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Reliquias


Enviado por   •  4 de Junio de 2013  •  2.377 Palabras (10 Páginas)  •  305 Visitas

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Hace ya más de dos décadas de la caída del Muro de Berlín, aunque no es fácil olvidar que durante cuarenta años del siglo pasado el mundo vivió en paz pero pendiente de un hilo: bajo la amenaza constante de una guerra nuclear. Dos sistemas políticos, capitalismo y comunismo, se enfrentaron por el poder mundial y se prepararon para el posible conflicto salpicando el planeta (especialmente en Europa, la antigua Unión Soviética y Norteamérica) de búnkeres, túneles, radares, torres de vigilancia, silos nucleares, baterías de misiles y aeropuertos militares. Muchos de ellos todavía siguen en pie y algunos se pueden visitar en su estado original, o ya rehabilitados en atracción turística. Todos son arqueología pura.

01 El Muro

Berlín

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Una ciclista pasa por delante de la East Side Gallery, en Berlín, un tramo original del Muro de Berlín dedicado ahora al arte urbano. / Sylvain Sonnet

Es la reliquia por excelencia de este periodo histórico. Hasta sus restos acuden, casi en procesión, miles de turistas (algunos más nostálgicos que otros) para revivir cuatro décadas de historia y, sobre todo, de historias de espías a uno y otro lado, anécdotas e intrigas.

Transcurridos más de veinte años desde su caída, el Muro de Berlín sigue siendo uno de los mayores reclamos turísticos de la ciudad. Se puede recorrer comenzando por los grafitis de la East Side Gallery, un verdadero museo al aire libre. Las creaciones no son las originales, ya que las autoridades mandaron rehabilitarlas y pintarlas de nuevo, aunque muchos de los artistas de aquellos primeros murales se negaron a rehacerlas. Aun así, sigue siendo interesante. La galería ocupa más de un kilómetro de muro lleno de alegatos por la paz y la reunificación de la ciudad, con imágenes ya tan famosas como la del beso entre Breznev y Honecker.

Más turísticos pero imprescindibles son el conocido Chekpoint Charly o la Bernauer Strasse, donde se puede visitar el Centro Conmemorativo del Muro, construido en 1998. Los arquitectos Kohloff & Kohloff de Stuttgart conservaron en aquel momento sesenta metros de la antigua franja de la muerte, una calle se hizo famosa cuando el 13 de agosto de 1961, de un día para otro, sus vecinos vieron cómo se levantaba un muro que les separaba de sus familiares y amigos del otro lado. También fueron testigos de cómo muchas personas, sumidas en la desesperación, saltaron desde las ventanas de sus pisos hacia Berlín Occidental, pagando por ello con su vida. También hubo huídas que concluyeron con éxito, como recogieron muchas fotografías de la época que han pasado a la historia. Hoy, en Bernauer Strasse se pueden ver cuatro placas de la milla histórica del Muro de Berlín (entre Schwedter Strasse y Strelitzer Strasse) que marcan los lugares de varios intentos de huida.

Los más nostálgicos del Muro pueden hacer también un recorrido que sigue el llamado Camino del Muro de Berlín: la línea de las instalaciones fronterizas de la ex-RDA con Berlín Occidental. Realizado entre 2002 y 2006, rodea a lo largo de aproximadamente 160 kilómetros la antigua mitad occidental de la ciudad dividida. Es un camino señalizado para peatones y ciclistas que trascurre, en su mayor parte, por el antiguo camino aduanero de Berlín Occidental y por la pista que las tropas fronterizas de la RDA construyeron para el patrullaje motorizado a lo largo de la frontera. En algunas partes del recorrido se pueden ver restos del muro. También hay mapas y más de 40 paneles en varios idiomas sobre la división de Alemania y sobre la construcción y la caída del Muro de Berlín, con fotografías y textos. Este camino del Muro de Berlín está dividido en 14 tramos de una longitud entre siete y 21 kilómetros, a cuyos puntos de inicio y final se puede llegar fácilmente en transporte público. En principio, se pueden transportar bicicletas en los trenes del metro (S-Bahn, U-Bahn), y en los trenes regionales (Regionalbahn).

02. Un hospital secreto bajo la montaña

Budapest

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Uno de los túneles de seguridad del Hospital in the rock, en Budapest. / hospitalintherock.com

Una de las visitas más curiosas que se puede hacer en Budapest es el museo del Hospital in the Rock. Excavado bajo la colina de Buda, aprovechando cuevas que ya existían, es una larguísima galería con diversas habitaciones que sirvió de hospital en la II Guerra Mundial y durante la revolución del 56. Después cerró oficialmente, pero continuó funcionando durante la guerra fría sin que la población lo supiera y permaneció preparado para atender a la población en caso de ataque nuclear. Los que entonces eran niños (en los años sesenta y setenta del siglo pasado) cuentan que se hablaba de la existencia de un refugio secreto bajo el castillo y jugaban a encontrar su entrada.

Desde 2006 está abierto al público y hoy se muestra tal y como era con la ayuda de cien figuras de cera que representan a médicos, soldados, heridos y enfermeras, junto al equipo médico original. El circuito incluye una visita a un refugio nuclear de la guerra fría. Se venden como recuerdos las mascarillas de gas o los paquetes de primeros auxilios que los húngaros almacenaron (a millares) para un hipotético caso de conflicto nuclear.

03. Centro Panruso de Exposiciones

Moscú

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'Skaters' ante el monumento a la Industria del Centro Panruso de Exposiciones, en Moscú. / Astapkovich Vladimir

EN 1991, la Unión Soviética dejó definitivamente de existir como tal. Moscú también comenzó entonces un cambio frenético para cambiar su alma comunista y convertirse en una ciudad entregada completamente al capitalismo. Para los nostálgicos, aún quedan algunos restos de aquella época en la que fue una de las dos capitales de la guerra fría, como los adustos bloques de viviendas de los suburbios, alguna que otra fachada que conservan detalles escultóricos como la hoz y el martillo , o como el Centro Panruso de Exposiciones, un recinto de unas 200 hectáreas

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