MACROECONOMIA
lali86v3 de Julio de 2013
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Los canales de transmisión de la crisis internacional
De acuerdo a datos de CEPAL, producto de la crisis internacional, las regiones de
América Latina y el Caribe sufrieron una reducción del 1,9% del PIB. Sin embargo, el impacto no fue similar en todos estos países, con algunos de ellos experimentando aumentos de su actividad económica aunque significativamente menores a los registrados en los años anteriores. Entre los países más afectados fueron México (con una caída del 6,5% del PIB) y Chile (con una disminución del 1,5%).
La crisis internacional ha tenido diversos canales mediante los cuales se transmitió a los
países de América Latina. En casi todos los países de la región estos mecanismos han funcionado con variada intensidad, permitiendo que los desequilibrios internacionales se repliquen en mayor o menor medida en las economías nacionales.
Los canales por los cuales la crisis se ha derramado hacia América Latina han sido:
Caída en la demanda externa
Caída en los precios de las materias primas y productos básicos
Caída en la demanda externa
La fuerte disminución en la actividad económica de los países desarrollados impactó
notablemente en el producto de las economías latinoamericanas a través de una fuerte disminución en la demanda de exportaciones originarias de la región. La mayor disminución de la demanda provino de países como los Estados Unidos y China. También impactó la baja en la demanda de los países de la Unión Europea.
El comportamiento de baja en la demanda se venía observando, para el caso de los Estados Unidos, ya desde 2007. Si bien sus importaciones se mantenían estables, esto se debía a que, en un contexto de claro incremento en los precios internacionales de las materias primas y del petróleo, el ajuste se realizaba por cantidades. Una vez que los precios comenzaron a descender se hizo más notoria esta tendencia a la disminución de importaciones por parte del país del Norte. Las economías más afectadas por este fenómeno fueron la mexicana y las de América Central y el Caribe.
Asimismo, muchos de los países en los cuales el turismo representa una fuente importante de divisas percibieron también una fuerte caída en su producto debido a la disminución de turistas provenientes de países desarrollados. Esto resulta equivalente a una retracción en la demanda de los países centrales.
Por su parte, los mercados de América del Sur, que se encontraban más diversificados en sus principales demandantes, sufrieron en menor medida el impacto de la contracción de la economía norteamericana. El incremento en los precios internacionales permitió que en 2007 la evolución de las exportaciones fuera todavía positiva, atenuando los impactos de la crisis hasta bien entrado el año 2008. Asimismo, las exportaciones hacia China que tuvieron una más tardía contracción, debido a su magnitud, representaron otra característica atenuante del proceso de contagio de la crisis internacional.
Debe remarcarse que en América Latina existen países cuyas exportaciones hacia países
desarrollados superan el 10% o 15% del PIB, con lo cual una contracción en la demanda de
importaciones de dichos países implica una fuerte caída en la producción de estos países
exportadores. Es el caso, por ejemplo, de México y Costa Rica.
Caída en los precios de las materias primas y productos básicos
La caída en los precios internacionales de productos primarios, combustibles y materias
primas experimentada a partir de mediados de 2008 es otro factor que ha impactado en las economías de América Latina. A través de este canal, la disminución en el ritmo del crecimiento
mundial se traslada a las economías periféricas, deteriorando fuertemente sus términos del
intercambio. El máximo alcanzado por la mayoría de los precios de comodities se dio a fines de junio de 2008. En los meses posteriores se evidenció un fuerte derrumbe, coherente con la disminución en la demanda por parte de los países desarrollados. Uno de los productos con mayor caída ha sido el petróleo, afectando particularmente a economías como la de Venezuela y la de México, exportadores netos del combustible. El precio del petróleo a fines de 2008 era exactamente el mismo de inicios de 2005, es decir, previo a la fase más pronunciada de ascenso del precio de dicho combustible.
Una evolución similar tuvieron la mayoría de los productos primarios y combustibles a partir de la segunda mitad de 2008. Un claro ejemplo es el de los metales, cuyos precios a fines de 2008 estaban a los niveles de fines de 2005. Si bien los alimentos han evidenciado caídas de precios importantes, dichas bajas han sido menores a las de metales y combustibles. Un ejemplo es el precio del trigo, el cual en el primer trimestre de 2009 estaba en niveles similares a los del tercer trimestre de 2007.
Impacto sobre la inversión
Otro canal muy importante por el cual se transmitieron los efectos de la crisis ha sido el de la inversión. Más específicamente el de la inversión extranjera directa, factor que resulta
extremadamente importante en algunos países de América Latina y el Caribe.
En países como Belice o Panamá la inversión extranjera directa tiene una importancia muy importante en lo referente al producto total, con lo cual la retracción de ésta tiene consecuencias muy importantes para la economía del país. Con la crisis internacional se produjo una fuerte disminución de la inversión que los países desarrollados realizaban en las economías emergentes, con el consiguiente impacto en las economías más dependientes de ésta.
Contagio financiero
Uno de los canales donde más velozmente se transmitieron los efectos de la crisis fue el
mercado financiero. Habiéndose originado el clímax de la crisis en dicho mercado en los Estados Unidos, los efectos rápidamente se contagiaron al resto del mundo. Un episodio extremadamente relevante en este contexto fue la caída del banco de inversión Lehman Brothers en septiembre de 2008. A partir de ese momento se observa una fuerte reversión en los flujos de capitales financieros hacia países en desarrollo, entre ellos los de América Latina.
Asimismo, el episodio de contagio financiero implicó también fuertes caídas en los valores de las bolsas mundiales, así como en los mercados de títulos públicos. Esto resulta evidente en la fuerte caída en las cotizaciones de dichos títulos en los mercados de valores. Este hecho se encuentra íntimamente relacionado con la evolución del riesgo país en los países de América Latina. Luego de un fuerte descenso en el riesgo país entre 2003 y 2006 para el promedio de países, se observa un leve incremento en 2007 y un fuerte aumento en 2008. Los valores de riesgo país de 2008 para las principales economías latinoamericanas fueron superiores a los de 2003, aunque todavía inferiores a los evidenciados en 2002.
Argentina
La situación previa a la crisis
Antes del impacto de la crisis internacional, la Argentina había registrado seis años
consecutivos de elevado crecimiento de su economía. El promedio de crecimiento para el período 2003-2007 fue de 8,8% anual. Tal como puede observarse en el gráfico, los efectos de la crisis internacional se transmitieron a la economía argentina desde mediados de 2008, resultando esto en una disminución del crecimiento, el cual alcanzó en todo el año 2008 un 6,8%. Debe destacarse también que la actividad económica ya manifestaba signos de desaceleración desde el segundo trimestre de 2008, cuando se manifestaron los efectos del conflicto existente entre el gobierno y los productores rurales, iniciado en marzo de dicho año. Ya en el último trimestre de dicho año la economía creció a un ritmo del 4% interanual mostrando la fuerte desaceleración de la actividad.
El período 2003-2007 se caracterizó por un notorio incremento en las exportaciones
argentinas, en parte impulsadas por el alza de los precios internacionales de los productos agropecuarios, en particular de la soja. A partir de principios de 2008 dicha alza comenzó a
revertirse, impactando fuertemente en las exportaciones agropecuarias de la Argentina.
Una de las bases de la recuperación argentina luego de la crisis de 1998-2002 fue el
mantenimiento de una balanza comercial positiva a partir de 2003. Resultó importante para ello la fuerte depreciación de la moneda doméstica desde principios de 2002, que contribuyó no sólo al posterior incremento de las exportaciones, que superaron en 2008 los U$S 70.000 millones, sino también al freno de las importaciones, lo cual redundó en los saldos positivos anteriormente mencionados, cuyo máximo fue de U$S 16.720 millones en 2002, manteniéndose en un nivel promedio de U$S 12.500 millones anuales en el período 2003-2008
Con posterioridad a la devaluación de 2002, las exportaciones permanecieron siempre por encima de las importaciones, aunque estas últimas tendieron a recuperarse más rápidamente a partir de 2003. Cabe remarcar que las exportaciones argentinas se componen en cerca de un 34% de manufacturas de origen agropecuario, 32% de manufacturas de origen industrial; 23% de productos primarios y 11% de combustibles y energía.
Uno de los problemas que se manifestó en este período en la economía argentina fue la
inflación. Ya a partir de mediados de 2006 se
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