Pancho Villa

Pancho villa y sus mujeres

Fue uno de los jefes de la Revolución Mexicana, fue conocido como el “Centauro del Norte”, comandante del ejército División del Norte, Villa y sus seguidores se apoderaron de las tierras de los hacendados para distribuirlas a los campesinos y soldados.

Se dice que se casó por la ley 75 veces, y sus guardias personales eran dos mujeres y ambas iban formadas a sus costados. Por eso surgió el dicho mexicano que dice, “ Como Pancho Villa, con sus dos viejas a la orilla”. pancho villa fue uno de los caudillos mexicanos con mas fama a lo largo de la historia mexicana fue uno de los revolucionarios mas conocidos por su famas de apuntar al blanco y como decían en aquella época “ atinarle a todo lo que el quería

Villa, en 1923 ya no era ningún muchacho se cansó de las correrías de su profesión y decidió cambiar su fiel corcel por uno de esos aparatejos de moda llamado automóvil, después de probar el vehículo le dijo al dueño” Bañemelo de plomo”, este accedió desgraciadamente Villa seguía adentro y no fue muy específico con respecto a la clase de baño.

La muerte de Pancho Villa, fue por causas naturales, el dictamen forence concluyó que después de 47 disparos era natural que muriera.

La leyenda cuenta, que en Estados Unidos la afrenta de Columbus no se les habría de olvidar y enviaron al General Pershing a perseguir a Pancho Villa, los gringos, trataron de regresarle en su territorio lo que les hizo, después de perseguirlo por el Desierto de Chihuahua, y no lo encontraron decidieron ir a Durango.

La Sierra de Durango les tenía preparada una sorpresa, bala tras bala se abrieron paso hasta la finca de Pancho Villa donde para su mala suerte no encontraron nada, ardidos por su fracaso los gringos arrasaron con las pertenencias de Villa y mientras destruían estos bienes hicieron un grandioso descubrimiento el cual llevaron con ellos hasta Columbus. Los gringos se llevaron la cabeza de Pancho Villa, en el museo de dicha ciudad existe un salón secreto donde únicamente los elegidos pueden apreciar y acariciar la cabeza del más grande estratega militar de todos los tiempos

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