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Modelo De Competencias Laborales Del Docente.

Educarconamor13 de Diciembre de 2012

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“Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad”

Paulo Freire

Modelo de competencias laborales del docente.

El desarrollo de competencias es un proceso que no se realiza en un mes o un semestre, como lo menciona Philippe Perrenoud (2004), una competencia no solo implica el tener: conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, es decir, que estas habilidades se trabajen coordinadamente y de una manera continua, para lo cual, es muy importante la actuación de los docentes, tanto, cada uno en su aula

de clases como el trabajo en colegiado, estableciendo una vinculación horizontal y vertical con los otro colegiados de cada una de las unidades de aprendizaje, que componen al plan de estudios. El trabajo de los colegiados es reunirse para evaluar el desarrollo de los programas de estudio del ciclo escolar que finaliza y en base a esas evaluaciones, planear el desarrollo del siguiente ciclo escolar, lo cual va haciendo que se eliminen los problemas encontrados para que los estudiantes

puedan desarrollar diferentes competencias, además de planear actividades extracurriculares que contribuirán al desarrollo de dichas competencias, sobre todo las genéricas. La etapa de la evaluación es muy importante llevarla a cabo de forma individual y colectiva.

Existen muchas investigaciones que plantean que es muy importante el ambiente que crea el docente para que el estudiante aprenda y desarrolle diferentes competencias, y el decir buen ambiente escolar, no significa que los profesores sean muy flexibles con los estudiantes, olvidándose en ocasiones de los valores, como el respeto, honestidad, responsabilidad, entre otros. Es decir, significa el elaborar actividades que sean del interés de los estudiantes, seleccionar adecuadamente los materiales didácticos, selección minuciosa de los contenidos y adecuado diseño de los instrumentos de evaluación; armonizar estos elementos

es la manera de crear un ambiente de trabajo adecuado en el aula, y en este trabajo el docente tiene la oportunidad de adecuarlo al contexto, características de los estudiantes y del propio docente.

“Cuando un hombre no sabe hacia donde navega, ningún viento le es favorable”

Séneca

Diez nuevas competencias para enseñar.

Perrenoud, PH Barcelona, Graó. 2004.

Este libro reúne una docena de artículos publicados en la Revista de la Société Pédagogique Romande, L’ Èducateur, durante los años 1997 y 1998. El contenido reunido de estos artículos es utilizado por su autor, Philippe Perrenoud, como excusa para pasar revista a las múltiples facetas del oficio de profesor. Motiva al lector proponiéndole un viaje metafórico a través de las competencias docentes.

Las diez nuevas competencias para enseñar aparecen estructuradas en dos niveles. El primer nivel queda constituido por lo que él llama competencias de referencia. Son campos o dominios que considera prioritarios en los programas de formación continua del profesor de Primaria. La formulación de estas áreas de formación las realizó el equipo del Servicio de Perfeccionamiento de la ciudad de Ginebra durante el curso 1996-1997. El autor participó activamente en dicho equipo.

Estas competencias de referencia, o primer nivel de estructuración del libro, se concretan en los diez enunciados siguientes: 1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje; 2. Gestionar la progresión de los aprendizajes; 3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación; 4. Implicar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo; 5. Trabajar en equipo; 6. Participar en la gestión de la escuela; 7. Informar e implicar a los padres; 8. Utilizar las nuevas tecnologías; 9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión; y 10. Organizar la propia formación continua.

El segundo nivel de estructuración de esta obra lo constituye el inventario y la explicación de cuarenta y cuatro competencias específicas.

Éstas son la propuesta del propio autor al tratar de concretar al máximo los anteriores diez dominios de formación. Queda justificado que no se trata de un inventario exhaustivo, sino tan sólo una propuesta abierta con la mirada puesta en el futuro. Las argumentaciones están muy elaboradas, conteniendo continuas referencias a otros autores y a su propia obra que es muy prolífica. Así pues, la densidad del contenido obliga a Diez nuevas competencias para enseñar.

Si bien el inventario de estas cuarenta y cuatro competencias específicas se derivan de las líneas básicas para los programas de formación del profesor de Primaria, el planteamiento y la explicación de las mismas son extensibles también para el profesorado de Secundaria. En ocasiones, incluso, algunas de las propuestas del autor son más aplicables en este último nivel educativo.

Tanto en la introducción como en la última sección de conclusiones, Perrenoud deja claro que la formulación de competencias no es una decisión objetiva sino que es fruto de opciones teóricas e ideológicas y que, por lo tanto, dejan gran margen de interpretación. La intencionalidad de esta obra es describir las competencias del futuro profesor ideal, las cuales deberían ser los ejes básicos sobre los que se confeccionen los programas de formación. Le interesa más el debate que puedan suscitar esas competencias ante el perfil emergente de un nuevo tipo de profesor que el dejar constancia por escrito de su experiencia. En este sentido el autor motiva al lector proponiéndole un viaje metafórico sobre el mundo de la docencia, siempre en evolución, resultando ser un recorrido por la realidad impregnado de una gran dosis de amor a la profesión.

A lo largo de toda la obra se ve claro que el rumbo que gobierna dicho recorrido está dirigido al horizonte utópico de pensar que en educación, y, por lo tanto, en la formación de sus profesionales las cosas se pueden hacer siempre mejor y que todo es posible. Las competencias de referencia y las competencias específicas son las distintas paradas que el autor nos invita a hacer, en ese metafórico viaje, obligándonos a múltiples y continuas reflexiones sobre la complejidad de la práctica.

Las conclusiones que he obtenido de tales reflexiones las resumo a continuación. Las enuncio identificando el aspecto educativo al que se refieren:

Capítulo 1.

Organizar y Animar Situaciones de Aprendizaje.

A la competencia tradicional de conocer los contenidos de una disciplina y organizar su enseñanza hay que sumarle la competencia emergente de saber poner en acto situaciones de aprendizajes abiertas, que partiendo de los intereses de los alumnos les implique en procesos de búsqueda y resolución de problemas. La competencia didáctica de partir de los conocimientos previos de los alumnos y de considerar los errores como parte del aprendizaje, se completa con la capacidad fundamental del saber comunicar entusiasmo por el deseo de saber, implicando a los alumnos en actividades de investigación o proyectos de conocimiento.

Capítulo 2:

Gestionar la Progresión de los Aprendizajes

La Progresión de los Aprendizajes. A la competencia tradicional de hacer el seguimiento de la progresión de los aprendizajes eligiendo buenos ejercicios, estandarizados en libros, y evaluaciones de carácter formativo, la competencia emergente es la de gestionar la progresión de los aprendizajes pero practicando una pedagogía de situaciones problema.

Al ser estas situaciones de carácter abierto el docente ha de tener la

capacidad de saber regular dichas situaciones, ajustándose a las posibilidades del grupo. Para ello es necesario controlar los mecanismos de las didácticas de las disciplinas y las fases del desarrollo intelectual. Al mismo tiempo, la competencia específica de tener una panorámica longitudinal de los objetivos de la enseñanza supera la visión limitada de los profesores que se centran en un solo ciclo. El autor considera que el trabajo en equipo es indispensable para superar ese conocimiento

parcial de los objetivos. También reconoce que gestionar la progresión

de los aprendizajes considerando la realidad de la ratio alumno/profesor, no es fácil y exige competencias en ingeniería de la enseñanza-aprendizaje, la evaluación y el seguimiento individualizado

Capítulo 3.

Elaborar y Hacer Evolucionar Dispositivos de Diferenciación

La Diferenciación. Frente a una organización del trabajo de clase tradicional, frontal, la competencia emergente consiste en asumir la heterogeneidad del grupo poniendo en funcionamiento dispositivos complementarios propios de una pedagogía diferenciada. Una propuesta es la de saber poner en funcionamiento el método de la enseñanza mutua.

Hacer trabajar a los alumnos en equipo es, sin duda, un nuevo desafío didáctico. Esta competencia pedagógica implica el saber crear las condiciones de cooperación necesarias en las que se ponen en juego determinados valores y actitudes, como la tolerancia y el respeto. Otra competencia específica emergente, que concreta la de hacer frente a la diversidad, se refiere al trabajo con alumnos que presentan necesidades educativas especiales. Para hacer frente a esta diversidad el autor propone la competencia de saber practicar un apoyo integrado. Ello implica un acercamiento a la cultura profesional de los profesores especializados o profesores de apoyo.

Capítulo 4.

Implicar a los Alumnos en sus Aprendizajes y su Trabajo

La Motivación. La competencia emergente de estimular y mantener

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