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Poemas Tristes


Enviado por   •  30 de Junio de 2013  •  906 Palabras (4 Páginas)  •  295 Visitas

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No Volveremos a Vagar...

Lord Byron.

Así es, no volveremos a vagar

tan tarde en la noche,

Aunque el corazón siga amando

y la luna conserve el mismo resplandor.

Pues así como la espada gasta su vaina,

Y el alma consume el pecho,

también el corazón debe detenerse a respirar,

e incluso el Amor debe descansar.

Aunque la noche fue hecha para amar,

y los días retornan demasiado pronto,

Aún así no volveremos a vagar

bajo la luz de la luna.

La Única Certeza.

The one certainty, Christina Georgina Rossetti.

Vanidad de Vanidades, dice el Predicador,

Todas las cosas son Vanidad.

El ojo y el oído no pueden llenarse

Con imágenes y sonidos.

Como el primer rocío, o el aliento

Pálido y súbito del viento,

O como la hierba arrancada del monte,

Así también es el hombre,

Flotando entre la esperanza y el miedo:

¡Qué pequeñas son sus alegrías,

Qué diminutas, qué sombrías!

Hasta que todas las cosas terminen

En el lento polvo del olvido.

Hoy es igual que ayer,

Mañana uno de ellos ha de ser;

Y no hay nada nuevo bajo el sol:

Hasta que la antigua Raza del Tiempo corra

El viejo espino crecerá en su cansado tronco,

Y la mañana será fría, y el crepúsculo, gris.

La Fuente de las Lágrimas.

Arthur William Edgar O'Shaughnessy

Atravesando desiertos y montañas,

lejos en el País del Dolor,

durante mañanas, días y noches,

o acaso durante meses y años;

con el corazón palpitando desgarrado,

el cuerpo sediento y abrumado,

ciertamente llegarás hasta tu destino,

en La Fuente de las Lágrimas.

Solemne y pacífico es aquel lugar,

sólo para el llanto lastimoso y el suspirar,

para los que en vida o muerte arriban,

junto con sus miedos y fantasías.

Sombríos cipreses adornan el lugar,

con máscaras que velan todos los rostros,

y de aquellas brumosas penumbras

brota cálida y hermosa, La Fuente de las Lágrimas.

Así flota y flota, en una danza

tan gentil como encantadora,

susurrando apenas su melodía armoniosa;

para aquel que debió sufrir y oír

(como tú, seguramente) en pesaroso silencio.

Arrodíllate allí y conoce a tu corazón roto,

y derrama la emoción tanto tiempo contenida,

allí, en La Fuente de las Lágrimas.

Porque crece y crece, como si al rozar

sus celestiales alturas uno pensase

si alguna de sus melodías pueden hundirse

en los oídos con más ternura.

Sí, venerable y bendita parece la Fuente

alcanzada tras el desierto y la montaña.

Allí caerás al fin en un profundo llanto,

y lavarás con lágrimas la tristeza de tu rostro.

¡Entonces el asombro! Mientras yaces allí por un tiempo,

y te debates entre la vida y la muerte,

abandonando la tierra que intentabas

alcanzar con tus miedos y esperanza,

el mundo se alzará y descenderá sobre tí.

Hombres fuertes no permanecerán para cuidarte,

ni se preguntarán porqué razón

tu camino es más duro que el de ellos.

Y mientras allí descansas, tus mejillas

no rechazarán las húmedas hojas,

ni te importará secar tus cabellos mojados,

o contemplar cómo el frío mundo amanece.

Tal vez, en aquel silencio que te rodea,

sientas que toda la Angustia

...

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