QUE ES LA AROMATERAPIA

AROMATERAPIA

ARTE Y CIENCIA DE LA ARMONIA INTERIOR

La aromaterapia consiste en la utilización de esencias vegetales destiladas naturalmente para fomentar la salud y el bienestar del cuerpo, la mente y las emociones. Estas sustancias, llamadas aceites esenciales, tienen la capacidad de restaurar el equilibrio y la armonía en el cuerpo y la vida de las personas.

Existen diversos modos de emplear los aceites esenciales. Se pueden inhalar directamente del envase. Usar con el fin de cuidar el cutis, el cabello y la piel de todo el cuerpo, así como muchos otros propósitos cosméticos. Aprovechar para la higiene personal. Utilizar en baños terapéuticos. Emplear en fragantes pediluvios con el objeto de reducir el cansancio y el dolor de pies. Usar para dar y recibir masajes corporales. Mezclar y aprovechar las fórmulas resultantes a fin de aliviar la congestión, despejar la cabeza y facilitar la respiración. Y, por supuesto, para preparar fragancias deliciosas.

La aromaterapia ayuda a prevenir o mitigar una serie de padecimientos. Los aceites esenciales pueden reforzar el sistema inmunológico y contribuir al bienestar físico. Asimismo, la aromaterapia coadyuva a aminorar el estrés, disipar la depresión y restaurar o mejorar el estado emocional. Incluso es posible nebulizar esencias en el hogar o la oficina, con el objeto de incrementar la productividad o alterar la disposición del ánimo.

La aromaterapia ofrece un enfoque natural del cuidado de la salud y la belleza, que usted puede aprovechar para hacer su vida más saludable y placentera.

HISTORIA

La transformación a través de aromas ambientales posee una antigua herencia. Comenzó hace miles de años cuando los humanos olían el humo placentero al quemar resinas, hierbas y maderas. A lo largo de la historia, perfumes, sahumerios, plantas aromáticas y aceites esenciales han sido utilizados para mejorar la experiencia humana en diferentes culturas tanto antiguas como modernas.

Los antiguos egipcios se encuentran entre los primeros en emplear la aromaterapia. El uso de fragancias era un aspecto predominante en su vida, en particular para los faraones y sacerdotes. Los miembros de la realeza y los ricos usaban grandes cantidades de cedro, cilantro, ciprés, elemí, incienso, enebro, mirra y rosa, ungiendo cada parte del cuerpo con una esencia diferente.

Los aceites aromáticos fueron los principales ingredientes de los cosméticos antiguos. En el pasado, los egipcios creían que el baño frecuente y la unción corporal con plantas mantenían la piel joven y saludable, y los protegían contra las inclemencias del clima y del sol.

Asimismo, consideraban que la práctica de perfumar el cuerpo los hacía más atractivos y seductores. Muchos aceites y ungüentos perfumados que se empleaban en el antiguo Egipto tenían también propiedades curativas y se aprovechaban como remedios.

Por aquella época, en la India se desarrollaba la medicina ayurvédica, la cual es el más antiguo sistema médico que se conoce. En los Vedas se mencionan las propiedades terapéuticas de plantas aromáticas como el cilantro, el jengibre, la mirra, el sándalo y la rosa.

El Kamasutra sugiere el uso del sándalo para hacer el amor y con fines cosméticos. El sándalo desempeñaba también un papel importante en los ritos espirituales y religiosos de la antigua India.

Los hindúes devotos untaban su cuerpo con aceites perfumados para liberarse de impurezas espirituales y limpiarse de pecados.

Los chinos y japoneses de la antigüedad incluían perfumes en sus ritos religiosos: maderas y hierbas aromáticas ardían en el transcurso de los funerales. En ambas culturas se usaban plantas para la higiene personal y con fines cosméticos, a lo cual se concedía gran importancia.

En el siglo X, Avicena médico árabe, descubrió la forma de extraer las esencias aromáticas de las flores mediante destilación, así surgió el aceite de rosas, pronto resultó igual de sencilla la obtención de muchos otros aceites esenciales.

En el siglo XVIII ya se habían destilado la mayoría de los aceites esenciales. A comienzo del siglo XX con el desarrollo del aislamiento y síntesis de los principios activos de las plantas, los aceites esenciales fueron desplazados y sólo se los siguió utilizando en pequeñas porciones en perfumes y cosméticos de alto valor. Es así como en la actulidad la mayoría de los perfumes, cosméticos y odorizantes de ambientes utilizan productos químicos que intentan hacernos recordar a los aromas de la naturaleza.

El renacimiento de los aceites esenciales se inició durante la segunda década del siglo XX, con base en el tratado de René-Maurice Gattefossé, químico y perfumista francés que acuñó el término aromaterapia.

Cierto día, en que Gattefossé experimentaba en su laboratorio, se quemo gravemente la mano. De inmediato la sumergió en el líquido más cercano, que resultó ser un recipiente con aceite de lavanda. Después advirtió que su mano sanó con gran rapidez y sin quedar marcada de cicatrices. Al cabo de su rápida recuperación, se dedicó el resto de su vida a investigar los aspecto terapéuticos de los aceites esenciales, y sus estudios contribuyeron a revivir un arte antiguo casi olvidado.

En el transcurso de los últimos 30 años, con la difusión de la curación holística y el cuidado de la piel, hubo otro resurgimiento de interés en la aromaterapia. La preocupación en torno del ambiente y el deseo de muchas personas de estar más cerca de la naturaleza son quizás las causas de este fenómeno.

En la actualidad, la aromaterapia está experimentando su más grande popularidad, en varios siglos, debido a que cada vez hay mayor conocimiento del potencial que tienen para mejorar la calidad de vida.

QUE PUEDE HACER POR USTED LA AROMATERAPIA?

A través de los aceites esenciales la naturaleza nos brinda una red de sustancias con valiosas propiedades curativas, las cuales concentradas son ideales para tratar padecimientos físicos, mentales y emocionales.

La aromaterapia funciona en el organismo de una manera muy natural y holística: al activar suavemente las propias energías sanadoras del cuerpo, contribuye a restaurar el equilibrio corporal, mental y espiritual. Sirve también de complemento a casi cualquier tipo de terapia o práctica curativa, sea convencional o alternativa.

Asimismo, le ofrece un modo sencillo de mejorar su calidad de vida y su salud. Puede impulsar a su cuerpo y mente para que funcionen con más eficiencia. Y tiene la capacidad de reforzar su sistema inmunológico.

La aromaterapia es útil para disminuir y manejar el estrés. El estrés desempeña un papel importante en casi todos los padecimientos, tantos físicos como mentales; el uso regular de los aceites aromáticos puede ayudarle a controlarlo, aliviar la ansiedad y la tensión física, y minimizar los dolores concomitantes. Usted puede recurrir a la aromaterapia a fin de relajarse y serenarse al cabo de una agitada jornada en el trabajo, el hogar o la calle. O bien, puede usarla con objeto de refrescarse y recargarse para mantener el ritmo durante los días de gran ajetreo.

Los aceites esenciales ejercen una influencia positiva sobre las emociones, muchos favorecen a la regulación de los estados de ánimo. Algunos son estimulantes y energéticos, otros tranquilizan y sedan, otros restauran el equilibrio.

La aromaterapia puede ser un recurso muy valioso en su vida, usted llegará a apreciar los aceites esenciales en virtud de las ventajas que conlleva su utilización en la vida cotidiana. De hecho, una vez que comience a emplearlos y a comprobar sus virtudes, tal vez se pregunte cómo se las había arreglado antes sin la aromaterapia.

ACEITES ESENCIALES

Los aceites esenciales son los componentes líquidos olorosos de las plantas aromáticas, árboles y hierbas. Influyen sobre el crecimiento y la reproducción, atraen a los insectos polinizadores, repelen a los depredadores y protegen a la planta de enfermedades.

A diferencia de los aceites “fijos” o grasos, son altamente volátiles, por lo que se evaporan si se dejan al aire libre. Numerosas esencias tienen la consistencia del agua o del alcohol como, por ejemplo, lavanda, manzanilla y romero. Otras, como la mirra y vetiver, son viscosas, o espesas y pegajosas, mientras que la exquisita esencia de rosa es semisólida a temperatura ambiente, pero se licua si se le aplica un ligero calor.

Las esencias se ubican en diminutas glándulas o saquitos de aceite que se concentran en diferentes partes de la planta. Se pueden encontrar en los pétalos (rosa), en las hojas (eucalipto), en las raíces herbáceas (vetiver), en el duramen del tronco (sándalo), en el fruto (limón), en los rizomas (jengibre) o en la resina (pino), y algunas veces en más de una parte de la planta. La lavanda, por ejemplo, produce aceite tanto en las flores como en las hojas, mientras que el naranjo produce tres diferentes esencias con propiedades terapéuticas diversas: la esencia agridulce de nerolí (flores), la menos refinada esencia de petit grain (hojas) y la alegre naranja (piel del fruto).

La composición química de los aceites esenciales es compleja, pues presentan centenares de componentes que, de forma general, se agrupan en las

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