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Las diversas vicisitudes de la realidad actual llevan a que dentro del aula educativa confluyan distintos tipos de estudiantes, algunos participativos y aplicados y otros pasivos y conflictivos a quienes les cuesta más alcanzar los logros fijados para el curso. Para el educador resulta una tarea compleja motivar a los estudiantes cuando son tan diferentes

Identificación de situaciones anómalas en el aula

A medida que el curso avanza, el docente se va familiarizando con el grupo de clase y va identificando a aquellos buenos alumnos que trabajan sin dificultades, y a aquellos que necesitan un abordaje diferente, ya sea porque se mantienen pasivos frente a los aprendizajes o por resultar conflictivos en el grupo.

Motivar a los estudiantes requiere, en primer lugar, conocerlos y poder establecer vínculos curriculares y extra-curriculares con todos ellos, más allá de sus diferencias. Hoy en día se sabe, gracias a estudios didácticos y psicológicos, que los alumnos aprenden de diferentes maneras, incluso se los puede clasificar en auditivos, visuales y kinestésicos, siendo son estos últimos los más difíciles para el sistema educativo ya que en él predomina el tacto y el movimiento como instrumentos de aprendizaje lo cual lo hace poco convencionales.

Estrategias de motivación

El docente debe usar todos los recursos que tenga a su alcance para motivar a los estudiantes, entendiéndose como recurso a toda herramienta extra que va desde una frase o un objeto a una película, un proyecto, un invitado, etc. Hoy en día la didáctica propone que los conceptos no deben trabajarse fríamente sino aplicados a la realidad, involucrando al alumno en la construcción de ese conocimiento. Cada estudiante es un ser bio-psico-social y estos factores inciden en su motivación.

Cuando se trata de jóvenes difíciles se recomienda no usar la imposición ni recurrir a métodos estrictos de coerción, ya que eso los aisla aún más del sistema y crea rigidez entre él y el docente, lo cual los aleja de los aprendizajes. Para motivar a los estudiantes es más recomendable buscar la identificación presentando temas de su interés o actividades que se ajusten a sus gustos y características. También da buenos resultados darles tareas destacadas que los comprometan y los hagan sentir importantes dentro del grupo.

Cuando los conflictos persisten es aconsejable hablar personalmente con el alumno en privado, ya que exponerlo frente a todos genera que este reaccione negativamente. También da buenos resultados generar instancias extraescolares y conversar con ellos de otros temas de su interés para generar vínculos que después se puedan continuar en clase para motivar a los estudiantes.

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