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Politicas Publicas

chunco28 de Octubre de 2013

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Las políticas públicas

El crecimiento de la población del país y sus necesidades han obligado a un proceso de desarrollo sostenido del gobierno y sus instituciones; las políticas públicas son las herramientas que proveen a los gobiernos de soluciones para el conglomerado social, sin embargo, estas deben de observar condiciones mínimas necesarias: que correspondan a la cultura e idiosincrasia de la población, que resulten de diagnósticos objetivos sobre problemas concretos, y que puedan ser evaluadas en su eficacia y temporalidad.

Aunque la definición de las políticas públicas es un arcoíris variopinto, un criterio generalmente aceptado es que se trata de acciones concretadas en forma de proyectos, que tienden a un beneficio común en la sociedad, elaboradas por el Estado representado por una autoridad y que constituye una práctica social. Aunque debe aclararse que no todas las acciones del estado y/o del gobierno son políticas públicas.

En el diseño de una política pública se debe considerar primeramente factores bien identificados como el tiempo en que se producen, la forma como se canaliza o gestiona, el costo que conlleva aprobarla y aplicarla, por lo cual una política pública debe ser congruente, eficaz y eficiente para los objetivos que espera una sociedad.

De hecho, las políticas públicas también son un conjunto de acciones que el Gobierno establece para proveer dos grandes asuntos: bienes y servicios. Es de suponer que con una agenda de gobierno más eficiente y eficazmente estructurada se logren atender mejor a las demandas impuestas por los ciudadanos, respondiendo así a problemas específicos para una mayor atención del gobierno.

Sin embargo, también hay una corriente que establece que la formulación de políticas públicas requiere de un proceso estandarizado, secuencial y, sobre todo, funcional. El primero implica que un estándar puede ser aplicado para cualquier tipo de política; si se sigue una metodología precisa, ésta puede ser diseñada por otros analistas y aplicarse a cualquier gobierno. Un estándar es una regla que independientemente de la ideología del sector gobierno, puede usarse en cualquier contexto.

Este criterio ha sido duramente criticado, al menos en México, por el elemento complementario de las políticas públicas: la política. En los últimos años, muchos sectores políticos han hecho una dura crítica sobre la aplicación de “recetas” emanadas de organismos internacionales –particularmente el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional-, que si bien han fortalecido la estabilidad macroeconómica, no han podido mitigar los problemas de pobreza y distribución del ingreso.

Por ello, las políticas públicas no son un asunto menor. Por su complejidad, suelen reunir una serie de características claves que le distinguen de otras acciones de gobierno, entre las que destacan la estabilidad – en la medida en la que las políticas son estables en el tiempo-, la adaptabilidad – en la medida en la que es posible ajustar las políticas cuando éstas fallan o cuando las circunstancias cambian- y la coherencia y coordinación, es decir, la medida en la que las políticas se corresponden con políticas afines y son producto de medidas bien coordinadas entre los personajes que participan en su diseño y aplicación.

Pero estas condiciones no son las únicas. También debe considerarse la calidad de implementación y ejecución, la orientación hacia el interés colectivo y la eficiencia, reconocida en la medida en que las políticas responden a la asignación más productiva de recursos escasos (presupuesto). Desde la óptica que se analice, el estudio de las políticas públicas ha significado un nuevo enfoque en los estudios sobre la administración pública, el derecho administrativo y las ciencias sociales.

En la administración pública moderna, las políticas públicas son estrategias que intentan solucionar viejos problemas, pero con soluciones nuevas. Por ejemplo, el combate a la pobreza es un tema que cualquier Gobierno enfrenta, sin importar el tamaño de su población o economía; durante décadas se ha intentado reducir la brecha entre riqueza y pobreza, pero no es un asunto de solución inmediata, por lo tanto, lo modelos deben contar con una aplicación realista y no quedar como una solución idealista.

Si consideramos todos estos factores, podemos concluir que las políticas públicas es la disciplina que tiene por estudio la acción de las autoridades públicas en el seno de la sociedad; son una directriz de pensamiento que guía la acción. Por lo tanto, conllevan un proceso dinámico, participativo y sistémico que presupone objetivos, instrumentos, actores y recursos, y sobrellevan una carga ideológica que busca generar un cambio o transformación, dentro de lo que comúnmente se denomina agenda política.

Fundamentos

La mayoría de los autores y aquéllos señalados como tecnócratas, coinciden en la ductibilidad de las políticas públicas. No se trata sólo de política o de administración. Nuestra disciplina, dice González Tachiquín, “es de una estirpe tan noble, que permite la combinación de oficios durante su desarrollo”.

Sin embargo, en su aplicación, resulta ser algo mucho más complejo. Las Políticas Públicas, deben considerar para su formulación, el entendimiento, de la pluridimensionalidad del ser humano. Debe entender, además, que este ser humano, manifiesta su ser social y cultural, en los valores éticos y jurídicos, que representan su visión del mundo en espacio y tiempo determinado; de hecho, la diversidad de definiciones sobre políticas públicas refleja un pluralismo de escuelas teóricas y metodológicas que las abordan.

Uno de estos enfoques es el Policy Analysis, el cual se centra en hallar la solución óptima a cada problema público, mediante esquemas analíticos. Un segundo enfoque lo constituye el incrementalismo, cuyo argumento central es que las decisiones se adoptan bajo esquemas pragmáticos que buscan «salir del paso» (Lindblom, 1959), más que obtener una solución global, es un enfoque que renuncia a la racionalidad en la toma de decisiones.

Y una tercera opción de estudio es la escuela del Public Choice, la cual sostiene que el mundo de la política no tiene reglas diferentes al de la economía por lo que en el terreno de la actividad pública los actores se atienen al principio de utilidad y actúan como lo hacen en el mercado los empresarios y consumidores. Sin embargo, es en el plano de la política y la burocracia donde encuentran cauce y destino.

Sin embargo, en las políticas públicas todo es Gobierno, pero en Gobierno no todo es políticas públicas. La cuestión es, como establece Omar Guerrero, que no queda resuelto el dilema sobre la frontera de la ciencia de la administración y la ciencia política cuando se trata de políticas públicas. La primera tiene más de dos siglos de cultivar a la actividad del Gobierno, como su objeto o materia de estudio, por cierto de manera aplicada. Y con el apoyo del derecho administrativo, la actividad del Gobierno ha sido abordada en la normalidad que forja la experiencia histórica, por un lado, y la normatividad actual que estimula y cuida la ley vigente.

Pero una política pública no es, por definición, una estrategia solvente y exitosa; para ello se necesita diagnóstico y coordinación. Una política pública de excelencia, dice Lahera, corresponde a aquellas acciones y flujos de infor-mación relacionadas con un objetivo político definido en forma democrática; las que se desarrollan por el sector público y, frecuentemente, con la participación de la comunidad y el sector privado. De tal forma, una política pública eficaz debe incluir orientaciones o contenidos, instrumentos o mecanismos, definiciones o modificaciones institucionales, y la previsión de sus resultados.

Así sucede con las políticas públicas consideradas de excelencia: incluyen el aspecto político como su origen, objetivo, justificación o explicación pública. Si las políticas públicas no son enmarcadas en un amplio proceso de participación –y a veces de consulta-, puede sesgar a los actores públicos en torno a sus intereses: los es¬pecialistas hacia la tecnocracia, los comunicadores y líderes de opinión hacia al populismo inmediatista.

Desde un punto de vista analítico pueden distinguirse cuatro etapas en las políticas públi¬cas, en cada una de las cuales existe una relación con la política: origen, diseño, gestión y evaluación. La articulación de la política y las políticas públicas puede mejorarse en cada una de las etapas analíticas de estas últimas; este perfeccionamiento puede considerarse parte de la modernización del sistema político.

Modelos de Análisis de Políticas Públicas

Cuando hablamos de los principales enfoques en torno a las políticas públicas, debemos referirnos a diversos autores y escuelas de pensamiento que han propuesto modelos distintos en forma y contenido. Por ejemplo, a partir del planteamiento de Lasswell , el estudio de la Política Pública ha suscitado diferentes enfoques y teorías dependiendo del énfasis que ponen en el método y la finalidad de las Políticas. El análisis de políticas públicas o Policy Analysis intenta determinar un conjunto instrumental que permita establecer la alternativa más adecuada para la ejecución de los objetivos y programas de la administración pública.

El propio Tachiquin se refiere a algunas de estas corrientes. Refiere que según Subirats (En Lindblom, 1991), los trabajos de gente

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