Nutricion De Los Suelos

Ciclos de nutrientes y procesos edáficos en los ecosistemas terrestres: especificidades del caso mediterráneo y sus implicaciones para las relaciones suelo-planta

Los suelos sobre los que se desarrollan los ecosistemas mediterráneos presentan características funcionales diferentes de los que se encuentran en ecosistemas templados y tropicales. Por un lado son suelos más jóvenes y menos profundos que los tropicales. Se distinguen de los suelos bajo ecosistemas templados fundamentalmente por haber estado sujetos a una mayor tasa de erosión, debido a unos usos más intensivos y prolongados por parte del hombre, y quizás por la mayor recurrencia de incendios. Las características climáticas de la región mediterránea son las que más determinan los recursos nutricionales de los suelos mediterráneos.

Existen dos nutrientes que más frecuentemente limitan el crecimiento de las plantas en ecosistemas mediterráneos estos son el N y P. Los ciclos de ambos nutrientes son muy diferentes, tanto en lo que se refiere a los flujos de entrada y salida de los ecosistemas como a los mecanismos de retención dentro de éstos. En este ensayo se resumen los mecanismos que determinan la entrada de nutrientes al suelo.

Los ecosistemas mediterráneos son considerados como pobres en nutrientes. La disponibilidad de nutrientes transferidos desde la planta al suelo puede variar, debido al capacidad de reabsorción proceso de reabsorción (el cual consiste en la hidrolisis de los nutrientes que contiene una hoja senescente) los productos que resultan son transportados a tejidos en crecimiento, siendo almacenados y posteriormente utilizados por la planta para la producción de biomasa, aumentando así, su eficiencia en el uso de nutrientes.

Otros factores como la humedad en el suelo o la edad del organismo pueden intervenir en la eficiencia de estas plantas para la reabsorción de nutrientes.

El Nitrógeno y el Fosforo son los nutrientes que limitan la producción primaria en ecosistemas terrestres, es por eso que la reabsorción supone un importante mecanismo de conservación de estos nutrientes.

El nivel mínimo al que las plantas pueden reducir el contenido foliar en nutrientes antes de su abscisión se conoce como. El retorno de materia orgánica y elementos minerales a través de la caída de las partes aéreas de la planta junto con la tasa de renovación de la biomasa subterránea constituye el principal proceso de transferencia de nutrientes al suelo.

En la mayoría de ecosistemas, las hojas constituyen la fracción mayoritaria del material de desfronde. El agua de lluvia que cae sobre la vegetación arrastra elementos minerales depositados sobre las hojas y disuelve nutriente de las hojas y el tronco, que alcanzan el suelo atravesando la copa (pluviolavado o transcolación) y por escorrentía cortical. El aporte

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