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Monopolios Protegidos


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2012  •  2.069 Palabras (9 Páginas)  •  710 Visitas

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Monopolios Protegidos

Un monopolio (del griego monos 'uno' y polein 'vender') es una situación de privilegio legal o fallo de mercado, en el cual existe un productor (monopolista) oferente que posee un gran poder de mercado y es el único en una industria dada que posee un producto, bien, recurso o servicio determinado y diferenciado.

ANALISIS DE MONOPOLIOS PROTEGIDOS:

La definición habitual de un mercado monopólico es la de aquel mercado en el que existe un único productor. Por tratarse de un caso más amplio, es preferible hablar de un mercado monopolizado como aquel en el que existe un único oferente de un bien o servicio. De ese modo se incluye también, por ejemplo, el caso de grupos de productores que se coluden para actuar como un cartel, con un resultado idéntico a si fueran una misma empresa, o, lo que es casi lo mismo, que operan a través de un único distribuidor. La existencia de un monopolio es uno de los casos clásicos de distorsión al funcionamiento de mercados competitivos.

De ese modo se incluye también, por ejemplo, el caso de grupos de productores que se coluden para actuar como un cartel, con un resultado idéntico a si fueran una misma empresa, o, lo que es casi lo mismo, que operan a través de un único distribuidor.

Equilibrio Monopólico:

A diferencia del caso de un mercado competitivo, al existir un monopolio, las decisiones de éste sí afectan el equilibrio del mercado, modificando el precio y/o la cantidad transada. La razón básica es que la empresa enfrenta sola toda la demanda del mercado, de modo que si, por ejemplo, decide reducir su cantidad ofrecida, necesariamente se elevará el precio de equilibrio.

Es importante mencionar que la condición monopólica no otorga a estas empresas un control absoluto del mercado, en el sentido de fijar el precio o la cantidad, pero, en ningún caso, ambos. Lo contrario querría decir que las condiciones de demanda varían según el tipo de oferta que enfrenten los consumidores.

Es decir, su predisposición a pagar, o su valorización del bien, sería diferente si el producto lo ofrece un monopolista o una empresa en competencia.

En cuanto a la condición de equilibrio del monopolio, ella no difiere conceptualmente de la utilizada para una empresa competitiva. En la medida en que asume que, como cualquier empresa, el monopolio aspira a maximizar sus utilidades, es fácil llegar a la condición básica, ya conocida, de igualdad entre ingreso marginal y costo marginal.

Es decir, su predisposición a pagar, o su valorización del bien, sería diferente si el producto lo ofrece un monopolista o una empresa en competencia.

Efectos del Equilibrio Monopólico:

1. El primero de los efectos a destacar de la existencia de un mercado monopólico, respecto de lo que ocurre en un mercado competitivo, es la reducción de las cantidades producidas y consumidas, lo que como contrapartida, conlleva un aumento en el precio del bien.

2. Adicionalmente, desde el punto de vista de los consumidores, el equilibrio monopólico, comparado con el de un mercado competitivo, se traduce en una reducción de su excedente, dando lugar a una transferencia de riqueza desde los consumidores al monopolista.

3. Finalmente, una consecuencia mayor de la existencia de mercados monopolizados tiene que ver con los efectos sobre el bienestar social.

Regulación del Monopolio:

Habitualmente la regulación de las industrias monopolizadas se tiende a centrar en la fijación de tarifas o precios máximos a cobrar por el monopolio.

Consecuencias de considerar inmoral al mercado y moral al Estado

Sin duda muchos de ustedes posiblemente estarán preguntándose qué podría enseñarle América Latina a los Estados Unidos, dada nuestra sólida Constitución, nuestros mercados abiertos, un poder federal limitado y un banco central independiente (nada de mofas, por favor). Antes yo solía pensar así. Pero, en los últimos años, he descubierto una serie de alarmantes similitudes entre este país y nuestros vecinos del sur. Por supuesto que tales similitudes no comenzaron con este presidente, pero se han acentuado en la actual administración. La explicación de moda para entender el subdesarrollo de América Latina ha sido la corrupción, la falta de educación, una infraestructura deficiente y —esta es mi explicación favorita— la escasez de dinero. Pero estos son síntomas de malas políticas, que yo considero las tres Pes de la pobreza: populismo, proteccionismo y prohibición. Nuestros desafíos son estos: ¿Cómo podemos evitar que nuestros políticos nos hagan dependientes del Gobierno? ¿Cómo mantenemos los mercados abiertos? ¿Cómo cambiamos las leyes sobre las drogas, de forma que el crimen organizado no pueda reemplazar a las instituciones democráticas? Sin embargo, estoy cada vez más convencida de que, igual que la corrupción y la mala infraestructura son productos derivados de esas tres Pes, esas tres Pes son también producto de algo más. La fuente de nuestros problemas económicos tanto en América Latina como en Estados Unidos— es, creo yo, mucho más profunda y compleja. Tomemos en cuenta dos simples observaciones: primera: tomando prestado un principio fundamental del Instituto Cato, las ideas importan; seré más específica: aquellas ideas que prevalecen en la sociedad como legítimas son lo que más importa; segunda: sin un espíritu emprendedor, es imposible que una sociedad alcance la prosperidad.

Mirando más allá de los desafíos inmediatos de las políticas en América Latina, resulta evidente que son las ideas de la academia —y sobre todo de los intelectuales— las que más han contribuido a desalentar el espíritu emprendedor en América Latina durante el último siglo. Ideas hostiles a la actividad empresarial no son solo parte de la cultura popular, sino que están enraizadas en las instituciones elementales de estos países.

En esencia, estas ideas sostienen que las ganancias son moralmente sospechosas y que la propiedad privada no se justifica. Son estas ideas las que obstaculizan directamente la prosperidad de cientos de millones de latinoamericanos.

¿Cómo sucedió esto? John Maynard Keynes escribió: “Las ideas de los economistas y los filósofos políticos, tanto cuando están en lo correcto como cuando no lo están, son más poderosas de lo que comúnmente se entiende. En realidad, el mundo

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