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Pedro Paulet

pamela211224 de Agosto de 2014

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Pedro Paulet Mostajo

El ingeniero Pedro Paulet nació en Arequipa el 2 de julio de 1874. Hijo de Pedro Paulet y Antonia Mostajo. Él fue uno de varios hijos nacidos en una familia mestiza.

Desde muy niño Pedro Paulet mostró un gran interés y pasión por viajar al espacio. Era casi un niño cuando inspirado por los cohetes lanzados al aire durante las festividades de las fiestas religiosas de su ciudad natal de Arequipa, decide realizar experimentos fabricando cohetes con canutos de carrizo ligados fuertemente con pitas de caña, y ataba a las guías de estos cohetes redecillas con piedras, fierro, roedores o pedazos de metal, para calcular la fuerza que buscaba. “No se trata de atraer el aire sino de empujarlo”, solía decir.

Estos experimentos alarmaban al vecindario, lo cual le obligo a realizar sus experimentos fuera de la ciudad.Posteriormente logró conseguir el apoyo de algunos pirotécnicos locales para construir cohetes con cámaras impulsoras más largas y de mayor duración.

Esta fascinación por los cohetes y su sueño de viajar al espacio fue lo que continuamente durante toda su vida lo motivó en sus experimentos e invenciones.

Cursó estudios en el célebre colegio del Padre Duhamel. Ingresó a la Universidad de San Agustín donde estudió simultáneamente en las Facultades de Letras y de Ciencias. Paulet fue siempre un estudiante activo, idóneo para la ciencia y apasionado por el arte, junto con otros estudiantes decidió fundar la Sociedad Patriótica y el Centro Artístico. Sus esculturas y dibujos frutos de su talento fueron premiados por ambas instituciones.En el año 1877 fallece su padre.

Su espíritu emprendedor lo movió siempre hacia adelante. En el año de 1893, cuando tenía 18 años, falleció su querida madre y al año siguiente recibió una beca en reconocimiento por su excelencia académica, por parte del gobierno peruano que le permitió viajar a Europa a cursar estudios de ingeniería. Paulet asistió a charlas públicas sobre química ofrecidas por el profesor Marcelin Berthelot en la Universidad de Francia, en Paris. En la Sorbona de París estudia Ingeniería y Arquitectura para luego en el año de 1898 proseguir con estudios en el campo de la Química Aplicada de la Universidad de París donde estudió con el Profesor Berthelot. Fué allí donde investigó el tipo de combustible necesario para ser usado en los cohetes para el vuelo en el espacio sideral.

Desde la edad de 21 años estudió en Europa y se gradúa en el Instituto de Química Aplicada de París en el año de 1901, obteniendo con la más alta distinción el título de Ingeniero Químico.

En el año de 1902 es nombrado Cónsul del Perú en Amberes – Bélgica, continúa con su carrera consular hasta el año de 1904 cuando es llamado para fundar la Escuela de Artes y Oficios que dirigió por seis años, al final de los cuales reingresó al servicio exterior del Perú.

Para Paulet el progreso no consiste en igualar los procesos de la naturaleza, sino más bien en sobrepasarlos. Teniendo este principio en cuenta, Paulet indica que nosotros no debemos estudiar la aviación solo teniendo como base a los pájaros, ya que ello nos invitaría únicamente a imitar el vuelo, pero no el viaje fuera de la atmósfera donde no hay aire, nubes o hielo.

El primer dispositivo diseñado por Pedro Paulet consistió en una rueda de bicicleta provista de dos cohetes, alimentados por tubos unidos a los radios, por los que la carga venía de una especie de carburador fijo, colocado cerca del eje, con un anillo de agujeros por donde entraba la mezcla explosiva a dichos tubos, cada vez que su boquilla pasaba por uno de los agujeros.

El quid de la cuestión era, naturalmente, el explosivo. El diseño según Paulet podía ser adaptado para utilizar más cohetes. Este diseño se asemeja a las turbinas hoy utilizadas por los aviones a reacción. Pedro Paulet realizó muchos experimentos, hasta que, aconsejado por el mismo Berthelot, prefirió utilizar las panclastitas de tupín, el inventor de la melinita. Eran explosivos líquidos, fácilmente volatilizables y de tan tremenda expansión que había que debilitarlos con disolventes apropiados.

Los resultados que obtuvo Paulet fueron muy halagadores, la rueda giraba al parecer indefinidamente, y aunque las experiencias fueron, como era indicado, muy secreta, su buen éxito trascendió al Barrio Latino, a lo que tal vez se debe que un autor inglés lo haya citado como uno de los primeros precursores de la aviación con cohetes.

Un grave accidente ocurrido durante los experimentos que efectuaba Pedro Paulet para probar la velocidad máxima a la que podía girar la girándula, provocó la alarma del Director del Instituto Doctor C. Chabrié, quién prohibió radicalmente que se manejaran explosivos en sus laboratorios, entonces situados en humildes barracas cerca del Jardín de Luxemburgo, en París. El accidente fue producido por una explosión de acetona que se encontraba en un depósito cerca de un calentador. Paulet fue detenido a causa de este incidente para luego ser liberado cuando su profesor Berthelot testificó que Paulet no era un anarquista.

No pudiendo continuar los experimentos en el hotel donde se encontraba alojado y menos cuando la policía, afirmaba que dichos experimentos deberían ser efectuados solo en instalaciones militares, laboratorios y no independientemente. Fue así como Paulet se quedó con su girándula motriz y sus consecuentes aplicaciones inconclusas, por otro lado, la efectividad de su máquina ya había sido comprobada. Este serio accidente causó la perforación del tímpano izquierdo de Paulet, que mas adelante le causó la sordera.

edro Paulet tuvo la certeza de haber encontrado en el cohete el motor insuperable para toda clase de vehículos y especialmente para los aéreos, aunque modificando totalmente la estructura y la forma de los aviones conocidos en ese entonces.

Pedro Paulet decía que todo técnico al tanto de la historia de invenciones y descubrimientos sabe que el progreso no consiste en igualar los procesos de la naturaleza, sino en sobrepasarlos. Si para el transporte terrestre nos hubiéramos reducido a multiplicar las patas de los móviles, estaríamos donde estuvieron los Incas que no conocían la rueda, no obstante poseían magníficos caminos. El pensaba que no era posible progresar más en la locomoción aérea imitando el vuelo de las aves. Es decir, que habría que estudiar, no la aviación sino la "desgravitación", tendiendo más que a la aeronáutica, a la bien llamada por M. Rosny, la "astronáutica" o sea el transporte arriba del planeta, donde casi no hay aire, ni nubes, ni hielo.

Paulet afirmaba que en tal medio poco valen alas, planeadores y hélices; lo único que queda como expediente es el cohete y entonces lo que se impone es una nueva forma del móvil impulsado por esa propulsión a escape, forma que no debe ser "aerodinámica", sino "astrodinámica”. Paulet se adelantaba a su tiempo y predecía el futuro tecnológico del hombre en el espacio.

Para Paulet la hélice debe desaparecer por innecesaria y hasta contraproducente. El explicaba que la hélice no sirve donde falta aire. El consideraba también que debían desaparecer los otros elementos del planeador y ser reemplazados por una "nueva forma" que responda a su función astronáutica, una vez dominada la gravitación gracias a los cohetes. Esas funciones y sus conocidos órganos son: perforar la atmósfera densa o raía mediante el mejor instrumento de perforación que es “una punta”; mantener la libertad de acción del astronauta en una cámara hermética, con la forma más resistente a las presiones exteriores, que es la "esférica", y permitir el fácil manejo de esa punta exterior desde el interior de dicha cámara, así como el metabolismo de ese bólido habitado con cualquier ambiente externo, adaptando sistemas ya bien experimentados como en los sumergibles.

Estas son las bases que lo guiaron al concepto del "avión torpedo".

Frente a los motores a vapor, eléctrico y de explosión que eran los mas avanzados al principio del siglo XX en materia de locomoción mecánica, Pedro Paulet ya había logrado diseñar y construir un motor que superaba dichos motores mediante la utilización de fuerzas explosivas retro-propulsoras de cohetes. Paulet diseñó y construyó este motor en 1897. El motor pesaba 2.5 kilogramos, tenía un empuje de 200 libras, experimentaba 300 explosiones por minuto y estaba impulsado por combustible de “propelente líquido”; un componente formado por peróxido de nitrógeno y gasolina. En su diseño, tanto el carburante como el oxidante se encuentran almacenados en tanques separados y estos son mezclados en la cámara de combustión donde por medio de una bujía se produce una chispa que provoca la ignición. Esta combinación hacía que se generen potentes gases que eran expulsados al exterior a alta temperatura, como consecuencia se generaba una reacción que hacia elevar al vehículo.

El diagrama del primer experimento del motor cohete fue reconstruido por James E. Wyld en 1946 utilizando como base la descripción escrita del inventor.

El "avión torpedo" que posteriormente Paulet prefiere llamar "autobólido" estaba diseñado en base a su motor a reacción y poseía una forma de "punta de lanza". Esta nave aeroespacial tenía un espacio interior adecuado para una tripulación, revestido a su vez en su parte externa con una capa de material resistente a las condiciones del espacio y de la atmósfera. Paulet eligió el diseño esférico de la cabina debido a que el consideraba que esta forma geométrica es mas resistente a las presiones externas

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