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Qué Es El Teatro


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2014  •  5.251 Palabras (22 Páginas)  •  185 Visitas

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Durante mucho tiempo se erigió como teatro a aquél que consistía en representar un texto dramático, o aquél que buscaba reflejar fielmente la realidad, o aquél que desarrollaba en las grandes salas de teatro.

Sin embargo, puede existir un teatro sin palabras, un teatro que no represente la realidad directamente, sino mediante símbolos, y un teatro callejero, con lo que refutamos todas las definiciones antes ensayadas. Probablemente no existía una definición de teatro que enmarque a todas las manifestaciones que han recibido ese nombre; no obstante, es posible reconocer ciertas características intrínsecas del hecho teatral.

La representación teatral es un hecho. La naturaleza inmediata del teatro, es restringida a un aquí y a un ahora, es una característica común a toda propuesta teatral. Dado que el teatro es un hecho”vivo”, es fácil suponer que sin actor no hay teatro, ya que el es el sujeto que “vive” en la escena. El espectador contempla, directamente, a un actor que realiza acciones concretas: espera, ama, miente, grita, saluda, odia, se abotona, y luego canta, etc.

Todas estas acciones están íntimamente relacionadas con un conflicto. En síntesis y de manera muy general, el teatro es la representación viva de acciones realizadas por un actor frente a un espectador. Estas acciones se desarrollan sobre la base de un conflicto que se constituye en el eje de la obra teatral.

Origen del Teatro

El arte surge con el hombre. Nace en el momento en que este siente la necesidad de expresar algún sentimiento a través de un medio distinto del lenguaje convencional, cuando el hombre busca representar sus deseos inquietudes y temores. Es así como el origen de la representación teatral se suele situar en las antiguas ceremonias rituales de los hombres primitivos. En estas se representaban escenas simples vinculadas a la relación entre estos hombres y sus dioses. En un principio al parecer, estas ceremonias fueron muy específicas y respondían a las necesidades básicas: pedir un buen tiempo para las cosechas, una buena caza o que terminara alguna calamidad. Con el tiempo, la forma de vida y las necesidades del hombre se fueron complejizando y diversificando.

En Grecia cuna del teatro occidental, la representación teatral se convirtió en un espectáculo de masas: tragedia y comedia servían para que el público llorara o riera junto a los personajes, héroes o bufones. Poco a poco se fue dejando de lado el aspecto ritual: ya no eran los dioses sino el hombre y sus conflictos (cada vez más complejos) lo mas importante. La “formula” griega, sin embargo, no fue la única que surgió.

Las diversas formas de teatro oriental también tuvieron su origen en las antiguas ceremonias rituales, sobre todo en danzas provenientes de la India. A diferencia del teatro occidental que poso gran énfasis en la palabra, las formas teatrales orientales se centraron básicamente en el movimiento (de allí la importancia de la danza en el teatro oriental). Cada movimiento del actor tiene un significado y en algunos casos se prescinde del texto o del decorado, sin que esto le reste expresividad a la representación.

Historia del teatro

Tratar con la historia no escrita del teatro implica remontarnos a la historia misma de la humanidad ya que, en su esencia, ese conglomerado de acciones humanas que los antiguos griegos codificaron como teatro, no pertenece a ninguna raza, período o cultura en particular. Antes bien, es una forma de lenguaje por medio del cual, originalmente, el mundo fenoménico es imitado y celebrado. Esta forma de lenguaje, que subyace inequívocamente en lo más profundo del rito, ha sido un patrimonio común a todos los hombres -si bien con diferencias de grado- desde que el hombre existe. El brujo que imita un ciervo, en una escena pintada sobre la pared de la caverna, y el actor de Broadway que imita a Sir Winston Churchill, tal como aparece en una cartelera de Broadway, tiene un lazo común a pesar de los veinte mil años que lo separan.

Necesariamente, una historia completa del teatro abarcaría varios volúmenes y exigiría la amplia colaboración de expertos en una serie de materias como la literatura, la historia y la arqueología, la sicología, la sociología, la antropología y la religión, entre otras. El propósito de este trabajo, por ende, es solamente el de presentar el mundo del teatro en una visión panorámica, mostrando, de un modo confesamente somero, la forma en que el teatro -uno de los índices más sensibles del desarrollo cultural del hombre- altera constantemente sus formas, se desarrolla, entra en crisis y redescubre sus fuentes.

Orígenes del teatro occidental

La historia del teatro en occidente tiene sus raíces en Atenas. Allí, en un pequeño hoyo de forma cóncava -que los protegió de los fríos vientos del Monte Parnaso y del calor del sol matinal- los atenienses celebraban los ritos en honor Dionisio; estas primitivas ceremonias rituales irían luego evolucionando hacia el teatro, constituyendo uno de los grandes logros culturales de los griegos. Lo cierto es que este nuevo arte estuvo tan estrechamente asociado a la civilización griega que cada una de las ciudades y colonias más importantes contó con un teatro,

Los romanos, grandes admiradores de los griegos, establecieron sus propios "juegos oficiales" desde el año 364 a. C. Pero la significación cultural que, por así decirlo, presidio la evolución del teatro ateniense no tuvo lugar en Roma. Por el contrario, los romanos vieron en el teatro un aspecto pragmático y político que no habría comprendido los atenienses. Para los romanos el teatro era un lugar de reunión conveniente para el entrenamiento y la ostentación.

En consecuencia, las primitivas estructuras de madera modeladas en el siglo V a. C. por los griegos fueron pronto reemplazados por edificios de piedra, grandes e imponentes, erigidos como monumentos a la República. Los romanos también hicieron uso de escenografías pintadas en forma realista; en verdad el tratado escenográfico más antiguo que existe fue escrito por el romano Vitruvio al rededor del año 100 a. C.

Estos amplios y nuevos edificios teatrales eran lugares excelentes para reunir al pueblo y autoridades romanas pronto advirtieron sus posibilidades políticas, decretando que todas las ciudades del Imperio debían incluir un teatro en su proyecto

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