Oferta Y Demanda
julipaoc23 de Octubre de 2011
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Oferta y demanda
El postulado, principio o incluso ley de la oferta y demanda es el modelo económico básico de la formación de precios de mercado de los bienes,1 usándose para explicar una gran variedad de fenómenos y procesos tanto macro como microeconómicos. Además, sirve como base para otras teorías y modelos económicos.
El modelo se basa en la relación entre el precio de un bien y las ventas del mismo y asume que en un mercado de competencia perfecta, el precio de mercado se establecerá en un punto —llamado punto de equilibrio— en el cual el se produce un vaciamiento del mercado, es decir, todo lo producido se vende y no queda demanda insatisfecha.
El postulado de la oferta y la demanda implica tres leyes:
I.- Cuando, al precio corriente, la demanda excede la oferta, el precio tiende a aumentar. Inversamente, cuando la oferta excede la demanda, el precio tiende a disminuir.
II.- Un aumento en el precio tiende, más tarde o más temprano, a disminuir la demanda y a aumentar la oferta. Inversamente, una disminución en el precio tiende, más tarde o más temprano, a aumentar la demanda y disminuir la oferta.
III: El precio tiende al nivel en el cual la demanda iguala la oferta.
En economía el modelo generalmente se usa en conjunto con el tâtonnement walrasiano .
historia
A pesar que el modelo es generalmente atribuido a Alfred Marshall (debido a que ese autor formalizó, analizó y extendió su aplicación), el origen del concepto es anterior.
La expresión ‘oferta y demanda’ fue acuñada por James Denham-Steuart en su obra Estudio de los principios de la economía política, publicada en 1767. Adam Smith usó esta frase en su libro de 1776 La riqueza de las naciones, y David Ricardo, en su libro Principios de política económica e impositiva de 1817, tituló un capítulo "Influencia de la demanda y la oferta en el precio".
En su La riqueza de las naciones Smith asume, en general, que la demanda es relativamente fija en el plazo corto y mediano (dependiendo últimamente de la cantidad de personas), y que, consecuentemente, es únicamente la oferta la que hace que el precio suba o baje. Conviene recordar que en aquellos tiempos las empresas eran pequeñas, y solo podían contribuir, cada una, fraccionalmente a satisfacer la demanda. Esto, junto a la existencia de libre competencia, hacia que los precios de mercados disminuyeran al máximo posible, tendiendo al costo de producción, el que, a su vez, depende de consideraciones técnicas, no de la demanda.
Ricardo Guzmán va aún más lejos afirmando: "Por abundante que sea la demanda, nunca puede elevar permanentemente el precio de una mercancía sobre los gastos de su producción, incluyendo en ese gasto la ganancia de los productores. Parece natural por lo tanto buscar la causa de la variación del precio permanente en los gastos de producción. Diminuyase esos y (el precio de) la mercadería debe finalmente decaer, auméntense y seguramente subirán. ¿Qué tiene todo eso que ver con la demanda?"
Durante los últimos años del siglo XIX surgió la escuela de pensamiento marginal. Este campo fue iniciado por Stanley Jevons, Carl Menger y Léon Walras. La idea principal es que el precio se establecía a partir de la demanda: los consumidores solo pagan lo que consideran adecuado por la utilidad que perciben recibirán de los bienes, cualquiera sea el costo de producción. Esto fue un cambio sustancial respecto a las ideas de Adam Smith sobre la determinación del precio de venta.
"Tijeras de Marshall"- P= precio.- Q+ Cantidad producida.- D (linea azul) demanda.- S (linea roja) oferta
Este modelo fue criticado más tarde por Alfred Marshall en su Principios de economía.10 Marshall re-introduce a la visión marginalista, a través de la metáfora conocida como las tijeras de Marshall, la consideración del efecto de la oferta, formalizando el modelo de la oferta y la demanda.
"Podríamos con la misma sensatez discutir acerca de si es la hoja superior o la inferior de una tijera la que corta un pedazo de papel que si el valor esta controlado por la utilidad o por el costo de producción".
Desde finales del siglo XIX, esta teoría de la oferta y la demanda se ha mantenido prácticamente inamovible. La mayoría de los estudios posteriores se han centrado en buscar adecuar el modelo a situaciones mas reales, incorporando aspectos tales como los costes de transacción, la racionalidad limitada o incluso el principio de no racionalidad, etc. basados en la percepción que es el caso que la situación real del mercado corresponde a una de competencia imperfecta.
Por ejemplo -desde las primeras décadas del siglo XX- una variedad de autores -tales como Joan Robinson; Edward Hastings Chamberlin; Heinrich Freiherr von Stackelberg; Jan Tinbergen; Wassily Leontief, etc, introdujeron una serie de adecuaciones o modificaciones parciales a la formalización de Marshall. (ver oligopolio y oligopsonio, Teoría de la Competencia monopolística, Competencia de Stackelberg; Teorema de la telaraña, etc.)
[editar]Teoría fundamental
Excedente de los consumidores y los productores en el punto de equilibrio para las curvas de oferta y demanda.
El modelo establece que en un mercado libre, la cantidad de productos ofrecidos por los productores y la cantidad de productos demandados por los consumidores dependen del precio de mercado del producto. La ley de la oferta indica que la oferta es directamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio del producto, más unidades se ofrecerán a la venta. Por el contrario, la ley de la demanda indica que la demanda es inversamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los consumidores. Por tanto, la oferta y la demanda hacen variar el precio del bien.
Según la ley de la oferta y la demanda, y asumiendo esa competencia perfecta, el precio de un bien se sitúa en la intersección de las curvas de oferta y demanda. Si el precio de un bien está demasiado bajo y los consumidores demandan más de lo que los productores pueden poner en el mercado, se produce una situación de escasez, y por tanto los consumidores estarán dispuestos a pagar más. Los productores subirán los precios hasta que se alcance el nivel al cual los consumidores no estén dispuestos a comprar más si sigue subiendo el precio. En la situación inversa, si el precio de un bien es demasiado alto y los consumidores no están dispuestos a pagarlo, la tendencia será a que baje el precio, hasta que se llegue al nivel al cual los consumidores acepten el precio y se pueda vender todo lo que se produce mejor.
La curva de oferta
La segunda ley enunciada (ver II arriba) establece que, ante un aumento en el precio de un bien, y asumiendo un mercado competitivo, la cantidad ofrecida de ese bien va a ser mayor; es decir, los productores de bienes y servicios aumentarán la producción. Esto es generalmente referido como “Ley de la oferta”
Lo anterior es conceptualizado en la curva de oferta, que es la representación gráfica de la relación -o elasticidad- existente entre el precio de un bien y la cantidad ofrecida del mismo.
La pendiente de esta curva determina cómo aumenta o disminuye la cantidad ofrecida de un bien ante una disminución o un aumento del precio del mismo. Se denomina elasticidad precio de la oferta al grado de variación de la cantidad ofrecida a una modificación en el precio. Esta va desde una respuesta totalmente inelástica (linea vertical) significando que la producción no responde a cambios en precios a una totalmente elástica (linea horizontal), significando que cambios en la producción son mayores que cambios en los precios.
Las determinantes de esa elasticidad incluyen: facilidad o no de adquirir Insumos. Existencia o no de capacidad excesiva de producción y/o inventarios acumulados. Complejidad del proceso de producción, o relativa dificultad de implementar extensiones o modificaciones a ese proceso, incluyendo el tiempo y costo necesario para implementar esas modificaciones. Consideraciones mas generales acerca de la posición de la empresa en relación al mercado, incluyendo posible conveniencia de simplemente tomar ventaja del aumento de precios, etc.
Debido a que la oferta es proporcional al precio, las curvas de oferta son, generalmente pero no siempre, crecientes.Además, y debido a la ley de los rendimientos decrecientes, la pendiente de una curva de oferta suele ser también creciente (es decir, suele ser una función convexa).
Sin embargo, las curvas de oferta no tienen necesariamente una pendiente creciente. Un ejemplo es la curva de oferta del mercado laboral. Generalmente, cuando el salario de un trabajador aumenta, éste está dispuesto a ofrecer un mayor número de horas de trabajo, debido a que un sueldo más elevado incrementa la utilidad marginal del trabajo (e incrementa el coste de oportunidad de no trabajar). Pero cuando dicha remuneración alcanza ciertos niveles, el trabajador puede experimentar la ley de los rendimientos decrecientes en relación con su paga. La cantidad de dinero que está ganando hará que otro aumento de sueldo tenga poco valor para él. Por tanto, a partir de ese punto podría dedicar menos horas al trabajo a medida que aumente el salario, decidiendo invertir su tiempo en ocio. Encontramos un ejemplo de esto en los sueldos de los miembros de los Consejo de administración. Mientras es relativamente fácil motivar a trabajadores manuales o profesionales a trabajar horas extras, es difícil motivar a los miembros de esos consejos, cuyas “horas de trabajo” generalmente van desde una reunión (matinal o de tarde) una ves al
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