ROL DOCENTE HOY

Hoy en día, el rol del docente se ha ido modificando, se le ha perdido el respeto a sus conocimientos, se le ha restado autoridad tanto por alumnos, como por los mismos padres de familia que en lugar de ser un apoyo son el “verdugo”, pues le dan siempre la razón a los jóvenes poniendo en tela de juicio la imagen del docente. Se dice que “hoy en día”, pues generaciones atrás la imagen del docente estaba enaltecida, era un personaje con mucha autoridad dentro de la sociedad, los padres de familia les debían mucho agradecimiento y respeto por lo que eso mismo le inculcaban a los hijos pero en medida que pasaban los años y la tecnología avanzaba se fue perdiendo esa comunicación, esa relación y por lo tanto el respeto va en decadencia.

Con la pérdida del respeto hacia el maestro, se incrementa la problemática existente dentro de una institución, pues se pierde el interés por cumplir y hacer cumplir el reglamento pues en  muchos casos el docente con tal de no discutir con los padres de familia, se les permite cualquier tipo de modificaciones que en el momento quieran hacer al reglamento dentro y fuera del aula. Junto con dicha pérdida, cabe resaltar que los nuevos estándares en la educación han dado más aires a los padres y alumnos pues tienen de su conocimiento que difícilmente un maestro puede reprobar al alumno aun que su comportamiento no califique. El docente en conjunto con la institución debe ser flexible a las necesidades y requerimientos de los padres y alumnos por temor a los defensores de “los derechos humanos” pero ¿quién defiende a las escuelas? Y al DOCENTE, ¿Quién lo entiende? ¿Quién lo defiende? ¿Quién lo apoya?  

Los adolescentes, ven la escuela como un pasatiempo y no como un pasaje al conocimiento, al maestro como un integrante más en el grupo y no como una autoridad,  y qué decir de sus conocimientos que pasan a ser nada, pues saben bien los adolescentes que con la ayuda de la tecnología encuentran un mundo de información por lo que el docente ya no es necesario. Lo preocupante es que la identidad del maestro se está perdiendo entre las prisas de cubrir un programa, el llenado de formatos y exámenes.

Para dar solución a esta y otra clase de problemas que se originan dentro de la institución, deberíamos partir desde la misma poniendo en práctica los valores necesarios, unificar las exigencias del profesorado ante las malas actitudes de padres y alumnos, partir desde el centro para generar el eco de cambio. ¿Queremos puntualidad en los alumnos? Maestro, ¡llega temprano! ¿Queremos respeto de los alumnos? Maestro, aprende a hacerte respetar y respeta a tu compañero! El maestro debe estar en constante renovación por que los avances científicos, tecnológicos y sociales no paran. La misión del docente es esencial pues es el guía sin el cual la educación no puede consolidarse.

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