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Retardo Mental

2112352021 de Octubre de 2012

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CARACTERÍSTICAS

Es necesario dejar claro que no se puede hablar de un perfil homogéneo entre sujetos afectados por la condición de R.M ya que si bien muchos de ellos pueden compartir entre si, una determinada condición o problema biológico, o psicofisiologico, la forma en que esa condición o problema marca su perfil de habilidades de desarrollo puede ser completamente diferente.

*En el Desarrollo Cognitivo.

• Nivel bajo en capacidad cognitiva.

• Déficit en capacidad para aprender (cantidad de información que pueda procesar).

• Déficit en utilizar capacidades como metacognición y memoria (capacidad para identificar como aprende uno, organizar información).

• Déficit en atención:

Dirigir su atención (dificultad para sentarse en la tarea del momento).

En prestar atención selectiva (dificultad en reconocer señales, direcciones o tareas requeridas para una nueva actividad).

Déficit en generalización de lugares, formas de hacer algo (también llamado "transferencia de capacidades").

*En el Desarrollo del Lenguaje.

• Aparecen problemas de lenguaje con más frecuencias que en niños "normales" (hasta el 90 por 100 según Epsteihn y otros 1989). Especialmente en la articulación quizás debido al tamaño de la lengua o a la musculatura facial.

• Retraso en el ritmo al que se adquiere el lenguaje.

• Vocabulario limitado.

• Aparecen también déficit en las habilidades de comunicación no-verbal (proximidad, gesto, sonreír y contacto ocular).

*En el Desarrollo Físico.

• Puede presentar menos peso.

• Menos estatura.

• Habilidades Motoras más pobres.

• Problemas mas frecuentes relacionados con la salud, a medida que aumenta el retraso mental (defectos estructurales en el corazón, en el síndrome de Down, mayor sensibilidad a infecciones respiratorias, dificultades visuales de audición, todos ellos susceptibles de condición quirúrgica o técnica.

*En el Desarrollo Social y Emocional.

• Como ocurre a cualquier niño, determinamos rasgos personales o físicos pueden afectar el grado de aceptación del niño en su grupo de referencia.

• Pueden presentar conductas desadaptativas como autoestimuladas y agresivas.

• Pueden presentar también "conductas inmaduras".

(Llorar fácilmente, baja tolerancia a la frustración, hacer cosas socialmente inapropiadas, etc., son posibles señales de la falta de control sobre sus emociones).

*En la Familia.

• La mayor o menor demora en la atención puede afectar el tiempo que transcurre hasta que se le suministre al niño y familia la ayuda pertinente.

• Puede reaccionar "positivamente" mediante aceptación y compromiso (con la atención adecuada podemos normalizar su desarrollo) o bien incrementar resistencia y negación (miedo a lo desconocido, ideas erróneas acerca de las posibles limitaciones y consecuencias, rechazo familiar y social).

• Mejorar el velo familiar y social y las correspondientes ayudas intrafamiliares (abuelos o hermanos con los que modela, y moldear sus interacciones, recursos económicos para conseguir ayuda logopedicas, terapéuticas. Etc.).

• Extrafamiliar (existencia de redes o asociaciones de padres que comparten una situación familiar o por el contrario, afectar las relaciones de parejas y reducir la red o asociaciones de padres que comparten una situación familiar o por el contrario, afectar las relaciones de parejas y reducir la red familiar y social de apoyo)

• Los niños con retraso mental presentan un déficit cognoscitivo global, con dificultades de adaptación social; sin embargo, existe una gran variabilidad interindividual en las características clínicas. No es inusual encontrar dentro de este grupo alguna habilidad cognoscitiva dentro de los límites normales y aun superiores (p. ej., un niño que reúne las características clínicas de retraso mental, quizá manifieste una habilidad de memoria excepcional para aprenderse los nombres de una lista telefónica). Al comparar a los niños que sufren retraso mental con niños normales, a menudo se encuentran diferencias en las funciones sensoriales, psicomotoras, de atención, lingüísticas y de memoria, que los sitúan en niveles cognoscitivos equivalentes a los de menores en edad cronológica inferior.

• El desarrollo psicomotor de los niños con retraso mental con frecuencia es tardío, se realiza lentamente y alcanza un nivel inferior al de los niños normales de la misma edad. Es común observar en ellos torpeza, ausencia de coordinación, dispraxia, falta de persistencia y estereotipias motrices; la frecuencia de trastornos sensoriales (como defectos en la agudeza visual e hipoacusia) es muy alta.

• Se han descrito alteraciones en la preferencia de modalidades sensoriales entre los niños con retraso mental. Así, por ejemplo, los menores con síndrome de Down presentan serias dificultades en la discriminación táctil y son más hábiles en la utilización del canal visual para el aprendizaje. Sin embargo, otros niños con retraso mental prefieren el canal háptico, demostrando una discriminación táctil superior a la de sus contrapartes normales (Pirozzolo, 1985).

• Los defectos de la atención son casi constantes en la población con retraso mental (Hartlage, Telzrow, 1985). El volumen de atención, lo mismo que la capacidad de memoria a corto término, se correlacionan con la capacidad intelectual del niño. La capacidad de memoria de los niños con retraso intelectual leve es equivalente a la de los niños normales cuando en la evaluación se utiliza material sencillo, pero la diferencia se comienza a notar cuando aumenta la complejidad del material mnemónico que debe ser retenido. En niños con síndrome de Down se han demostrado defectos en los procesos de almacenamiento y evocación (Pirozzolo, 1985).

• El lenguaje es una de las funciones intelectuales que con más frecuencia se alteran en el retraso mental, de hecho, la magnitud del compromiso lingüístico se correlaciona en forma directa con la gravedad del retraso mental. Aproximadamente 90% de los niños con retraso mental grave presentan dificultades en el lenguaje, mientras que estos problemas sólo ocurren en un 50% de los niños con retraso leve (Swisher, 1985). En el niño con retraso mental el desarrollo del lenguaje sigue las mismas etapas que en un niño normal pero es más lento, sin que esto signifique que alcanzarán más tarde los niveles de sus pares sin este problema; los niños con retraso mental presentan un lenguaje equivalente al de sus contrapartes normales de menor edad (Rossenberg, 1982). Se han descrito diferencias en cuanto al uso de la gramática y la utilización del lenguaje (Swisher, 1985); parece que los menores con retraso mental tienden a hacer menos preguntas que los niños normales con edad lingüística equivalente.

• La capacidad de adaptación social del niño con retraso mental es muy variable y se correlaciona con la etiología del proceso, con la magnitud del déficit cognoscitivo y con la edad. Dentro de las conductas desadaptativas observadas se encuentran la hiperactividad, la impulsividad, el aislamiento y la indiferencia al medio; tales excesos o disminuciones en ciertos comportamientos son más frecuentes en los niños con un bajo CI.

• Existe una mayor frecuencia de psicopatología entre quienes padecen retraso mental que en la población general. Hay presencia de comportamientos psicóticos, por ejemplo, es factible vincular el comportamiento autista y los trastornos de conducta con retraso mental (Kauffman, 1977; Ross, 1980).[20]

[21] Comentamos seguidamente y de manera más detallada cuáles son las características de la persona con deficiencia mental en las áreas cognitiva, psicomotora, de lenguaje, afectiva y adaptativa. Se debe tener en cuenta que existen diferentes niveles de gravedad que mediatizan el funcionamiento real en cada una de estas áreas.

1. Área cognitiva

El área cognitiva es la más significativa, ya que el déficit en la función intelectual es nuclear en la deficiencia mental, de forma que las clasificaciones de ésta se basan en el nivel de inteligencia.

La función cognitiva permite al hombre conocer, percibir y ordenar el mundo en su interior. En el caso de las personas deficientes mentales, se van a presentar dificultades o déficits en el desarrollo de esta función. La inteligencia y el propio aprendizaje se encuentran disminuidos si los comparamos con los niveles promedios de cada grupo de edad. Las operaciones mentales son las mismas pero incompletas y generalmente no alcanzan los niveles de abstracción. Si bien el déficit cognitivo está presente desde los primeros años de vida, es en el momento de la escolarización cuando éste se vuelve más evidente.

Cuando se alcanza la época de la adolescencia, los déficits cognitivos se traducen en un pensamiento excesivamente concreto, egocéntrico, con dificultades para la formación de conceptos y para el pensamiento abstracto.

2. Área psicomotora

El desarrollo de la psicomotricidad también resulta alterado en el retraso mental, con grados variables de afección según el nivel de deficiencia intelectual. Los trastornos psicomotores más frecuentes en los niños con deficiencia mental son: inmadurez, dificultad en el aprendizaje de los movimientos finos, dificultades en el reconocimiento de las partes del cuerpo, dificultades en los movimientos gestuales e imitatorios, rítmias, balanceos, estereotipias, y

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