Manejo Inicial De Lesiones

Manejo inicial de lesiones

La etapa más importante después de que se produzca una lesión son las primeras 24 horas, en este tiempo los tejidos sufren una hemorragia y la sangre se acumula en los alrededores causando daños en los tejidos de estas áreas pudiendo prolongar la lesión, reduciendo la hemorragia puedes minimizar el alcance de la lesión. Puedes hacer lo siguiente:

Descansar: Esta importante etapa con frecuencia es infravalorada. En la gran mayoría de las lesiones en las que se produce un daño de los tejidos blandos debería guardarse reposo absoluto durante las primeras 24-48 horas para evitar el aumento del sangrado en la zona y permitir que comience el proceso de curación sin causar mayor irritación. En una lesión severa habría que utilizar muletas para lesiones en la pierna o un cabestrillo para lesiones en el brazo. Para una lesión severa en la espalda 24 horas de reposo en la cama pueden ser beneficiosas.

Hielo: El hielo es recomendado para los primeros días después de la lesión. Puedes usar hielo picado con un poco de agua en una bolsa de plástico, coloca siempre una toalla húmeda entre el hielo y la piel, aplícalo durante 5-10 minutos cada 1-2 horas.

Compresión: Puede ser aplicada al área lesionada con un vendaje. La compresión reduce la hemorragia y la hinchazón.

Elevación: Reduce la presión en la extremidad afectada y por lo tanto reduce la acumulación de líquidos en la zona dañada. La pierna lesionada debe elevarse por encima de la cadera. El brazo puede elevarse utilizando un cabestrillo o cojín.

Nota: Evitar el alcohol durante las primeras fases de la lesión porque puede aumentar la hemorragia que sigue a la lesión.

Discapacidad

La discapacidad es aquella condición bajo la cual ciertas personas presentan alguna deficiencia física, mental, intelectual o sensorial que a largo plazo afectan la forma de interactuar y participar plenamente en la sociedad.

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada por la ONU en 2006, define de manera genérica a quien posee una o más discapacidades como persona con discapacidad. En ciertos ámbitos, términos como "discapacitados", "ciegos", "sordos", etc, aún siendo correctamente empleados, pueden ser considerados despectivos o peyorativos, ya que para algunas personas dichos términos "etiquetan" a quien padece la discapacidad, lo cual interpretan como una forma de discriminación. En esos casos, para evitar conflictos de tipo semántico, es preferible usar las formas personas con discapacidad, personas sordas, personas con movilidad reducida y otros por el estilo,

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