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QUIE FUE MAX WEBER Y SU VISIÓN DE LA CIUDAD


Enviado por   •  25 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  803 Palabras (4 Páginas)  •  123 Visitas

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¿Cómo contribuyo el pensamiento de Max Weber  en el análisis critico de La Sociedad Industrial?

Como sociólogo, Max Weber ofrece un testimonio de primera mano sobre la crisis de la tradición prusiana (aristocrática, autoritaria, patriarcal) y el surgimiento de los Estados modernos (de democracia representativa, burocráticos, legal-racionales, etc.). La Alemania de su tiempo vive unos cambios sociales, históricos y culturales profundos que harán posible que, por primera vez, la modernidad tome conciencia de sus límites y de la distancia entre su marco jurídico y la realidad social. Ese proceso, que él denominó «racionalización del mundo», no puede pensarse sin tensiones y contradicciones y constituye el tema básico o el hilo conductor de toda su obra. Max Weber fue capaz de ver hasta qué punto la racionalidad formal de la empresa, del derecho o del estado es inseparable de, y tiene en su vértice, la irracionalidad del dominio carismático y de la burocracia, expresión de una racionalización que se ha vuelto irracional.

Sus estudios acerca de la economía y la religión son aún de gran relevancia, destacando "Economía y sociedad", y sus estudios sobre las religiones mundiales, especialmente "La ética protestante y el espíritu del capitalismo". Estas teorías se enfrentaron a aquellas que proponían a los medios de producción como los únicos capaces de condicionar la conducta humana, evitando un determinismo que el materialismo, en cierta medida, acepta implícito en el sistema social. Como una simple apreciación, creo pertinente mencionar que el gran valor que concede Weber a la acción humana es el de interpretarla como capaz de modificar las estructuras sociales, y en concreto a la ideología, en todas sus vertientes, y especialmente en la religiosa, como motor e impulsor de la sociedad. De hecho, toda acción social, dice el autor, “ es una conducta con sentido subjetivo, orientada por la acción de los demás”. Este sentido intencionado subjetivamente de los sujetos de la acción, es lo que permite diferenciar la sociología de todas ciencias empíricas o dogmáticas. En la última parte de su obra, Weber refleja la conexión que hay entre el protestantismo y la economía. Para esta ideología la riqueza era inevitable. “no se podía resistir a la tentación de ella”. Así, caminan a la par con todo ánimo de lucro y riquezas. Es moralmente aceptable, descansar en la riqueza y gozar de los bienes. Considera que el tiempo y el crédito son dinero, fecundo y provechoso. “A cuanto más dinero invertido, tanto más es el producto. Así pues, el beneficio se multiplica con rapidez y de manera constante”. El ethos propio del capitalismo moderno, es, precisamente, el del utilitarismo más riguroso; en donde el secreto se resume en lucrar cuánto fuera posible. De hecho, el “actual sistema económico capitalista es como un cosmos excepcional en el cual el hombre nace, se le es dado y se le imponen medidas que reglamenten y envuelven su conducta económica. Dicho de otra manera, Weber no acepta el reduccionismo de la hipótesis central del marxismo, la primacía del sólo factor económico para explicar el capitalismo. La alternativa weberiana es bien conocida: si el capitalismo ha triunfado se debe no a la plusvalía ni al maquinismo, sino a la eficiencia social de unos valores encarnados por la ética protestante, que ha hecho del trabajo un estilo de vida que va mucho más lejos del puro elemento económico e impregna todas nuestras acciones. El capitalismo, así entendido como la especificidad del mundo occidental y de la racionalidad moderna; es un hecho determinante en el destino del hombre; donde una sincronía de elementos, religiosos, económicos, éticos; al entrecruzarse en un determinado momento dan origen a una determinada racionalidad capitalista.

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