Posición del ciclista

La posición del ciclista

Fuentes: Ciclismo de ruta. Bernard Hinault, Claude Genzling. Robert Lafont, París, 1986.

 Ciclismo de carretera. Roger Legeay, Jacky Hardy, Denis Roux. Ánfora, París, 1999.

Ciclismo de montaña en la escuela. Escuela de ciclismo de montaña. Denis Vayre. Vigot, París, 1994.

Los fundamentos del ciclismo. Christian Vast. Ánfora, París, 2003.

I. ¿Por qué una posición correcta?

Se pueden presentar cinco elementos de respuesta:

1. De ello depende la comodidad del ciclista. Sin embargo, esta comodidad es fundamental si se tienen en cuenta las características esencialmente aeróbicas de una disciplina que se puede desarrollar durante varias horas (los profesionales pueden permanecer hasta 8 horas sobre el sillín en competiciones como la Milán-San Rémo o determinadas etapas del Tour de Francia) y, en el contexto del ciclismo de montaña, en terrenos a menudo muy exigentes.

2. la repetición de movimientos de piernas miles de veces inducida por esfuerzos prolongados es probable que provoque tecnopatías si existe una desarmonía en la relación hombre-máquina (p. en los pies…).

3. La eficiencia mecánica también está fuertemente influenciada por la posición del ciclista. El Dr. Haushalter, miembro de la comisión médica de la FFC, informa que dependiendo de cómo pedalee, un corredor de alto nivel puede ahorrar de 2 a 3 latidos/min. durante un tiempo prolongado para la misma potencia desarrollada en vatios. La técnica de pedaleo y su economía (capacidad para aprovechar al máximo las 4 fases del pedaleo) están íntimamente relacionadas con la posición del ciclista sobre su máquina.

4. la posición condiciona una eficiente dirección + o - de la moto. Así, si la UCI prohíbe los manillares de tipo triatleta para todas las carreras en ruta, es a este último punto al que se refiere: dichos manillares probablemente no permitirían conducir el binomio hombre-máquina con total seguridad en todas las condiciones, y en particular cuando se viaja dentro de un pelotón (de la misma manera la prohibición de extensiones de manillar desde 1998). Por otro lado, si la bicicleta de montaña tiene una geometría particular, es esencialmente para aumentar la maniobrabilidad de la máquina.

5. última dimensión asociada a la posición: la aerodinámica del ciclista (un ejemplo para ilustrar la importancia de la CX: un velocista de carretera que va a 50 km/h por un camino perfectamente plano y en ausencia de viento gasta alrededor de 500 vatios, de los cuales unos 450 sirven para contrarrestar la resistencia del aire). Es por eso que la década de 1990 en particular vio innovaciones decisivas en el área de la posición del corredor. Los estudios han demostrado que si L.Fignon en 1989 hubiera adoptado, como G.Lemond, los manillares de tipo triatleta, habría llenado en gran medida los 8 seg. lo que le separó del estadounidense en todas las contrarreloj de este Tour. Otras adaptaciones han permitido mejorar el rendimiento, y en particular el récord de horas: la posición de huevo de G.Obree (1993), la posición de superhombre del italiano Colinelli, luego adoptada por C.Bordman durante su récord de horas en 1996. También se puede mencionar la aparición en el mercado de extensiones de manillar que reducen muy claramente la superficie del parímetro del piloto, pero que están prohibidas en la competición en carretera desde 1998.

Para concluir con esta primera parte, podemos decir que la posición "clásica" de buscar la velocidad en el ciclismo de carretera, sin duda el manillar, constituye un compromiso entre todas las exigencias que hemos desarrollado: exigencias de confort, prevención, rendimiento, aerodinámica y manejo. Del mismo modo, la posición de conducción "clásica" de una bicicleta todo terreno es un compromiso entre estos mismos requisitos, pero un compromiso que esta vez favorece la conducción más que la aerodinámica.

II. Los diferentes métodos para definir una posición

  Es posible distinguir cuatro métodos para establecer su posición:

¾ un método sensible de prueba y error;

¾ un método tradicional;

¾ un método estadístico (basado en medidas antropométricas);

¾ un método científico.

2.1 El método de ensayo y error

 El primer método es el más sencillo: consiste en identificar de forma individual y progresiva tu posición a partir de un análisis de tus sensaciones sobre la bici. Usado solo, este método es demasiado subjetivo, largo y arriesgado para que podamos darle algún crédito (ajustamos nuestra bicicleta al “pifómetro”).

No obstante, este método puede complementar otro método más riguroso (en particular el método estadístico) para afinar aún más los ajustes según las características individuales, ya que no todos obtienen la máxima eficiencia muscular en la misma posición.

(corredores que prefieren pedalear"puntera”, otros más del “talón”).

2.2 El método tradicional

 Este método utiliza puntos de referencia macroscópicos y se basa en una especie de impresión general de la pareja hombre-máquina. Ofrece tres reglas principales para "dibujar" la posición del ciclista en su máquina:

¾ de la distancia entre la entrepierna y el tubo superior: esta regla te permite elegir la altura del cuadro. Habiendo montado la bicicleta a horcajadas y de pie frente al sillín, debe haber un espacio de 3 a 4 cm entre la entrepierna y el tubo horizontal (también se dice que en esta misma posición, debe poder levantar la rueda delantera de el suelo de 15 a 18 cm). Esta regla, que ya es bastante aproximada, es aún menos relevante para los marcos de tipo inclinado (del inglés Slope, Slope = marco cuyo tubo horizontal está inclinado hacia atrás).

¾ del talón en el pedal: sentado en el sillín, una de las piernas debe estar estirada cuando el talón correspondiente se apoya en el pedal. En esta posición, el ciclista debe poder pedalear sin tambalearse. El ángulo de la rodilla está entre 150 y 155 grados cuando el pedal está en el punto más bajo. Esta regla está perdiendo vigencia hoy en día con el uso de zapatos cada vez más arqueados. La mayoría de las veces, conduce a una altura del sillín demasiado baja y, por lo tanto, no garantiza un rendimiento óptimo (dificulta notablemente el trabajo de los isquiotibiales, especialmente en las colinas). Por tanto, su uso es aceptable en el contexto del ciclismo recreativo, pero es insuficiente en competición.

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