Psicologia

EL SENTIDO INCIPIENTE DEL YO EN EL NIÑO

Una forma sencilla de explorar el primitivo sentido de si mismo del bebe consiste en averiguar si se reconoce en un espejo o fotografía, aunque el dejar de hacerlo no arguye contra tal sentido, pues este carece quizá de componente visual. Un investigador, coloco a bebes de nueve, doce, quince, y dieciocho, veintiuno y veinticuatro meses delante de una espejo mientras registraba sus acciones con una cámara de TV. Después de que cada niño se contemplo un rato en el espejo, la mama le sonaba la nariz y se la teñía de rojo. Luego el investigador puso otra vez a cada niño frente al espejo y televiso sus acciones. Advirtió una evidente pauta de desarrollo: los bebes mayores se tocaban la nariz teñida de rojo y mostraban así que se reconocían en el espejo. Pocos niños de doce meses reaccionaron; en cambio, 25% de los de quince a dieciocho meses y 88% de los mayores dieron muestra de reconocerse. A los dieciocho meses los bebes dieron muestra de reconocerse y a los veintidós meses llegaron a usar los pronombres yo y mio.

En otro experimento un investigador grabó un “videocasete” a un niño mientras una persona desconocida se acercaba por detrás sin llamar su atención. Se les mostro primero esta cinta, y luego otra que presentaba a un pequeño de la misma edad y del mismo sexo, mientras un adulto se le aproximaba a si mismo por detrás. Se puso al primer niño a que contemplara la esena del segundo niño. El resultado fue que lo hacían mas o menos al verse a sí mismo en la pantalla de TV y darse cuenta de que el adulto desconocido se les acercaba por detrás. Se mostraban mas atentos cuando se les mostraban las cintas donde ellos mismo aparecían que cuando veian las de los otros niños.

El concepto de yo es central para la interacción del niño con el mundo, pues toda persona vea este en relación consigo mismo.

El fenómeno del reconocimiento de si mismo, ocurre en el niño casi al mismo tiempo que el de la permanencia de los objetos. Los estudios citados como prueba de reconocimiento en muchas formas, muestran que los bebes entre los nueve y doce meses poseen un sentido primitivo del yo e indican que este influye en la forma de responder a la presencia de adultos, otros niños o enanos. El brumosos concepto de “ como yo” guía la conducta del niño. Por tanto el infante esta lejos de ser una masa de confusión, según el dicho de William James. Es capaz de procesar información y a edad extremadamente tiernas conocer algo de sí mismo y de lo que puede hacer (Lewis, 1977, Pines, 1979,1982ª, 1982b, Spezzano y Watterman 1977)

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