PROTOCOLO EL ELOGIO A LA DIFICULTAD

PROTOCOLO EL ELOGIO DE LA DIFICULTAD

EL ELOGIO DE LA DIFICULTAD

¿Qué es la felicidad?, esta es la pregunta con que el autor Estanislao Zuleta indaga en nuestros pensamientos, en nuestras costumbres, en nuestra imaginación.  Todo ser humano durante el transcurso del tiempo ha asociado la felicidad con la riqueza, aquella vida cómoda, y llena de placer, que solo lo viven algunos virtuosos en la humanidad.  Son estos virtuosos a quienes enajenamos nuestras conciencias, nuestro ser, a quienes convertimos en ídolos porque representan ese deseo irreprochable y en algunas ocasiones inalcanzable, para sentir lo que deseamos, sin embargo nos convencemos de poder vivirlo a través de su actuar, su vestir, su pensar.

Para ello basta con  fijarnos en modelos, magnates, cantantes, actores, y deportistas que derrochan sus fortunas en licor, placeres sexuales, autos, viajes, en pro de la felicidad.

Es por ello que a partir de esta lectura se hace importante detenernos a reflexionar si tanta ostentación y poder nos liberara del esfuerzo, de la responsabilidad y dificultad de alcanzar nuestras metas.  Lo anterior ha desencadenado en la degeneración del ser humano, interesándose solo en sí mismo, en busca de su bien sin justificar los medios con que logre sus objetivos.

Atrás quedaron valores que desde el núcleo familiar se impartían, como el respeto, la responsabilidad, la solidaridad, lealtad, bondad, entre otros.  La pobreza, la opresión y la descomposición familiar y educativa han provocado que la sociedad en esa insaciable  búsqueda de comodidades y bienestar se deje seducir por el dinero fácil; la corrupción, las operaciones al margen de la ley, la  prostitución, y la delincuencia  son las salidas más corrientes para subsistir sin mayor esfuerzo.

Lo difícil, pero también lo esencial, es valorar positivamente el respeto, la tolerancia, reconociendo las diferencias, no como un mal menor y un hecho inevitable, sino como lo que enriquece la vida e impulsa la creación y el pensamiento. Es difícil establecer el valor de lo fácil; no solamente sobre sus consecuencias tan marcadas en la sociedad, sino  sobre la inclinación que no exige de nosotros ninguna superación, ni nos pone en cuestión, ni nos obliga al mínimo esfuerzo.

El autor nos atrae a abandonar el facilismo, nos invita a comprender que el esfuerzo, la tarea de pensar, de imaginar, de razonar, es el punto de partida, la única posibilidad de llegar a un fundamento sólido, y de construir un nuevo comienzo a partir del cual adquiere sentido  nuestros ideales, nuestras metas, nuestros objetivos; es importante que para alcanzar esta sensatez a nuestros juicios reconozcamos los valores,  las semejanzas y las diferencias entre los seres humanos, lo cual nos permite reconocer el esfuerzo que realizan nuestros semejantes para alcanzar sus objetivos, como: las horas de entrenamiento del deportista, la preparación de los actores, de los cantantes, entre otros.  

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