Elogio A La Dificultad

ELOGIO DE LA DIFICULTAD

ESTANISLAO ZULETA

Al tratar nosotros de imaginar la felicidad mostramos la cara más pobre e impotente de nuestra imaginación y es cuando comenzamos a imaginarnos un paraíso perfecto sin problemas ni preocupaciones.

Nuestro problema no es que no seamos capaces de lograr lo que nos proponemos sino en lo que nos proponemos, deseamos el mal.

Nosotros nos deseamos meter a una relación de cuento de hadas, sobre un lecho de rosas, un nido de amor, sin peligros ni preocupaciones en vez de una relación que nos estimule, nos haga actuar, luchar. En vez de hacernos avanzar, nos hace retrasarnos.

Deseamos poseer todo el conocimiento, no queremos preguntarnos ni llenarnos de incógnitas, queremos que el conocimiento se nos sea servido por alguien que probablemente nunca existió o que desgraciadamente si ha existido.

Hay quienes tratan de idealizar el fin y mezclarlo con el terror, provocando una paranoia en el pensamiento y una conquista sobre la realidad.

En vez de discutir buscamos un sistema en donde se desarrolla una idea peligrosa de que si no está conmigo, está contra mí, y el que no está completamente conmigo, no está conmigo.

Nada que haya sido creado filosóficamente o divinamente evita que alguna doctrina caiga bajo la representación de alguna mente paranoica y/o aturdida.

Las masas sueñan con la promesa de vivir en una comunidad pacífica, sin ninguna problemática quitando la incertidumbre, la duda, la necesidad de pensar por sí mismo, y exaltan la identidad de sus miembros por medio de la participación. Y gracias a esto se ahorra la angustia, se distribuyen dos sentidos contrarios; el amor por lo propio y el odio por lo externo, y la vida llega a la más horrenda facilidad.

Nadie quiere saber nada del respeto, no se puede aceptar lo que piensa otra persona, tomarlo en cuenta, hacerle una crítica; el pensamiento del otro es erróneo, está mal, y sólo por el hecho de que piense distinto a nosotros significa que es falso, como se mencionaba anteriormente: Si no está conmigo, está en mi contra.

Luego de todo esto viene una ola de pesimismo y escepticismo, nos olvidamos de volver a hacer una crítica a una sociedad injusta que es, en cierto modo, correcta y que la lucha por una sociedad racional e igualitaria sigue siendo necesaria.

Pero debemos mantener la voluntad de seguir luchando sin perder la cordura de la batalla. También debemos valorar el respeto, la diferencia, como un modo de enriquecernos. Debemos observar con cuánta frecuencia empleamos un modo de explicación totalmente diferente a la hora de notar los problemas, fracasos y errores propios y del otro. En el caso de la otra persona aplicamos el esencialismo, es decir, lo que ha hecho, por lo que ha pasado e indagar en lo más

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