Objetivo Cultural

EVIDENCIA 4:

OBJETO CULTURAL

Se llama objeto cultural a todo producto generado por determinado grupo o individuo cuya significación va más allá de su uso. Cuando al objeto se le otorga significado más allá de su función, adquiere otra trascendencia, se concreta así lo que algunos autores llaman “un exceso de presencia”, el cual depende de la ideología subyacente en cada cultura.

Las culturas desarrollan diferentes prácticas y otorgan a los objetos culturales distinta significación. No poseen la misma simbología al pasar de un estrato social a otro, ni en las diferentes generaciones o situaciones. El tatuaje no tiene el mismo valor y significado para quien ha pasado por una experiencia carcelaria que para un adolescente de los sectores medios que se hace una marca en la pantorrilla, en el omóplato o en un brazo. En general tampoco tiene el mismo significado para el padre o madre del adolescente.

Esta postura frente a los objetos genera distintas percepciones sobre ellos y promueve distancia entre los adolescentes y entre ellos y los adultos. Son las diferentes formas peyorativas con que se distinguen, o el orgullo con el que se lucen. “Somos los plancha, ¿y qué?”, suelen gritar desafiantes algunos adolescentes.

Con todo, la índole misma de los actos culturales a través de los cuales tienen existencia en el mundo los objetos culturales —hacer, modificar, desarrollar, transformar, conformar— no remiten como único fundamento del ser de éstos a la subjetividad humana, a las distintas operaciones del hombre en razón de las cuales llegan a ser los objetos culturales en el mundo; antes bien, abren también a la consideración de otro fundamento distinto al de la subjetividad humana que se halla igualmente a la base del ser de los objetos culturales, constituyendo intrínsecamente su ser y sustentando la posibilidad de su existencia.

En efecto, todos los objetos culturales no solamente son “hechos por…” un sujeto humano —a través de la creatividad de sus manos u otras partes del cuerpo, por influjo específico de su inteligencia y su voluntad— sino también son “hechos de…” algo distinto al sujeto humano que ya existía anteriormente en el mundo, y sin el cual no podría existir tampoco en el mundo. De no ser así, tampoco podría decirse con toda justicia que los objetos culturales son “hechos por…” los actos culturales realizados por la subjetividad humana, sino que son enteramente “creados” por ésta en el mundo, es decir, “puestos” en la existencia totalmente por el hombre, en el sentido fuerte de la palabra alemana “poner” [setzen]. Este “algo distinto” del cual son hechos los objetos culturales por las operaciones del hombre y cuya existencia en el mundo ya precedía de suyo a la existencia de los objetos culturales en el

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