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Pepita Jimenez


Enviado por   •  27 de Junio de 2013  •  1.487 Palabras (6 Páginas)  •  277 Visitas

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(Luis suspira y se levanta, sale Beatriz de la sala y entra don Pedro)

(Pedro atraviesa la sala)

Luis: padre, te he comentado que cada día siento más la necesidad de estar entregado por completo al sacerdocio.

Pedro: si lo has hecho, (en un tono un poco sentimental), pero me siento tan feliz de que estés conmigo, siento ua gran tranquilidad al poder tenerte a mi lado.

Luis: y yo también me siento feliz por estar a tu lado padre. (Sonríe)

(Sale Pedro de la sala)

Luis: (en tono muy bajo) cada día que pasó aquí, siento que me alejo más del camino, pues temo que las cosas materiales me llamen más la atención, que mis creencias.

(Esta el señor Vicario hablando en la sala sentados uno frente a otro con Luis)

Vicario: Pepita es una chica con grandes sentimientos, ella adora al niño Jesús como a su Dios, lo ama tanto como una madre ama a su hijo.

Luis: si eso lo noto en ella a cada instante.

Vicario: (pensativo) Pepita ama al niño Jesús y a la virgen como la madre que ella sueña y el hijo que desearía algún día concebir.

Luis: (observándolo fijamente, se dice a si mismo) a veces pienso que este hombre esta enamorado de Pepita, o quizás ella es como un instrumento del mal que emboba a personas como el, y lo hace que piense y hable solo de ella.

(Con una mirada extrañada Vicario lo observa y se levanta se despide y se retire del lugar, quedando solo Luis)

(Aparece de pronto Beatriz)

Beatriz: ¿en que piensa?

Luis: ¡ha!.......nada solo ideas atravesadas que se cruzaron por mi mente.

Beatriz: ¿de nuevo pensaba en la dama Pepita verdad?

Luis: es que a veces siento que solo de ella hablo, pero no se si ella será un ángel o una refinada coqueta llena de astucia infinita.

Beatriz: (lo interrumpe) pues no parece una persona mala…. ¿no lo cree así?

Luis: tiene razón, Pepita no es mala, ella emana sinceridad y confianza. (Sonríe se levanta y sale de la sala)

(Está solo Luis en la sala escribiendo unas cartas)

Luis: (mientras escribe lee en voz alta) “perdón por no escribirte, pero solo espero que mis cartas no te hallan agobiado o peor aun que no te hallan creado ideas falsas de mis sentimientos por Pepita, pues se muy bien que con frecuencia escribo y te hablo sobre ella, pero yo amo a Pepita como a una hermana. Bueno este lugar es un poco peculiar, ya que los casinos no solo son de noche, son desde temprano a toda hora y hay un gusto peculiar por las riñas de gallos; las damas y el ajedrez no se descuidan para nada. La vida de aquí tiene cierto encanto, hasta hay que esforzarse por la soledad, para todo requiere un esfuerzo, es un lugar muy agradable”.

(Están en las afueras del lugar, aparecen Pedro, Luis y Pepita)

Pedro: querida Pepita, en recompensa por la linda velada de aquella noche en la huerta, he decidido invitarte ha la Quinta del Pozo de la Solana.

Pepita: (muy sonriente y agraciada contesto) bueno no es necesario que me pague tal invitación de aquella vez; pero si usted insiste no puedo negarme a ello.

Pedro: gracias por decidir acompañarme. Luis también vendrá.

Luis: me encantaría padre.

Pepita: bueno pues vamos.

Luis: (al ver a Pepita) vaya…..enserio sabes montar?

Pepita: claro que se montar…. ¿pero tu no sabes verdad?

Luis: (se rie un tanto nervioso) jajaja….pues veras no soy muy bueno con los caballos.

Pepita: no importa vamos.

(Despues de un rato Luis caminaba por los bosques y de pronto se encuentra con Pepita)

Pepita: (se acerca a Luis y, se sienta junto a el) ¡que callado y que triste esta usted señor Don Luis! Me apesadumbra pensar que tal vez por culpa mia, en parte al menos, da a usted hoy un mal rato su padre trayéndole a estas soledades, y sacándole de otras mas apartadas, donde no tendrá nada usted que le distraiga de sus oraciones y piadosas lecturas.

Luis: mmm bueno yo…

Pepita: (lo interrumpe) perdón pero usted me ha de perdonar si soy maliciosa; pero creo que además de el disgusto de estar separado de sus ocupaciones favoritas, hay algo mas que le incomoda o contribuye a su enojo.

Luis: (en tono enojado) ¿a que se refiere con algo mas?

Pepita: ese “algo mas”….no es sentimiento propio de quien va a ser sacerdote tan pronto, pero si lo es de un joven de 22 años.

Luis: bueno, a la próxima ves tratare de aprender a montar mejor y así ire en un hermoso caballo y no en una mula.

Pepita: (con una sonrisa) me alegro por usted.

(Llega Pedro y los observa

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