Mundial De Futbol

La organización de un mundial de Futbol

Cada vez son más los países y las ciudades que se presentan como candidatas a organizar un mega-evento internacional cuando surge la ocasión. Dos de los más importantes por el número de seguidores que movilizan, por su repercusión mediática y económica son sin duda la celebración del Mundial de Futbol de la FIFA y los Juegos Olímpicos. En los últimos años los gobiernos de los países celebran como una auténtica victoria el conseguir ser elegidos próximas sedes de estos eventos, mientras que los que no lo consiguen reciben una fuerte desilusión.

Este gran interés en albergar y organizar una competición como las mencionadas, radica en la creencia, basada en la observación de anteriores ediciones, de que es una oportunidad única para impulsar el crecimiento socioeconómico de un país y/o de una ciudad. No obstante, no resulta automático que el hecho de organizar un mega-evento deportivo internacional impulse económica y socialmente a la ciudad o país que lo hace.

El futbol es un deporte de alcance internacional, un fenómeno global mediático que deja a muy pocos habitantes indiferentes: a favor o en contra. Agregado a esto, está el hecho de que actualmente son pocos los rincones del mundo que no tienen una representación de este deporte, ni que no sean parte de una federación. La realidad es que por este hecho, el futbol está inmerso en la dinámica económica mundial y como tal, es parte de un engranaje económico que mueve alrededor de 3,367 millones de dólares de ganancias totales al año, de acuerdo con las pocas declaraciones que han hecho los directivos de la FIFA. Un dato curioso: esta misma federación tiene más agremiados que la ONU, por lo que se ve que el negocio une más que las pretensiones y anhelos de paz mundial.

Así, no es extraño que un fenómeno como el mundial de futbol, que se desarrollará en Brasil el próximo año, tenga repercusiones no sólo en el ámbito económico -a partir del cual se generan otros fenómenos- sino también en otros aspectos: sociales y culturales.

Como bien dice el escritor uruguayo, izquierdista y apasionado del futbol, Eduardo Galeano, el futbol, como tantos otros deportes, y tantas otras actividades humanas, paso del placer al deber: es un hecho que cuando una actividad rinde ganancias no sólo a quien la ejecuta sino a todo un conglomerado de personas, se mezclan otras consideraciones, más que las puramente placenteras. De ser una actividad que servía de entretenimiento a las personas, ahora es un negocio multimillonario. Al ser un negocio que rinde muchas regalías, y cuyo aspecto puramente deportivo ha pasado a un segundo plano, no es raro que existan voces en contra, que señalen el aspecto puramente mercantilista, y que tiene efectos, las más de las veces lamentables, a su alrededor. No olvidemos el fenómeno de los hinchas del futbol, que en los pasados mundiales han cobrado algunas víctimas y muchos daños materiales, perjudicando a los pequeños comerciantes, la mayoría de las veces, y dejando una semilla

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