Porque decidi estudiar pedagogía

Porque decidi estudiar pedagogía

Pensar en las razones por las cuales decidí estudiar pedagogía, es remitirme al tiempo en donde era estudiante  y de la manera en cómo nos vamos formando y construyendo a lo largo del tiempo y no solo cabe mencionar los aspectos académicos que nos marcan, ya que si bien estos los incluimos como elementos claves de la elección de la profesión, son en ocasiones circunstanciales, esto debido en mucho al aspecto idiosincrático propio del ciudadano mexicano, claro, esto lo menciono  con la debida precaución de que  este escrito es un ensayo y no un artículo ni estudio, lo cual me permite amplitud de opinión y argumentación a palabra limpia. Cuando uno es niño, pocos tienen bien en claro que es lo que quieren hacer de su vida y menos a que se va a dedicar uno, el tiempo pasa entre acciones pueriles propias de la edad, juegos que son lo más importante y trascendente de la vida mismos que nos ayudan a conformar el carácter,  a socializar y a desenvolvernos entre nuestro pares párvulos, es por eso que no es raro que cuando a uno le preguntaban tan perversa pregunta: - Pequeño, ¿Qué deseas ser de grande?, es normal que contestemos o si bien empatando nuestra respuesta con la profesión de nuestro modelo inmediato que tenemos que son nuestros padres, o a una figura que sea representativa o que tenga algún significado sustancial en nuestra vidas, o en el segundo caso, una profesión que tenga que ver con algún deporte propio de nuestro gusto o correlacionado con las actividades con las que participábamos. En mi caso en un primer momento como pasaba mucho tiempo en las canchas deportivas en compañía de mi hermano y otros amigos de la cuadra, mi gran pasión era por el futbol.  Gracias al futbol conocí a muchas personas que con el paso del tiempo se convirtieron en grandes amigos y ayudo a forjar parte de mi carácter con pruebas de tolerancia y frustración propias de la edad en donde uno va aprendiendo que la vida no todo está a su disposición,  y que,  se tiene que ceder o luchar por lo que se desea. Ya en el tránsito de la infancia a la adolescencia es difícil definirse, ya que uno está en constante conflicto buscando la manera de encajar en el mundo, identificarse con los gustos aparentes que tenemos, ya que en muchas ocasiones estos gustos no son más que una especie de collage, una identidad creada a partir de otros, ya que en muchas veces en realidad me sentí más perdido que parte de ese mundo y me obligaba a creer que eso era yo  su momento, por poner las cosas más claras, es como pensar que una mujer un hombre son por el hecho de nacer con ese sexo, y lo son biológicamente, pero más allá de lo meramente biológico, son una mujer o un hombre por las condicionantes sociales, de clima y contexto, que lo atan a ser de una manera, (claro, estas ataduras pueden ser rotas), pero que están presentes y no pueden ignorarse, y en muchas veces afloran en nuestros modos de actuar y pensar. Estas condiciones me obligaron a querer ser algo que yo no era en ese momento (ni nunca lo fui), pero quedaron como una experiencia que se sumó a mi vocación, que para ser más específicos, fue la música. En ese tiempo al querer ser parte de algo y con la ayuda de mis padres, decidí estudiar música por un par de años en el conservatorio de Tultepec, en la especialidad de piano, gracias a esto, me brindó la oportunidad de tener un acercamiento con la cultura formal, la cultura clasista (para que quede bien delimitado el concepto, ya que la cultura tiene un concepto muy amplio). Esto me acerco a conocer nuevas formas de expresión que me fueron sumamente interesantes, enriquecedoras, a conocer gente distinta con la que acostumbraba a relacionarme y aprender cosas nuevas, desde un panorama en donde jamás me había podido imaginar

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