¿MEDIOS DE COMUNICACIÓN O INCOMUNICACION?

Con la aparición de los medios masivos de comunicación y la implementación de las nuevas tecnologías de la información, surge la pregunta por la oportunidad que se da para contemplar un mundo con mayores posibilidades para acceder a la comunicación, pero en lugar de esto el resultado, no pocas veces analizado, se concreta en la construcción de sociedades profundamente mediáticas, intervenidas por el dispositivo tecnológico y disminuidas en su posibilidad de construcción de sentidos coherentes con las realidades y necesidades tanto colectivas como individuales.

La realización efectiva del derecho a la información, la comunicación y la libertad de expresión fueron los intereses bajo los cuales se pretendió su creación, sin embargo, vemos cómo poco se han resuelto, y en lugar de esto, encontramos información distorsionada, noticias que poco dan cuenta de las complejidades y problemáticas del mundo actual. Particularmente, en provincia los medios masivos de comunicación no desarrollan análisis profundos que obedezcan a un verdadero ejercicio periodístico e investigativo y se limitan simplemente a narrar los hechos desde la superficialidad. Por lo tanto, el ciudadano de los medios de comunicación ve perdidas sus esperanzas de libertad.

Son, entonces, los mass-media los generadores de las nuevas dinámicas sociales, y de las industrias culturales, su incidencia en otras formas de ver sentir y vivir de las civilizaciones postmodernas será la causal de multiplicidad de análisis. Diferentes estudios tratarán de dar respuestas a todos los interrogantes que se suscitan acerca del poder y la influencia de los medios masivos de comunicación, en este ensayo se dirigirá la mirada desde lo social y lo político, más exactamente en lo que tiene que ver con la formación de la opinión pública y la construcción de la democracia.

Los medios masivos de comunicación indudablemente desempeñan un papel importante en la formación de la opinión por cuanto son ellos los que, a través de la influencia que ejercen, moldean en el receptor la información, subinformándolo (recibe información insuficiente), o información confusa (desinformación) la que no le permite tener un conocimiento claro y objetivo de su realidad política, económica y social.

La educación que se imparte en la actualidad no forma seres críticos, analíticos, capaces de interpretar la realidad y de asumir posiciones, al contrario responde a políticas neoliberales y de consumo. O preguntémonos, ¿qué quieren los niños y los jóvenes?, ¿a qué aspiran? Nos daremos cuenta que, claro, están muy informados, saturados, “saben de todo”, pero en el fondo no hay nada, información vaga y carente de referentes, pues en la mayoría de los contextos la internet ha sido asumida como una vía que potencia la sobreabundancia de datos y la superficialidad comunicativa.

Los medios ejercen una gran influencia pero, esto está fortalecido por la debilidad de un público aconductado y empobrecido culturalmente. La mayor parte de lo que la gente sabe de la vida política le llega de segunda mano a través de los medios, por eso, en concordancia con Moragas, son los medios quienes más contribuyen a sembrar una desconfianza extensa y crónica respecto a la vida política.

La manera como los medios masivos de comunicación asumen lo colectivo es sólo una señal de su interés por arraigar cada día más el conformismo y la capacidad crítica de la opinión pública, restringiendo en forma indirecta pero efectiva el desarrollo de una visión analítica y reflexiva por parte de quienes son los receptores de la información. Sabemos que los mass media son sustentados por grandes complejos del mundo de los negocios, enclavados en el actual sistema social y económico, del que no se escapan los gobernantes de turno, quienes personifican el eje

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