Rechazaba las "ideas innatas" cartesianas y afirmaba que, antes de la experiencia

Rechazaba las "ideas innatas" cartesianas y afirmaba que, antes de la experiencia, el entendimiento se encuentra vacío como una hoja en blanco o como una tabla rasa. El objeto de conocimiento no son las cosas sino las ideas, las ideas provienen solamente de la experiencia. Prueba de esto es que un recién nacido no sabe hablar o expresarse, debido a que aun no desarrolla la capacidad para desenvolverse en su entorno. No hay ideas innatas ni en el plano teorético ni en el práctico o moral.

Las cualidades sensibles de los objetos son transmitidas a la mente a través de los sentidos. Como cuando alguien observa por primera vez una silla, alguien le explica que el objeto que percibe gracias a su vista, se llama silla y cuando la vuelve a ver automáticamente viene a su mente el nombre del objeto. Ésta es la primera fuente del conocimiento, la sensación o experiencia externa. La segunda fuente del conocimiento es la reflexión, o experiencia interna, que es la percepción que la mente tiene de su propia actividad mental. Es decir el proceso por el que atraviesa la persona para reconocer algo, como en el ejemplo de la silla, la sensación, es cuando observa el objeto (silla) y la reflexión , es cuando aprende a llamarlo silla y comprende su utilidad.

La combinación de las fuentes del conocimiento, es decir la sensación (experiencia externa) y la reflexión (experiencia interna) da como resultado una idea. Estas a su vez se dividen en dos tipos, según Locke, que son:

Ideas simples: estas ideas son fáciles para el pensamiento, con ellas, el intelecto se encuentra pasivo. El conjunto de ellas da lugar a

Ideas complejas: son la combinación o relación de varias ideas simples

“el dominio del hombre en este pequeño mundo de su propio conocimiento al que ejerce en el gran mundo de las cosas visibles, en el cual su poder, bien que empleado con arte y astucia, no va más allá de componer y dividir los materiales ya hechos y al alcance de su mano; pero no es capaz de nada para hacer la más mínima partícula de nueva materia o a destruir un átomo de lo que está ya en la existencia”.

En la formación de ideas complejas, la actividad más importante es la abstracción. Mediante ella se separa una idea, o un conjunto de ideas, de las otras que la acompañan en su existencia real. Surgen de este modo las ideas universales que representan a muchísimas cosas particulares. De no haber abstracción, cada cosa, cada combinación de ideas simples, debería recibir un nombre particular y esto sería imposible, inviable para el entendimiento.

“Así, habiendo sido observado hoy el mismo color en el yeso o en la nieve que la mente ayer recibió de la leche, considera que aquella apariencia sola lo hace representativo para todos los de ese género, y habiéndole dado el nombre de blancura, con tal

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