculcados, pues cuando traicionamos esta verdad terminamos engañándonos y traicionando a sí mismos.

Como conclusión sobre esta frase podemos argumentar que en nuestros días a pesar de que la moral se ha perdido en gran parte en casi todos los quehaceres de la vida, debemos por los menos enseñar a nuestras generaciones a que cada vez que actuemos debeos hacerlo pensando en que lo más valioso de una

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