SUELO
luiswtmTesis22 de Octubre de 2013
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conomía alternativa ó alternativas económicas (para un mundo que las necesita)
Sábado 16 febrero, 2008
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Hay cientos de ideas económicas que se salen del terreno del pensamiento tradicional basado en concepciones capitalistas o socialistas. Sin embargo, la corriente principal de la economía suele no considerarlas, sea por desconocimiento, sea por acostumbramiento al imperativo del pensamiento único o por esa cierta haraganería que nos conmina a eludir el esfuerzo y no cambiar nada. Por eso, en esta entrada me gustaría pasar revista, no exhaustiva, a algunas ideas económicas que pueden ser interesantes de considerar, pensando en cómo construir un mejor futuro para todos.
Hay un mundo indefenso y pobre que espera soluciones, en un contexto epocal en el que lo que sobran son buenas ideas y recursos, pero escasea la audacia y el compromiso social capaz mitigar esa pobreza creo que es importante abrirse a la posibilidad de nuevas ideas o considerar aquellas que ha sido, por prejuicio, dejadas de lado.
Hoy día, existe una creciente tendencia a la descentralización de la actividad económica (pública y privada) producto de una tecnología que facilita el desarrollo de iniciativas antes reservadas a los grandes aparatos administrativos. Ello se debe a la reducción de los costos de transacción y comunicación que estas tecnologías contribuyen a producir. Pensemos, por ejemplo, en el auge de los sistemas de microcrédito antes de realización impensada sin la posibilidad que disponemos hoy de databasificar información contable a costos casi nulos.
Veamos algunas de ideas que podría ser interesante explorar:
Salario Básico
El Salario Básico consiste en un sueldo pagado a todas personas, sin que exista el requisito de que trabajen ni haya condicionantes sobre su patrimonio. La gente es libre (pero no está obligada) a complementarlo con ingresos de otras fuentes, ya sea con su propio negocio o como empleado por cuenta ajena. En los dos últimos siglos, esta idea ha sido propuesta de forma independiente bajo una gran variedad de nombres: Salario Ciudadano, Beneficio Universal, Paga del Estado, Crédito Social, Dividendo Nacional o, en la Argentina son los Planes Trabajar o Jefas y Jefes de Hogar. Usualmente este sistema tiene la intención de paliar los problemas sociales derivados de la pobreza o el desempleo crónico.
Varios caminos han sido propuestos para instaurar un sistema de Salario Básico. El premio Nóbel James Meade propuso un dividendo social que proveniera de los rendimientos extraordinarios de los activos productivos públicos. Por ejemplo, en Chile el 10% de los ingresos de la empresa cuprífera estatal Codelco van a parar a las arcas militares ¿No sería mejor aprovechar esos recursos en este tipo de iniciativa social (o, digo yo, en cualquier otra propuesta social, ambiental, educativa o cultural que no sea la de beneficiar a la parasitaria clase militar). Con el precio que posee el cobre en la actualidad, sería increible lo que se podría hacer para promover el desarrollo socio-cultural de los pueblos . . .
Otros economistas piensan que los fondos para cubrir un Salario Básico podrían provenir de un impuesto redistributivo sobre los ingresos o de un impuesto sobre factores como la tierra o el capital financiero. Esta propuesta no es para nada novedosa; el intelectal y político Thomas Paine promovió en 1796, un ingreso universal proveniente del Estado para compensar la poco equitativa distribución, por aquel entonces, de la tierra, que a su justo juicio pertenecía a todo el mundo. En este caso, se trataría de una suerte de reforma agraria impositiva. La enorme riqueza que se ha creado en los últimos años producto de los asombrosos avances tecnológicos nos posibilita soñar con la idea de que un salario universal sea ahora una posibilidad perfectamente asequible.
En los sistemas económicos actuales, muchas actividades incipientes pero valiosas, como la educación para los adultos, el trabajo voluntario, el comenzar un nuevo emprendimiento, etc. son penalizados por el sistema imperante porque interfieren con la condición de tener una continua disposición a trabajar. Cualquier bache temporal en un curriculum es hoy visto como una muestra parcial de incapacidad. Sin embargo, muchas actividades creadoras de valor empiezan modestamente, quizás al principio no generando lo suficiente para que una persona sobreviva a partir de ellas. La idea del Salario Básico puede nutrir este tipo de actividades creadoras de valor económico y social, cuando la economía de hoy las aborta y descarta.
Salario Garantizado
El Salario Garantizado difiere del Salario Básico en que tiene en cuenta el patrimonio de las personas. A cada individuo se le garantiza un ingreso mínimo. Si los ingresos de la persona caen por debajo de cierto nivel, automáticamente se recibe un complemento por parte del gobierno, pero cuando los ingresos personales aumentan, el complemento disminuye. En 1964, Robert Theobald estaba preocupado acerca del efecto de la tecnología y la creciente automatización fruto de una modernidad que se desplazaba a toda máquina; por eso propuso un sistema de “Seguridad Económica Básica” basado en la idea del Salario Garantizado considerando que era hora de disolver el tradicional vínculo entre ingreso y salario puesto que el trabajo sería algún día automatizado . . .
Impuesto Negativo Sobre la Renta
El Impuesto Negativo Sobre la Renta consiste en facilitar recursos monetarios provenientes del sector de gobierno a los grupos de se encuentren por debajo de cierto nivel de ingresos, por medio del sistema impositivo. Se podría afirmar que esta idea es harto izquierdoza, sin embargo, el Impuesto Negativo Sobre la Renta fue propuesto por el mismísimo Milton Friedman, adalid del monetarismo neoliberal. El objetivo de Friedman era concebir un sistema tributario-distributivo más eficiente que el Estado de bienestar que imperaba en su tiempo (hoy desmantelado) que se basaba en la implementación de costosas y burocráticas políticas sociales. Por eso esta idea se presenta como una alternativa a la del salario garantizado.
Explotando el deseo de trabajar
El teórico político belga Philippe Van Parijs argumenta que cuando manifestamos nuestra voluntad para trabajar, deberíamos hacer la distinción entre trabajos sin perspectivas personales y trabajos que conlleven una autorrealización para quien lo ejerce. Las mejores personas para hacer esta distinción son las que desarrollan estos trabajos, o sea cada uno de nosotros. Esta es una aproximación diferente de los economistas más convencionales, que tienden a ver todos los trabajos creados por el mercado como trabajos buenos, que dignifican y que merecen la pena…
Para Philippe Van Parijs, los empleadores pueden explotar el supuesto del “deseo de trabajar” en “buenos trabajos” ofreciendo lo que él denomina como “trabajos considerados por el mercado como precarios“. La idea es valerse del “deseo de trabajar” para conseguir que la gente acepte trabajos que son esencialmente decentes pero mal pagados: por ejemplo servicios sociales, voluntariado, asistencia a los más desposeidos, lectores en bibliotecas para ciegos, acompañantes terapéuticos, apoyo escolar en comunidades de riesgo, etc. La combinación de estas ideas con la del Salario Básico permitiría la creación de incentivos para que la gente acepte trabajos mal pagados pero decentes, necesarios y que producen gran atractivo y satisfacción para ellos quien lo ejerced, dado que incluso los trabajos peor pagados contribuirían a incrementar los ingresos personales al amparo del esquema de Salario Básico. En el caso de otros trabajos, que son poco atractivos o proveen poco entrenamiento o experiencia, el impacto a largo plazo sería el de elevar los montos salariales que los empleadores deberían pagar por ellos, contribuyendo a equilibrar la balanza en favor de una mayor justicia social.
Tasa de interés nula
Un tipo diferente de redistribución “no coercitiva” de la riqueza proviene del viejo Anarquismo Individualista (contrapuesto al Anarquismo Societario), cuyo acercamiento se basa en permitir el libre comercio pero bajando el costo del dinero prestado y, por lo tanto de la usura. Esta idea fue defendida por los primeros anarquistas como Pierre-Joseph Proudhon, Josiah Warren y Benjamin Tucker.
Con el libre comercio, se supone que bajan los precios a través de la generación de ventajas comparativas relativas, la división del trabajo y la competencia. Sin embargo, hay una imperfección inherente cual es la falta de competitividad en la emisión de moneda. El monopolio de emisión monetaria, atributo fundamental de los Bancos Centrales puede contribuir a mantener la tasa de interés en niveles artificialmente altos. Si se permitiera la libre competencia en la creación y distribución de monedas alternativas, el costo de tomar crédito, en teoría, disminuiría por efecto de la competencia.
Como Benjamín Tucker lo explica:”Si mil hombres que desempeñen diferentes líneas de negocios se unen para formar un banco de emisión; y si este banco de emisión se une con otros bancos similares con propósitos compensatorios; y si dicho banco presta su bien conocido crédito circulante … ¿costarían
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